El Teatro Real prepara un caos de narices

Una escena de ‘La nariz’ de Dmitri Shostakóvich en el montaje del director de escena Barrie Kosky en la Royal Opera House. Foto: Bill Cooper.

Llega a Madrid el mítico montaje de ‘La nariz’, primera ópera de Dmitri Shostakóvich, ideado por el director de escena australiano Barrie Kosky y que se estrenó en Covent Garden en 2016. Mark Wigglesworth, que ya dirigió en Madrid las representaciones de ‘Dead Man Walking’, primera ópera del compositor estadounidense Jake Heggie, será el responsable musical de este ‘tour de force’ teatral para el que se contará con un elenco de 28 cantantes que interpretarán nada menos que a 87 personajes.

“Esta obra contiene el caos en cada una de sus manifestaciones. Shostakóvich escribió La nariz cuando tenía 21 años y podemos decir que en esta ópera hay referencias a todo lo que compuso después. Evidentemente, no son citas retroactivas, más bien pareciera que el resto de su vida, de su obra, hubiera consistido en domar ese caos en una aventura brillante y total”. Estas palabras del director musical Mark Wigglesworth ofrecen una aproximación de lo que se está cociendo en el Teatro Real para su próximo montaje. Se trata de La nariz, ópera en tres actos y diez escenas de Dmitri Shostakóvich que se estrenó en el Teatro Maly Óperny de Leningrado en enero de 1930. “Una partitura que es imposible separar de su representación teatral”, asegura Wigglesworth. “Es una música que no podría interpretarse en versión de concierto, no tendría ningún sentido. Es un endiablado delirio”.

La dirección escénica de La nariz corre a cargo de Barrie Kosky, actual director artístico de la Komische Oper de Berlín, uno de los grandes genios del teatro contemporáneo, responsable de montajes siempre imaginativos, de una creatividad arrolladora y que no dejan indiferentes. Suya es, por ejemplo, la cinematográfica puesta en escena de La Flauta mágica de Mozart, que repitió en el Real en la temporada 19/20. También dirigió una mítica propuesta para el oratorio Saul de Handel, que se ha convertido en uno de los grandes éxitos del festival de Glyndebourne. Se trata de una coproducción de la Royal Opera House, la Komische Oper de Berlín y Opera Australia que se estrenó en Covent Garden en 2016 con gran éxito de crítica y público. En 2018, tras su reposición en Sidney, la crítica Clarissa Sebag-Montefiore definió la producción en el periódico The Guardian como “salvaje, grotesca y frenética”, y aseguró que el montaje “parece un cruce entre Mr Bean y Los Juegos del Hambre”. Tanto gustó en Londres su aproximación a La nariz que recibió un nuevo encargo para traducir a su personalísimo lenguaje Carmen de Bizet, y así lo hizo, con una puesta en escena que se desarrolla íntegramente en una escalera. En el pasado Festival de Salzburgo asombró con una multitudinaria, desoladora y acertada Káťa Kabanová en la Felsenreitschule.

Montaje de Barrie Kosky de ‘La nariz’, de Shostakóvich, en la Royal Opera House. Foto: Bill Cooper.

Dmitri Shostakóvich fue un niño prodigio que escribía composiciones notables con solo 12 años. La nariz es su primera ópera, está basada en un cuento homónimo de Nikolai Gogol y el músico la completó en 1928 cuando sólo contaba con 21 años de edad, también firmó el libreto junto a Georgy Ionin, Alexander Preis y Yevgeny Zamyatin. Sin duda, se adelantó a su tiempo y, desde luego, conmocionó los cimientos del régimen soviético, que la prohibió durante 40 años acusándola de frívola, vacía y escandalosa. Esa música no se volvería a escuchar en la Unión Soviética hasta 1974, un año antes de la muerte del compositor por cáncer de pulmón.

Johannes Stepanek es el responsable de la reposición escénica de La nariz en el Teatro Real; se estrenará el próximo lunes 13 de marzo y se ofrecerán 7 funciones. “Esta obra trata de un hombre que se levanta una mañana y descubre que su nariz ha salido huyendo de su cara, así que se dedica a perseguirla y, una vez que la encuentra, se da cuenta de que ese apéndice que había estado en su rostro durante toda su vida ahora es un ciudadano con un estatus superior al de su propio dueño. El montaje de Barrie Kosky es un trabajo teatral que nos hace simpatizar con el protagonista y reflexionar sobre eso tan universal y actual como son la identidad y el estatus”, asegura Stepanek. “Estamos ante un teatro musical de altísima calidad y una verdadera montaña rusa que es todo un ataque a los sentidos del espectador. Es un montaje muy cinematográfico y, al mismo tiempo, frenético en el que, a veces, ocurren en escena varias escenas a la vez».

Narices bailarinas en el montaje de Barrie Kosky de ‘La nariz’, en la Royal Opera House. Foto: Bill Cooper.

Para poner en pie este collage musical vertiginoso e iconoclasta trufado de música folclórica, canciones populares y atonalidad, el Real contará con un elenco de 28 solistas. Interpretarán nada menos que a los 87 personajes que deambulan por esta historia surrealista y sarcástica, protagonizada por un alto funcionario del Estado, petulante y clasista, que una mañana despierta sin su nariz, símbolo no solo de su identidad y clase, sino también de su poderío sexual. El barítono Martin Winkler, que ya se ocupó de dar vida al engolado y odioso Platón Kuzmitch Kovaliov en 2016 en la presentación de esta producción en la Royal Opera House, volverá a interpretar al personaje en Madrid hasta el 30 de marzo.

Puedes consultar aquí las funciones de ‘La nariz’ en el Teatro Real. 

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