La mejor manera de entender a ‘Hamlet’: ponte en su lugar

Una escena de Hamlet dirigida por Miguel del Arco. Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico.

'Hamlet' en versión de la compañía Kamikaze teatro. Foto: Ceferino López.

‘Hamlet’ en versión de la compañía Kamikaze teatro. Foto: Ceferino López.

¿Cómo enfrentarse a Shakespeare, un dramaturgo genial sobre cuya obra se ha escrito, deliberado y reflexionado más que sobre la de ningún otro autor? ¿Cómo estar preparado cuando se trata, además, de uno de sus personajes más famosos, Hamlet? «Sólo se me ocurría la fórmula que ancestralmente se utiliza en el teatro y que lo convierte en un espacio de reflexión y diálogo. La fórmula que, en forma de mandato, Hamlet le espeta a Horacio para hacerle comprender sus actos: ¡Ponte en mi lugar!”. Así es como Miguel del Arco ha abordado la tarea de enfrentarse al genial dramaturgo en la obra que ahora se representa en Madrid.

La historia comenzó con una charla entre Miguel del Arco y Helena Pimenta para ver qué espectáculo montaban para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. El director aseguró que quería hacer el primer Shakespeare con su compañía.

A partir de ahí comenzó el proceso de trabajo. Lecturas, buscar documentación, investigación en los talleres: “Creo que no hay ningún otro autor con tanto material escrito. Hay que tener mucho tiempo para abordar un texto casi inabordable, que se te escapa de forma permanente”, ha subrayado Del Arco durante la presentación de la obra en el Teatro de la Comedia de Madrid.

Después de todo ese proceso hay que parar y empezar a tomar decisiones. “Todo proceso creativo empieza con una decisión y una decisión de qué hacer y por dónde llevarlo. Para eso tenemos los talleres de investigación con toda la compañía, pero con toda la compañía, técnicos incluidos. A mí me gusta que todo el mundo esté involucrado en el espectáculo. Desde los actores a los técnicos. A partir de ahí empezamos a meterle mano a este príncipe que se protege, se escurre, se va, como dice el personaje de Horacio: Este poema ilimitado”.

“Hamlet es un personaje muy complicado, poliédrico, desfragmentado, que cambia de un momento a otro, que pasa de ser un chaval que acaba de perder a su padre a convertirse en un asesino, un humorista, un payaso, un psicópata, y todo esto en el devenir de la función, en el que van entrando el resto de los personajes y a los que va contagiando este arrebato. Quiere que todo deje de ser reflexión para ser acción”, asegura del Arco.

Para realizar la versión de la obra, Miguel del Arco manejó 15 o 16 versiones en castellano antes de ponerse a traducir del inglés. “¿Cómo ir a este texto? Era una cosa que me preocupaba al principio. Yo siempre respeto los textos; soy muy respetuoso. No quería hacer una cosa como en el Misántropo o Antígona, que son títulos a partir del original. Shakespeare es otra cosa, tiene otra metáfora poética, pero también te enfrentas a una traducción que es la traición. Empecé a hacer una traducción que fuera en la línea de lo que para mí era importante, el espacio mental de Hamlet. Cómo meter este personaje dentro de este espacio mental y ver lo que sucede, que es mucho”.

Una escena de Hamlet dirigida por Miguel del Arco. Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Una escena de Hamlet dirigida por Miguel del Arco. Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Una escena de Hamlet dirigida por Miguel del Arco. Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Una escena de Hamlet dirigida por Miguel del Arco. Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Para su versión realizó un primer acto desestructurado. Toda la acción sucede en la habitación de Hamlet, las imágenes proyectadas van apareciendo como recuerdos del ayer o del mañana. En ese momento que se produce frente a la muerte de un ser querido; ahí arranca Hamlet. “Comienza como un hombre que pierde a su padre, en el punto de la orfandad, cómo la muerte te da ese mazazo que se convierte en un momento de irrealidad en la que el mundo no se detiene a pesar del dolor. El mundo continúa, pero hay una percepción extraña porque te da tiempo a escuchar el mecanismo que lo mueve y es ahí donde Hamlet se convierte en un personaje pirandelliano que puede contemplar la vida desde fuera. Todas esas ideas mezcladas fueron dando forma a este espacio, que quería que no fuera un espacio realista sino que cambiara con mucha rapidez, casi al mismo tiempo que cambia el pensamiento hamletiano”.

Y sigue reflexionando Del Arco: “Yo siempre cuento que tenía un amigo que tuvo un brote psicótico y una doctora me explicó un día que los brotes psicóticos se producen cuando el cerebro está sometido a un dolor enorme que hace tanto daño que es casi un mecanismo de defensa. El cerebro da vueltas y busca casi como un cobertor y te hace ver una realidad paralela. En ese sentido, a mí la aparición del padre siempre me produjo esa sensación. No me gustaba cuando aparecía un padre con olor a azufre. Me interesó a través del dolor de Hamlet por la pérdida, algo que se está barruntando, un mecanismo que empieza a funcionar en el interior de Hamlet, pero que él todavía no sabe que está, algo subconsciente”.

'Hamlet'. Foto: Ceferino López.

‘Hamlet’. Foto: Ceferino López.

Israel Elejalde, actor muy conocido por sus papeles en teleseries de gran éxito como Águila Roja o Amar en tiempos revueltos, es Hamlet. La petición de interpretar a este personaje le vino en un momento difícil de su vida. También lo explicó durante la presentación de la obra, estrenada el pasado jueves y para la que ya se han agotado las entradas, aunque hay funciones hasta el 20 de marzo: “Cuando Miguel me ofreció hacer Hamlet, se acababa de morir mi madre, con lo cual la primera sensación que tuve fue: ‘es el momento’. Porque Hamlet es una persona atravesada por un dolor profundo y por la sensación de orfandad, que es una de las cosas más dolorosas que hay. Así que teniendo ese trampolín que desgraciadamente se había presentado en mi vida, sentí que podía tener algo que contar con él». «Eso sí, es un personaje endiablado. Es un trágico humorista, es un hombre que ama al pueblo pero desprecia la masa, un humanista que se convierte en asesino, un cuerdo loco, está lleno de contradicciones, sus pensamientos cambian a la velocidad del viento. Hace todo lo posible por pelear por algo que él considera que es justo. Él considera que la venganza no es justa. Intenta por todos los medios retrasar esa venganza. Uno de los temas de Shakespeare es que la venganza lleva a la destrucción del ser humano y de la sociedad, pero finalmente acaba vengándose y siendo responsable de la muerte de siete personas, con lo cual creo que el resumen de él es que es un prodigio echado a perder”.

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