Las grullas traen buenos augurios a La Mancha Húmeda

Llegada de las grullas a El Hito. Foto: Javier Belinchón.

Viajamos a la Laguna de El Hito, en Cuenca, para conocer de cerca los trabajos de restauración de este humedal salino, uno de los más interesantes de La Mancha Húmeda, dentro de un proyecto LIFE de la Fundación Global Nature y que tiene a las grullas como símbolo de futuro, de nueva energía para la comarca y de una nueva etapa de convivencia con los agricultores.

En Oriente, en países como China, Japón y Vietnam, la grulla representa longevidad, inmortalidad, una vida más allá de lo terrenal; por eso son signo de buen augurio. Se cree que son las aves que transportan el alma de los recién fallecidos hasta el paraíso. Como símbolo de gracia, la grulla es considerada una invitación a detenernos y reflexionar. Según las tradiciones asiáticas, es como si estuvieran aquí para recordarnos que debemos honrar la belleza que nos rodea y que habita en nosotros mismos.

Algo así sentí contemplando el vuelo de las grullas comunes (Grus grus) en un reciente viaje de periodistas organizado por la Fundación Global Nature para contarnos sus trabajos de recuperación de la Laguna de El Hito, en Cuenca, parte de lo que se llama La Mancha Húmeda. El atardecer nos envolvía de frío, como corresponde al clima continental de estas estepas manchegas; el cielo, casi cárdeno, y en el silencio de esta España despoblada el graznido sereno de las grullas como único acompañante. Un tractor a lo lejos.

La Laguna de El Hito tiene ahora a la grulla como símbolo de los esfuerzos realizados para recuperarla y también del futuro de la zona, cada vez más vaciada, y que podría depender de atraer ecoturismo a la comarca. Siempre con la atracción de estas aves migratorias como emblema de nuevos tiempos.

Nuevos tiempos porque hasta hace bien poco grullas y agricultores de la zona no se llevaban nada bien, hasta el punto de que en el entorno de la laguna se creó la Asociación de Afectados por las Grullas y que se organizaban caceroladas para espantarlas, ya que consideraban que la dieta de las aves les arruinaba sus cosechas de cereales (trigo y cebada de secano). Ahora confían en el majestuoso vuelo de estas aves y en el espectáculo único que montan sus siluetas cuando al atardecer –esos atardeceres malvas y fríos de los otoños e inviernos de las planicies manchegas– regresan al humedal para pasar la noche. También han ayudado las medidas compensatorias, la sobre-siembra financiada con fondos europeos; es decir, a los agricultores se les paga para que siembren un 30% más de lo habitual, cantidad de simiente que se calcula que supone el menú de las aves. Así, todos más o menos contentos.

Grullas sobrevolando un campo de cultivo. Foto: Fundación Global Nature.

Grullas en los campos de El Hito. Foto: Bruno Durán.

Todos estos cambios han sido posibles gracias a la Fundación Global Nature, que este año ha cumplido 30 años enfocando su trabajo en la restauración de humedales ibéricos. Global Nature, junto con el apoyo de la Diputación de Cuenca y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, trabaja en la recuperación de este espacio natural a través del Proyecto LIFE para la restauración y conservación de la Laguna de El Hito 2021-2024 que cuenta con una financiación de 3,1 millones de euros y que ha incluido la compra por parte de la fundación de una buena porción (unas 400 hectáreas) de los terrenos de la reserva natural, de casi mil hectáreas.

Es este uno de los humedales más significativos de Castilla-La Mancha. Situada entre los municipios conquenses de El Hito (140 habitantes) y Montalbo (600 habitantes), es una zona de paso clave para las aves migratorias en el centro de la península. Entre mediados de noviembre y comienzos de marzo, la laguna acoge a gran cantidad de aves migratorias y acuáticas. La grulla común es el ave más emblemática. En este entorno natural se llegan a concentrar más de 10.000 individuos en los años más lluviosos, siendo la segunda comunidad más grande de España tras la Laguna de Gallocanta (Aragón). Aunque la escasas lluvias de los últimos años han reducido su superficie inundada invernal de las 350-400 hectáreas habituales (con unos 30 centímetros de profundidad) a unas escasas 100 este otoño. Y las grullas han pasado de las 4.000 o 5.000 del curso pasado al millar escaso de finales de este noviembre.

Se calcula que en Europa occidental hay unas 500.000 grullas; de las cuales, en torno a la mitad invernan en la península Ibérica. Aquí, el principal cuartel de invierno es Extremadura (unas 150.000); en Castilla-La Mancha recalan unas 50.000.

La crisis climática manda y se hace notar. Pero menos mal que al menos está ahí la gente de Global Nature empeñada en dignificar este espacio. A lo largo de los dos últimos años, la fundación ha llevado a cabo un proceso de restauración, en el que se han retirado más de 60 camiones de escombros, 2.500 m3 de amianto y 7 kilómetros de vallas que fragmentaban la reserva natural y suponían una amenaza para la vida silvestre. Algunos de estos cercados incluso pasaban por medio de la propia cubeta; también se han balizado líneas de alta tensión, se han cerrado caminos sin sentido y plantado más de 120.000 plantas. “El objetivo es recuperar los valores naturales de la Laguna de El Hito y frenar la pérdida de biodiversidad que ha sufrido este espacio de conservación único en Europa durante las últimas décadas”; explica Fernando Viñegla, coordinador general del proyecto LIFE El Hito.

Nos lo cuenta el equipo de la fundación con más detalle desde el mirador a la laguna en el pueblo de Montalbo. Entre las acciones de restauración más destacadas cabe mencionar la demolición de las naves situadas en el corazón del parque natural. Estas naves, destinadas a usos agrícolas y ganaderos, se habían construido en una zona inundable, sobre la que se habían instalado una serie de drenajes para evitar su encharcamiento. “Al eliminar y restaurar todos estos impactos, no solo se ha ganado espacio para la biodiversidad, sino que también se ha conseguido minimizar las amenazas directas que degradan el humedal”, comenta Viñegla.

Otro de los objetivos del proyecto es aumentar la vegetación acuática y halófita de la laguna. Esto nos lo cuenta Eduardo Palencia, coordinador de proyectos de la fundación en Cuenca: “Estos hábitats albergan especies características de las estepas salinas mediterráneas como el albardín o el limonio, que tienen un alto valor ecológico y conforman el cinturón de filtro y protección de la laguna, algo crucial para la buena salud de la laguna. El proyecto ha plantado un total de 120.000 plantas autóctonas, y el objetivo es llegar a las 250.000 al final del LIFE. Además, se está llevando a cabo la reconversión de 40 hectáreas de terrenos agrícolas a estepas salinas”.

Centro de interpretación de El Hito decorado con un mural de grullas volando.

Nos da más explicaciones Eduardo de Miguel, director gerente de Global Nature: La recuperación de hábitats para las aves es otro de los puntos fuertes del proyecto. Junto con los agricultores y las autoridades locales de la región, se está realizando un importante esfuerzo por introducir buenas prácticas agrícolas en el espacio natural. El proyecto LIFE proporciona herramientas a los agricultores para compatibilizar la agricultura con la conservación de la naturaleza. Además, se ha puesto en marcha el citado plan de compensaciones para paliar los daños causados por las grullas en las zonas de cultivo dentro de la ZEC/ZEPA. Este plan tendrá continuidad a partir de 2024 a través de una línea ayudas específicas para aves invernantes y esteparias dentro del nuevo marco de la PAC, tal y como se ha comprometido la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. De esta forma, la laguna de El Hito pretende ser un ejemplo de cómo la agricultura puede ir de la mano de la conservación de la naturaleza.

Cae el sol, entramos en el observatorio ornitológico que Global Nature ha montado donde estaban las naves ganaderas abandonadas. Los telescopios nos enmarcan el aterrizaje en El Hito de bandadas de 8, 10, 12… grullas. El silencio se hace aún más profundo, solo interrumpido por sus graznidos. Asoma la luna y La Mancha dormita. Las grullas nos han invitado a callar, pensar y admirar la silenciosa belleza que nos rodea y de la que a menudo no nos percatamos. Aves de buen augurio. Ojalá.

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