La mujer prehistórica no era una ‘ama de casa’ y ya

La prehistoriadora francesa Marylene Patou-Mathis, autora del libro ‘El hombre prehistórico era también mujer’.

Deconstruyamos mitos del paleo-pasado patriarcal. “¿Por qué tenemos que demostrar que las mujeres no eran capaces de las mismas competencias que los hombres en la Prehistoria? Yo le doy la vuelta: que me demuestren que éramos nosotras inferiores”. Así de desafiante y congruente se muestra la prehistoriadora francesa Marylene Patou-Mathis y así lo defiende en su último libro, ‘El hombre prehistórico era también mujer’ (Randon House Mondadori), un ensayo científico que pone en entredicho a todos los investigadores que trataron de modelar el pasado “a imagen y semejanza” de una sociedad patriarcal moderna, la del siglo XIX, dejando a las mujeres relegadas a un segundo plano.

Para la arqueóloga, experta en la historia, vida y cultura de otros seres defenestrados, los neandertales, ya era hora de acabar con esta visión unilateral que, asegura, se pergeñó en el siglo XIX con el surgimiento de esta ciencia y que no tiene fundamento con pruebas paleontológicas y arqueológicas. “Cuando trabajé sobre los neandertales, me di cuenta de que había una visión negativa sobre la especie que venía del siglo XIX. Se les consideraba otra humanidad. En esa época, se utilizaban rasgos físicos para determinar las razas y decidir la superioridad de unas sobre otras. Y ocurría igual en el caso de las mujeres. Incluso era mejor ser neandertal hombre que mujer. Es más, ni existía la mujer neandertal. El hombre paleolítico caza, pelea, hace fuego, pinta… ¿Y entonces las mujeres estaban sólo con los hijos, cocinando y recolectando? Ninguna prueba arqueológica indica que fuera así. Las herramientas nos dicen si quien las hizo era zurdo o diestro, su edad…, ¡pero no su género! Y lo mismo pasa con pinturas prehistóricas”.

Durante la entrevista en Madrid, donde recientemente presentó su libro, sale a relucir la famosa “niña de la Gran Dolina”, esos restos fósiles de hace 800.000 años hallados en Atapuerca en 1994 que este año dejaron de ser de niño tras un exhaustivo estudio de sus dientes. También la famosa guerrera vikinga Birka, de hace más de mil años, que durante siglo y medio se creyó varón porque fue enterrada con armas, caballos sacrificados y muchas riquezas. Sólo un reciente estudio de ADN reveló su identidad femenina. “Todavía algún científico defendía después que igual era su esposo un gran guerrero y no ella”, apunta.

La arqueóloga tiene claro que estas interpretaciones no han sido gratuitas y que “partían de la idea de que la mujer es un ser débil, no creativo, sin inteligencia” y, por lo tanto, “no era capaz de cazar, que según esta visión era más importante que recolectar, aunque asegura más la alimentación; y si se encontraba un esqueleto paleolítico robusto, se adjudicaba a un varón, cuando ahora gracias al ADN hemos descubierto que ellas eran muy fuertes”.

En su libro, Patou-Mathis hace también buen repaso a esa capacidad creadora y conceptual que suponen las obras de arte prehistóricas. “Nada indica que las pinturas y grabados rupestres las hicieran ellos, sencillamente se acepta. Incluso con las figuras de Venus, femeninas. En algunas vemos perforaciones, así que pudieron ser amuletos colgantes para el parto, que era muy difícil”.

Para ella, dos errores clave a lo largo de las investigaciones de nuestro pasado han sido “aplicar la estructura social actual a lo que ocurría hace 25.000 años y uniformizar a todos los grupos humanos desde Francia hasta Siberia, obviando que en la Prehistoria también habría diferentes culturas”. “Se sabe que no se organizaban por géneros en su vida diaria, sino que las actividades se distribuían por competencias, algo mucho más lógico, y las mujeres hacían algo muy importante para el clan: procrear, porque los hijos garantizaban la supervivencia del grupo. Eso les daría un estatus mayor, no inferior. Lo que pasa es que cuando se trata de una mujer siempre hay que presentar pruebas de las afirmaciones, lo que no se exige cuando se trata de un hombre”.

Y el problema, argumenta, es que esas pruebas no se han buscado en casi 200 años de investigaciones. “La antropología de género surgió en Estados Unidos a finales del siglo XX y va avanzando muy lenta en Europa. Como científica, considero que lo importante para un investigador, sea hombre o mujer, es abrir el espectro de posibilidades e hipótesis. Si ni siquiera me planteo que pueda ser una mujer quien haga algo, no voy a encontrarlo, pero si lo hago, puedo usar metodologías que me permitan averiguar el género, que es algo en lo que ahora ayuda mucho la genética, la química o el estudio de la alimentación”.

En todo caso, deja claro que no se trata de averiguar si el Paleolítico era un matriarcado, “pero tampoco dar por hecho que fuera un patriarcado”. “Lo que sí se sabe es que eran sociedades matrilineales porque se vivía en comunidad y lo único claro es quién era la madre, que aseguraba la transmisión de la educación”. De hecho, algunas sociedades africanas como los tuareg o los huaorani amazónicos lo eran hasta tiempos recientes.

¿Qué pasó para que las mujeres se dejaran avasallar? “No todo ocurrió en todo el mundo a la vez. La hipótesis es que el cambio comenzó a finales del Neolítico, al tomar importancia las tareas agrícolas. Seguramente, fueron mujeres las que inventaron la agricultura porque había que alimentar a los hijos, así que se dejó el tema de la protección de los pueblos y tierras a los hombres. Proteger los bienes aumentó la riqueza y les dio a ellos un papel preponderante. Se formaron como guerreros. Con ello, aparecieron las desigualdades entre clanes. Si en el Paleolítico el bien eran los hijos, desde entonces lo fue la riqueza, y cuando uno es propietario de una tierra quiere que la hereden los suyos, así que hubo que encerrar a la mujer y tomar su cuerpo en propiedad para garantizar que los descendientes eran propios”. Incluso, señala, las divinidades femeninas se convirtieron en masculinas.

Después, filósofos, religiones y poderes políticos hicieron el resto a lo largo de los siglos, como va recopilando en su libro. “Desde el siglo XIX se quiere justificar la desigualdad de géneros en un pasado prehistórico que no fue real, con esa imagen de una mujer arrastrada por los pelos por el suelo que hay que cambiar, como ahora hemos cambiado la de los neandertales, unos humanos que cuidaban a sus discapacitados, que conocían plantas medicinales…”.

La reacción de los colegas científicos a su libro no la sorprende, aunque confía en que vaya cambiando. “El público lo ha acogido muy bien, pero entre los colegas es más difícil. Me dicen que incluyo mucha ideología feminista, aunque ellos no reconocen que la suya es machista”.

¿Y cómo ve el futuro una experta en el pasado? “Creo que a muchos hombres, por el hecho de tener que seguir el patriarcado, tampoco les ha ido bien. Pero es importante tener en cuenta que el cambio no es un combate de las mujeres, que hay que incluir a los hombres. Cuanto más seamos, más se normalizará la situación y construiremos un sistema equilibrado juntos. Las mujeres no quieren una confrontación violenta, no buscan dominar. Solo el equilibrio. Y hay hombres que aún no son conscientes de ello. Pero toda evolución es con altibajos. De hecho, yo hubiera preferido ser mujer en una sociedad celta que en el siglo XIX”.

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Comentarios

  • M. Teresa

    Por M. Teresa, el 06 octubre 2021

    Buenos días.
    Me ha gustado mucho el artículo. Sólo una corrección: se confunde género con sexo. Las tareas se repartieron por sexos, no por géneros. No significan lo mismo ni mucho menos. El género es aquello que las distintas sociedades deciden que es masculino o femenino dependiendo de tu SEXO.
    Un saludo

  • Iker Agirre Orbegozo

    Por Iker Agirre Orbegozo, el 06 octubre 2021

    Totalmente de acuerdo, en sociedades pasadas la condición sexual no te clasificaba como actualmente lo hace.
    Y el afán de conquista y guerra se introduce por el este de Europa, a finales del neolítico.
    Antes había sociedades matrimoniales muy evolucionadas.
    El libro » el origen del aborigen» lo esplica muy bien.

  • juan jesus

    Por juan jesus, el 06 octubre 2021

    En la segunda guerra mundial había unas mujeres que pilotaba cinco tipos de avión , nunca fueron reconocidas como heroinas militares , más que nada porque estaban registradas como personal , civil ni cobraban los sueldos de los homólogos, varones , que se especializaban de manera suicida , depegando en portaviones , de pista escueta en un tipo de avión , que era el p52 mustang , motor Merlín , V12, , que muchos morían intentando destruir un acorazado, o destructor de la armada japonesa en midway, o guadalcanal , etc, todo hay que decirlo pero nadie dudo de sus capacidades , aunque fueron reconocidas tarde , pero mucho antes de ver y oír comentarios y informes o artículos donde quién los hace, denota un complejo de inferioridad , para terminar es evidente, la evolución habla por sí sola , ni los vikingos y de Eso conozco un montón eran tan feministas , ni los sajones eran tan patriarcales, patria viene de madre (paridad) , y siempre hay que acepciones , pero la generalidad es evidente y aplastante , morfológica y sensitiva , y ya digo las comparaciones son odiosas , las mujeres son mujeres y lis hombres son hombres , como buen dibujante , te seguro que Altamira fue pintado por hombres mayormente se ve y se siente por si trazo , duro y firme y si particular forma de mostrar el mundo saludos y lee sobre los vikingos que ahy muchas cosas que ignoras

    • Ane

      Por Ane, el 06 octubre 2021

      No me voy a meter con el contenido de lo que expones (¿Patria viene de madre? ¿O de pater?). Pedir a una que tiene un libro publicado que lea, cuando tú no eres capaz de terminar una frase con un punto (¡ni que te costaran dinero!), me parece… ¡penoso! Aprende puntuación, que es básica para comunicar las ideas con coherencia, además de ortografía (tildes y demás), e intentaremos entender lo que dices. Aunque tenga cierto tufillo …

    • Lourdes

      Por Lourdes, el 07 octubre 2021

      Hola btardes. En Altamira como en otras cuevas hay pinturas rupestres de diferentes temáticas. No me aporta nada q alguien diga, fueron hombres porque el trazo es así o asa, duro, firme. Comentario machista y sin base científica. La fortaleza física depende de muchos factores no solo físicos, sino genéticos y de psicología y personalidad. Habría hembras en clanes q se quedaron calentitas cuidando de bebés q quedarían viudas por qué el león diente de sable se los papeo, y tuvieron q salir a cazar o morirse de hambre y por tanto cazadoras igualmente. Es una aberración para el investigador establecer comparaciones, si la hembra es más o menos fuerte, diestra, o zurda o caza o amamanta. Si decir q las mujeres cuando están embarazadas y tenen hijos son más vulnerables hormonalmente pero no deja de ser una falacia, hay muchísimas q son fuertes. Mucho más en zonas con escasos recursos y escaso nivel de progreso, para mi modo de entender es un proceso q viene de tribus prehistóricas o neolíticas, etc q al estar en guerra, cogieron prisioneros y los mataron o esclavizaron, estos prisioneros masculinos morían y quedaban algunas hembras sin parientes ( padre, hermano, esposo) etc, y fácilmente por la fuerza estás hembras q quedaban fueron cayendo en situaciones de violencia, hijas igual. De tal modo q desaparecen los términos de igualdad, las diosas, y van apareciendo nuevos rituales, s. De creencias y mitologías. Es desde mi punto de vista la violencia la q genera esta dicotomía, hombre superior, mujer inferior. Lo q ocurre en Afganistán y tantos países islámicos es una degeneración, de lo mismo. ( Lda en Geografía e historia)

  • Alberto Jiménez González

    Por Alberto Jiménez González, el 06 octubre 2021

    Buenos días.
    He de decir que la importancia de la mujer en la Prehistoria es un secreto a voces, y negarlo sería signo de ignorancia.
    En las sociedades nómadas las mujeres generalmente se dedicaban a la recolección de frutos, que suponía cerca el 75%-80% de la alimentación de un humano en aquella época.
    Debían ser muy especializadas y tener conocimientos para saber que fruta era comestible y cual no lo era.
    En las tribus nómadas africanas y australianas ya se hacía ver su importancia, es curioso como la desigualdad empezó a manifestarse con la agricultura.
    En algunas sociedades incluso se las veneraba.

  • Manuel

    Por Manuel, el 06 octubre 2021

    He disfrutado leyendo este articulo,muy interesante,gracias

  • Mónica

    Por Mónica, el 07 octubre 2021

    Excelente artículo. Tan solo que habla de género en lugar de sexo. No se organizaban por géneros (constructo social) sino por sexos.

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