«LIBERA es una de las iniciativas ambientales más valiosas”

El biólogo marino, fundador y coordinador de la ONG Alnitak, Ricardo Sagarminaga.

Hoy traemos a nuestra serie de ‘entrevistas circulares’ a Ricardo Sagarminaga. Ric es biólogo marino, fundador y coordinador de la ONG Alnitak, centrada en la investigación y conservación de nuestros mares, y una de las entidades que más estrechamente colabora con el Proyecto LIBERA, puesto en marcha por SEO-BirdLife y Ecoembes para luchar contra la basura que campa a sus anchas en la naturaleza, la basuraleza.

Preséntanos Alnitak; sus logros y proyectos.

Alnitak surgió en 1988 a bordo del buque de Greenpeace Sirius en el puerto de Mahón, cuando dos activistas decidieron ir a Escandinavia para rescatar del desguace el pesquero Toftevaag y restaurarlo para una nueva misión para desarrollar programas de investigación y educación para la conservación del Mediterráneo. Fundaron la asociación cultural Alnitak, una ONG Grass roots que apuesta por la ciencia como base para las políticas de gestión, y una integración activa y constructiva de todos los accionistas implicados. Más de tres décadas después, Alnitak ha conseguido generar una de las bases de datos más extensas de Europa y la región mediterránea para la conservación de cetáceos, aves y tortugas marinas, diseñando 18 áreas protegidas, reconfigurando el trafico marítimo en el Mar de Alborán, identificando medidas tecnológicas para la mitigación en más de un 95% de la captura accidental de tortugas en pesquerías de palangre o desarrollando una herramienta para la modelización espacial y producción de mapas de zonificación de riesgos (SONAR, colisiones, captura accidental, etc…). Durante este periodo, por el Toftevaag han pasado más de 4.000 personas de 102 nacionalidades, incluyendo voluntarios, personal de las más prestigiosas instituciones científicas y productoras de documentales emblemáticos. Desde 2016, el programa de seguimiento de grandes pelágicos (MEDTOP) de Alnitak viene alertando del crecimiento exponencial de la amenaza de las basuras marinas, y más específicamente los microplásticos y la pesca fantasma, o artes de pesca perdidos o abandonados (APPA). En su hoja de ruta para este año, Alnitak se centra en esta problemática, trabajando con navegantes y pescadores.

¿En qué consiste vuestra colaboración con el Proyecto LIBERA?

En 2016 iniciamos nuestra colaboración con la Asociación Vertidos Cero, KAI Marine y Proyecto LIBERA con el desarrollo de la app Marnoba para el mapeo de basuraleza en playas y mar abierto, y ya en 2017 nos adherimos a la red LIBERA con nuestras campañas de mar a bordo del Toftevaag, incorporando en el programa MEDTOP el muestreo de microplásticos y abriendo una línea de investigación dedicada a las basuras a la deriva, que en su mayor parte son APPA. En el marco de MEDTOP, utilizamos a la tortuga caguama (Caretta caretta) como especie paraguas (centinela), y contamos desde 2017 con el apoyo de LIBERA y la Fundación Reina Sofía con financiación para el proyecto Tortugas oceanógrafas, en el que los datos de seguimiento satelital de las tortugas nos permite desarrollar mapas para la prevención de la amenaza de APPA en sus focos de origen y la gestión directa de rescates. En complemento a estas actividades científicas, Alnitak abre su barco al público para fomentar la participación en LIBERA.

Se acaba de presentar el balance 2024 de LIBERA, ¿cómo lo valoras?, ¿crees que va calando en la sociedad el grave problema de la basuraleza?

Alnitak siempre ha apostado por los datos en abierto, el espíritu colaborativo y el trabajo en red. En la mayoría de las problemáticas que hemos abordado, una acción concertada, multidisciplinar y a escala oceánica es fundamental. La basuraleza es otro caso claro, y así lo muestran los resultados. Con la perspectiva de más de cuatro décadas en la lucha por la conservación del medio ambiente, consideramos el proyecto LIBERA como una de las iniciativas más valiosas y exitosas, tanto por su impacto en la mejora en la calidad del medio natural, como por el impacto positivo en la sociedad a muchos niveles. Sin lugar a duda, el concepto de basuraleza ha calado en nuestra sociedad, y LIBERA ha conseguido juntar en esta lucha a personas e instituciones de todo tipo y todas las edades.

Y, en general, ¿crees que va aumentando la conciencia ambiental en la sociedad?

Sí, sin duda. Sobre todo se ve en los jóvenes. Desde muy pequeños ya son la voz de la conciencia en sus casas, incitando a la separación de residuos y al reciclaje. Aunque queda mucho por hacer. Por una parte, siguen viéndose comportamientos incívicos, sobre todo en zonas de fiestas, eventos, botellones, pero luego también resulta sorprendente la falta generalizada de conocimiento. Esto últimos se ha visto en los últimos años con la plaga de bolsitas de caca de perro que la gente deja tiradas por todas partes. Incomprensible y absurdo.

Un análisis rápido, Ricardo, de los principales problemas que acechan a los mares, y en especial al Mediterráneo.

La mar sufre de la conjunción de muchos problemas, como la contaminación, el cambio climático, la sobreexplotación de recursos, el ruido de motores, explosiones, sondas y SONAR, etc… Nosotros nos centramos en los cetáceos, aves y tortugas marinas como especies centinela, pero el peligro está en la alteración de ecosistemas y hábitats a escala global. Es importante no quedarse solo en el impacto en una especie o una problemática. En conservación, hay especies llamativas o amenazas muy evidentes, pero también otras invisibles, como por ejemplo la acumulación en la cadena trófica de metales pesados y compuestos tóxicos persistentes. La basuraleza es muy llamativa en su formato macro, y hay imágenes que están en la mente de todos, como el rescate de tortugas enmalladas. Pero los microplásticos son prácticamente invisibles, salvo para quienes los monitorizamos, y constituyen una amenaza alarmante a escala global.

Aparte de tu dedicación a Alnitak, ¿qué prácticas ambientales pones en marcha en tu día a día?

En Alnitak, en nuestras expediciones a bordo del Toftevaag, intentamos incidir en esto con nuestros voluntarios. A bordo producimos nuestra propia agua y electricidad, y, por tanto, somos muy conscientes de lo que hay detrás de un grifo o de un interruptor. La producción de agua potable es casi un rito religioso cada día a bordo, y nadie desperdicia ni una gota. La comida, igual. Compramos en cooperativas y mercados, comida sana, local, de temporada y en su mayor parte llega a bordo de cajas que son reutilizadas.

¿Quién te ha inspirado/inculcado los valores ambientales?

Soy de la generación que descubría con Félix Rodríguez de la Fuente y el comandante Cousteau la belleza de la vida en la Tierra, aunque fuera en pequeña pantalla y en blanco y negro, pero creo que, sobre todo, tuve la suerte de tener unos padres muy concienciados.

¿Qué les dirías a los escépticos del reciclaje?

El reciclaje no es ni fácil ni perfecto. He vivido en países con distintas estrategias, como España, Suiza, Países Bajos o Escandinavia. Que sea de un modelo u otro, el reciclaje al 100% no existe. En el norte de Europa, aunque algunos lo pongan de ejemplo de buena práctica, no se recicla más que aquí. Allí, al final casi toda la basura se quema. Por eso sobre todo lucho contra las personas que utilizan argumentos falsos en su contra, como el que tira basura al suelo porque “pago mis impuestos para que lo limpien” o “no reciclo porque luego toda la basura la juntan”. Simplemente el hecho de separar las basuras es para mí fundamental, ya que nos permite ver detalles de nuestro consumo que podemos mejorar. Comprar una cantimplora de agua, volver a utilizar el carrito de la compra, rechazar envasados de plástico o aluminio innecesarios. Al final, consumir mejor es importante tanto para el planeta como para nuestro bolsillo. Luego, valorar más la profesión de los que limpian y respetar su trabajo. Es una de las profesiones más importantes de nuestra sociedad.

Un lugar al que te gusta regresar porque te recarga de energía, te inspira, te aporta serenidad…

Los ríos y riachuelos de montaña son mi hábitat de relajación absoluta. Pero, cuando tenemos la suerte de poder disfrutar en primavera, verano, otoño, invierno, de ecosistemas tan diversos como el mar abierto, los fondos marinos, las costas, playas y acantilados, los bosques, las dehesas, la montaña, cuevas, etc…, es imposible para mí decantarme por una preferencia.

¿Optimista respecto al futuro? 

De naturaleza, soy optimista patológico. Me gusta pensar en tiempos geológicos, para ver la vida en la Tierra como algo mucho mayor que nuestra civilización. Esto me da fuerza para centrarme en lo positivo e intentar aportar mi granito de arena lo mejor posible. Lo bueno de LIBERA es que es reconfortante saber que somos cada día más personas aportando granitos de arena.

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