Lo que quiere decir Joan Didion: el mejor periodismo

La periodista y escritora estadounidense Joan Didion.

Joan Didion es una de las voces periodísticas con más autoridad a día de hoy en EE UU. Este nuevo libro suyo, ‘Lo que quiero decir’, recoge algunos de sus mejores y más acerados artículos y crónicas de poderosa prosa y de eso que se dio en llamar Nuevo Periodismo. Textos a pie de mundo y actualidad que nos dan una idea muy aproximada de lo que ha estado sucediendo en las últimas décadas en Occidente. Didion rompe todos los esquemas, incluido el de su propio oficio.

“En un periódico alternativo, nunca he leído nada que necesitara saber”.

Esta frase rotunda y alentadora es una de la primeras sentencias que Joan Didion (Sacramento, EE UU, 1934) le regala al lector de este libro. Y para hacerlo abre su boca de par en par para que ninguna verdad caiga muerta en el camino hacia ella. Didion rompe todos los esquemas, incluido el de su propio oficio si con ello puede llenar de posibilidades cada página:

“Los periodistas más admirados ya no son adversarios sino gente de fiar, partícipes; el ideal es que aconsejen a presidentes, que cenen con Walter Reuther y Henry Ford y bailen con las hijas de estos últimos en Le Club”.

Lo que quiero decir es un libro arrollador, es la exclusa por la que fluye lo políticamente incorrecto hasta formar un río de eterna lucidez. La frescura de su crítica corre veloz a transformar todo cuando observa, su discurso es siempre un desfibrilador para el alma. Ese paraíso en el que jamás Dios pondrá un pie.

Didion presencia los vicios y virtudes sin alarmismos, los primeros, y sin alharacas, los segundos. Es el águila que inmoviliza las debilidades de una nación hasta hacerla pedazos solo con agudeza, sin juicios, únicamente con la destreza que otorga la libertad de no pertenecer al status quo:

“Escuché un rato a los guías y me costó identificar su tono. Hasta que por fin lo reconocí: era un tono que reflejaba esa idolatría hacia los ricos que muy a menudo acompaña a la democratización de las cosas, al aplanamiento. Pon un lugar al alcance de las miradas y en ciertos sentidos ya no estará al alcance de la imaginación”.

La guerra y la paz son lo mismo para ella, como también lo es la manera única y entusiasta de contarlas. Alejada siempre de la afectación, la naturalidad perpetúa su mirada y el lenguaje con que la articula. Todo entra dentro de sus planes, desde lo importante para el periodismo hasta todo aquello que mantiene en equilibrio la vida:

“No soy una intelectual en absoluto, lo cual no quiere decir que saque la pistola cuando oigo la palabra intelectual, solo que no pienso en términos abstractos”.

Mención aparte merece la importancia de las preguntas y respuestas en el texto, perfectamente identificable con un Síndrome de Estocolmo capitaneado por la clarividencia:

“Déjenme que les diga una cosa acerca de por qué escriben los escritores. Si yo hubiera conocido la respuesta a cualquiera de esas preguntas, no me habría hecho falta escribir una novela”.

Lo que quiero decir es un libro aguerrido, preciso, conmovedor, lírico, incontestable, concreto, incisivo y venturosamente ácido en el que tienen cabida personajes como Nancy Reagan, Robert Mapplethorpe y mujeres anónimas capaces de reescribir el mito de Alicia. Didion no antepone celebridad a idoneidad nunca. Tiene ojo avizor para lo rompedor. Su mirada es un imán para lo oculto.

Una vez más, Joan Didion no necesita más que un puñado de verdades para narrar la vida con la precisión que ha de narrarse lo cotidiano. La verdad desnuda acompaña sus plegarias, los capítulos de este libro son como ingobernables salmos cantados por el diablo, como poderosas canciones de amor para la inteligencia.

‘Lo que quiero decir’. Joan Didion. Traducción de Javier Calvo. Random House. 125 páginas.

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