JUSTM4D, en busca de la vanguardia perdida

LA QUINTA EDICIÓN DE LA FERIA INTERNACIONAL DE ARTE JUSTM4D VIENE LLENA DE IDEAS Y DE MUNDO 2.0 Y PARTICIPACIÓN. TAL VEZ UNA FORMA DE QUE EL ARTE LLEGUE AL ESPECTADOR QUE AÚN SE RESISTE A ENTRAR EN LAS GALERÍAS SEGÚN LOS DATOS. MODERNIDAD Y PROPUESTAS EMERGENTES SON SUS INGREDIENTES

PABLO LEÓN

La vanguardia es tan escurridiza que algunos se preguntan si en el siglo XXI aún existe. En un mundo hiperconectado, en el que la información fluye continuamente, las corrientes artísticas no tienen tiempo de ser locales. Rápidamente todo se globaliza. Se perdió el encanto de los movimientos que daban un aura casi mágica a ciertas ciudades. Sin embargo, en Madrid está pasando algo así. A pesar de que un 73,5% de los españoles no entró en una galería de arte en 2010, según la encuesta de Hábitos Culturales elaborada por el Ministerio de Cultura; peleando contra las cifras y los porcentajes, en los últimos cuatro años se ha consolidado una escena nacional de galerías de arte emergente con epicentro en la capital. “Nos ha sorprendido el número de nuevas galerías que se han aparecido en la ciudad. Sin duda está en un momento cultural buenísimo ya que los pequeños espacios están creando un perfil propio y aportando oxígeno en un relevo generacional importante. Hay focos de reflexión muy potentes”, dice Enrique Polanco director de Art Fairs, empresa que organiza JUSTM4D.

Estos espacios complejos difieren mucho unos de otros pero, sin embargo, coinciden en algunos valores éticos: no entienden la creatividad acorazada sino que tienen la intención de difundirse, de influir en la sociedad. Un ejemplo, la muestra colectiva We need to talk: Jeddah, que superó la censura gracias al trabajo colectivo de 22 artistas emergentes de Arabia Saudí. “Gracias al contagio de la Red, esa cooperación a nivel ciudad se amplia hasta el escenario mundo” dice Alex Tejido, codirector de la galería Asm28. Con Internet, los artistas conocen rápidamente cualquier corriente nueva y la incorporan a su trabajo. Viven diferentes realidades sociales, pero en algunos aspectos su obra se trasmite del con lenguajes similares. En esta mezcolanza las galerías se mimetizan con los creadores y comienzan a realizar una labor curatorial. Más allá de las grandes inversiones institucionales y los coleccionistas, articulan nuevos lugares de creación.

Esto está relacionado con el tipo de visitantes de la galería. “A nuestro espacio acude, en general, gente muy joven vinculada con el mundo del arte o con otras expresiones artísticas y coleccionistas mayores que suelen ser los compradores” cuenta Tomeu Simonet, codirector de Addaya en Alaró, un pueblo de unos 5.000 habitantes en el centro de Mallorca. A pesar de esa emergencia, con rasgos tan determinados que pueden llegar a conformar una generación, su empuje no es suficiente para eliminar los prejuicios y problemas del arte contemporáneo en España. “En primer lugar necesitamos saber lo que no funciona y para hacer un plan estratégico hay que analizar el contexto. Nosotros tenemos que empezar con la precaria formación artística. Además, debemos generar un ambiente didáctico de los museos y centros de arte como un servicio a la sociedad, como un lugar de encuentro”, advierte Rosina Gómez-Baeza, ex directora de ARCO y del centro de arte LABoral.

En realidad nada es fácil. Jacobo Fitz-James Stuart, director junto con Asela Pérez de Espacio Valverde, considera que la clave está en la autenticidad. “Honestamente, no he conocido a nadie que no tenga que luchar por algo o combatir algún tipo de sombra, externa o interna. Creo que es malo fomentar aquellos pensamientos que le convierten a uno en víctima, vivimos aquí y lo mejor que podemos hacer es tratar de mejorar las cosas”, añade. España está alejada de los circuitos internacionales del arte pero muchos ya consideran que no hay que emular otros modelos. “A pesar de nuestra endémica búsqueda de autoridad en el extranjero tenemos nuestros propios hornos y calderas”, sentencia Fitz-James Stuart.

La vida 2.0 ha favorecido mucho esta escena contemporánea: le ha aportado una plataforma para ampliar la difusión de su obra. Blogs, Youtube o Facebook han otorgado un soporte inigualable a artistas y galerías. “Hemos creado una comunidad en las redes sociales bastante interesante. No solo nos damos a conocer y ampliamos nuestro alcance, sino que también abrimos debates y nuevos planteamientos”, explica su estrategia de comunicación Eva Ruíz. Esa apertura virtual genera una nueva expresión, alejada de la pomposidad y la sacralización del arte, relacionada con una visión más democrática y accesible.

El artista Samuel Salcedo, que ha trabajado regularmente con la galería barcelonesa 3 Punts, no tiene una referencia cercana identificada. “Ahora es complicado incorporarse a un movimiento concreto, más bien el movimiento te atrapa a ti. Las influencias, originadas en cualquier canal, pueden aparecer en tu obra”, concluye. Aunque ya no hay ni puede haber vanguardia, sí que ha surgido un grupo de artistas que se están nutriendo los unos a los otros. Hay un colectivo emergente que comparte rasgos en su heterogeneidad. Le acompaña una red de galerías que no solo cuidan su trabajo y lo apoya sino que con su propia visión aporta significado a las obras.

JUSTM4D. Hasta el 17 de febrero. Hotel Silken Puerta América. Madrid. Entrada 8 euros.

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