Gutiérrez Acha: “La dehesa es un modelo forestal ejemplar y hoy está en peligro”

Un fotograma de la película ‘Dehesa: el bosque del lince ibérico’

La dehesa, un bosque mediterráneo aclarado que no existe en ningún otro lugar del mundo y que representa un ejemplo excepcional en el planeta de convivencia en armonía entre humanos y naturaleza, está en peligro. ‘La seca’ y la crisis climática la amenazan y con ello a una impresionante variedad de especies que viven allí. La película ‘Dehesa. El bosque del lince ibérico’, nuevo trabajo de Joaquín Gutiérrez Acha, revela con espectaculares imágenes el tesoro que esconde este ecosistema, “el gran desconocido”. Este fin de semana se estrena en cines de toda España, con el apoyo de FSC.

El lince ibérico –que poco a poco se recupera gracias a la aparición nuevamente de conejos de monte–, rapaces, toros bravos, ranas, aves, zorros, buitres… incluso arañas cangrejo desfilan en esta película ante los ojos del espectador en un magnífico ejercicio de amor por la naturaleza. Un trabajo que alerta de la necesidad de proteger estos espacios y a estas especies.

Dos años y medio de rodaje se suman a muchos otros años de trabajo en el campo, al conocimiento y a la paciencia necesaria para capturar el momento clave. Sorprendente para el espectador. Incluso Joaquín Gutiérrez Acha (autor de otras sobresalientes películas de naturaleza llevadas a los cines, como Cantábrico  y Guadalquivir) ha llegado a maravillarse haciendo esta película. “Nunca había visto pescar a un martín pescador, porque son muy rápidos, son un rayo azul, y gracias a una cámara especial y a la tecnología, hemos podido verlo ahora”.

La dehesa, un bosque cultural único en el mundo, gestionado con sabiduría agropastoril desde hace 7.000 años, se localiza en el sur y en el oeste de la Península Ibérica (el 80% en Andalucía y Extremadura). En la actualidad ocupa una superficie superior a los dos millones de hectáreas. FSC certifica la sostenibilidad de los aprovechamientos en más de 50.000 hectáreas de dehesa andaluza. De ellas, unas 12.500 hectáreas pertenecen a la Asociación de Dehesas Ecológicas, donde se garantiza la no utilización de pesticidas, herbicidas u otros productos tóxicos.

Hablamos con Joaquín Gutierrez Acha sobre su nuevo y espectacular trabajo.

¿Por qué la dehesa?, ¿tiene que ver la elección con su carácter excepcional?

Sin duda, para los documentalistas de naturaleza este ecosistema exclusivo nuestro es obligado. Nosotros tenemos que dar a conocer los distintos espacios. 

Es interesantísimo el equilibrio entre ser humano y naturaleza, ¿hay otro lugar en el planeta donde ocurra?

Creo que no. La dehesa es un modelo forestal casi ejemplar. Claro, el hombre intervino en su día, pero hubo una forma de ir creando un ecosistema nuevo. Y es el de mayor biodiversidad de Europa.

Ahora la dehesa está en peligro…

Está en un momento malo, sí. Por eso hay que ponerla en valor y contar a la gente todo lo que tiene. La dehesa es la gran desconocida. Todos hemos visto dehesas o hemos paseado por ellas, pero no se conocen. A nosotros ya nos pasó en el desierto de Tabernas; parecía que no había nada, que no había formas de vida, y preguntando a los expertos e investigando, descubres endemismos, animales, plantas…

Pero ¿puede ‘la seca’ terminar con la dehesa?

Por eso se muestra cómo se secan los árboles. Hoy la dehesa no es verde, es parda, se está secando y hay un conjunto de factores, como el escarabajo, el hongo del que hablamos, el calentamiento global del planeta… Las encinas tienen hojas pequeñas y enceradas y la jara es pringosa porque así evitan la evaporación. Pero están diseñadas para un verano y ahora los veranos duran más y las temperaturas son más altas. Cada vez es mayor el peligro.

¿Hay más amenazas?

El tema del clima es importante por la compactación del suelo. Ahora el ganado está todo el año en el mismo sitio, por eso la trashumancia era tan importante. La dehesa está mal y ahora hay que hacer una buena gestión forestal. Hay propietarios de dehesas que están muy preocupados y piden permisos para poner trampas para los escarabajos… También otros que dedican sus dehesas a la caza nada más.

¿Y qué pasará si empeora?

¿Qué hará la fauna que está ahí si les quitas el territorio que tanto les ha costado?

Hay imágenes poco frecuentes en la película, como las de la araña cangrejo amarilla cazando…

Las hay también blancas, moradas… de todos los colores, dependiendo de la flor en la que vivan. No llegan a medio centímetro de tamaño.

Las más espectaculares son las de los buitres, ¿fueron difíciles de grabar?

En realidad fueron un regalo. Nosotros queríamos mostrar la jerarquía de los buitres y de pronto aparecieron dos zorros. Ahí nos emocionamos porque sabíamos que iba a pasar algo. Es un momento muy potente de la película.

No hagamos ‘spoiler’. Los planos van acompañados de una narración que explica paso a paso todo, pero con imágenes tan potentes ¿no tuviste la tentación de dejar que hablaran solas?

Es complicado porque la gente lo pide. Nosotros estamos enseñando conducta animal y sí nos gustaría hacer algo donde solo hablaran las imágenes. Por eso la gente se duerme con los documentales de La 2, porque te enseñan animales pero te cuentan todo lo que pueden hacer y no se trata de eso, hay que filmarlo.

Cambiando de tercio, ¿por qué es tan importante la bellota?

Nosotros la llamamos la moneda de cambio. Hay muchos animales que se alimentan de ellas. El hombre ha respetado las encinas y ahora las grullas de Europa, decenas de miles, vienen aquí a la dehesa a comer bellotas. Es un ejemplo de cómo los animales se aprovechan de algunas labores del hombre en el campo; al estar el bosque aclarado pueden venir.

Danos otro ejemplo de esto.

La mariposa hormiguera necesita el suelo raso, porque las hormigas meten a las larvas en los hormigueros, por eso sobreviven donde la siega está bien hecha. El hombre sin darse cuenta les está haciendo un favor. Y estas cosas hay que contarlas para que no desaparezcan poblaciones de especies.

¿Algo que te haya asombrado especialmente haciendo esta película?

Nunca había visto pescar a un martín pescador, porque son muy rápidos, son un rayo azul, y gracias a una cámara especial y a la tecnología, hemos podido verlo ahora.

No tiene que ver con la película, pero ¿cómo afectó el confinamiento de tres meses a los animales?

Los animales salvajes a los que no vemos nunca han roto las barreras y hemos visto osos por los pueblos, jabalíes en basureros, a grandes cetáceos más cerca de la costa… Ha cedido nuestra presión sobre la naturaleza. Además, bajaron los niveles de contaminación… Todo esto podía servir para que recuperáramos en un futuro muy próximo el planeta.

¿Tu siguiente proyecto?

Canarias, que es un territorio precioso, con esos bosques de nieblas y los terrenos volcánicos…

Joaquín Gutiérrez Acha (derecha) y Carlos de Hita, el gran especialista en sonidos de la naturaleza, durante el rodaje.

Los buitres protagonizan algunas de las secuencias más impactantes de la nueva película de  Gutiérrez Acha.

Nutrias en ‘Dehesa: el bosque del lince ibérico’.

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