Once libros infantiles protagonizados por abuelos y abuelas

Una ilustración del libro Superabuelas

Una ilustración del libro 'Superabuelas con superpoderes' de José Carlos Román y Cristina Quiles

Una ilustración del libro ‘Superabuelas con superpoderes’, de José Carlos Román y Cristina Quiles.

‘Estamos todas bien’, de Ana Penyas, premio Autora Revelación del Salón del Cómic de Barcelona 2019 y publicado por Salamandra, es una novela gráfica sobre dos abuelas reales llenas de recuerdos y experiencias. Maruja y Herminia nos dan paso a una selección con otros 10 libros infantiles en los que los protagonistas son los más mayores de la familia y los vínculos tan especiales que establecen con sus nietos y nietas.

Estamos todas bien es un libro lleno de pequeñas píldoras de realidad en las que es fácil reconocerse, con casas llenas de objetos que durante décadas formaron parte de la iconografía de un país no tan lejano: crucifijos, tapetes de ganchillo, fotografía de la movida, fanzines revolucionarios de la Transición. Cuenta la historia de Maruja y Herminia, las dos abuelas de Ana Penyas. Dos mujeres normales y corrientes como las miles de mujeres a las que nos les quedó otro remedio que vivir sometidas y trabajando duro durante las décadas del franquismo, en una España donde se anulaba los derechos de las mujeres. Un libro que nos va a servir para rescatar esa memoria histórica tan necesaria a través de historias recogidas tras años de largas conversaciones entre abuelas y nieta.

Maruja y Herminia son dos mujeres con las que es fácil empatizar, dos abuelas que nos van a servir de excusa para realizar un recorrido por otros 10 álbumes ilustrados protagonizados por los más mayores de la familia. Pero antes vamos a conocer el origen de Estamos todas bien. Hablamos con Ana Penyas.

¿Cómo surge la idea de hacer este libro sobre tus abuelas?

Nunca pensé que iba a hacer una novela grafica de 100 páginas sobre mis abuelas. Todo parte de un breve trabajo de cómic que nos pidieron cuando estaba terminando la carrera de Bellas Artes. Nos pidieron cuatro páginas en las que teníamos que contar una anécdota de nuestra vida. Por aquellos días yo había estado visitando a mi abuela en Alcorcón. Y la había visto muy mayor. Por eso decidí dedicarle esas cuatro páginas. Luego las completé con otras cuatro páginas sobre mi abuela Herminia, para presentarme a un festival de autoedición que se organiza en Valencia. Y ahí un editor me dijo que esas ocho páginas tenían mucho potencial como novela gráfica; fue entonces cuando me animé a hacer algo más grande.

Una de las cosas que más llama la atención de esta novela gráfica es que tendemos siempre a dulcificar la visión de los abuelos; en cambio, tú has plasmado su dura realidad, sus arrugas, los achaques, su mal genio…

Sí, pero también hay mucho amor y mucha ternura en la novela. En el caso de mi abuela Maruja, había que contar muchas cosas poco dulces. Y es que las abuelas, aparte de abuelas, han sido antes mujeres que han vivido muchas otras experiencias, y yo quería retratar eso. No solo detenerme en su tiempo actual como abuelas, sino intentar ponernos en su piel como mujeres que han vivido mucho y tienen mucho que contar.

Y ellas, ¿cómo se han visto?, ¿te han echado la bronca?

Ahora mismo, cada una está en un momento distinto de su vejez, de su deterioro, y cada una ha entendido una cosa. Mi abuela Maruja está bastante mal por un Parkinson muy avanzando, ella se ríe con el libro, se ve y se reconoce, y me dice: “Hija, ¿cómo me has hecho así?”. Mi abuela Herminia lo entiende un poquito más. Lo bonito para mí es que, aunque he contado cosas feas, con su permiso, lo he hecho con mucho cariño y ternura.

En el libro se habla incluso de sexo. ¿Cómo se habla de sexo con las abuelas? ¿Quién pasa más vergüenza, tú o ellas?

Con mi abuelas yo he sido muy preguntona desde pequeña. Eso ha estado ahí desde siempre; la confianza ha estado con ellas siempre sobre la mesa. Así que no me ha resultado complicado preguntarles sobre determinadas cosas. De hecho, a medida que se van haciendo más mayores, van perdiendo la vergüenza y cuentan más y más cosas; y algunas no las he puesto en el libro por ser respetuosa con ellas, porque se podrían haber molestado.

¿Qué has aprendido de ellas?

Muchas cosas. Lo primero, aprender a ponerme en su piel; me ha permitido reflexionar sobre la vida de muchas otras mujeres de hoy en día, una vida con el rol de los cuidados, de ama de casa… Pensar en todo lo que han pasado te cambia la manera de entender el mundo. Son mujeres que, en pleno franquismo, y a su manera, llevaron a cabo su pequeña lucha para conseguir cierta libertad, y sobre todo intentar ser felices. De mi abuela Maruja he recibido muchísimo cariño, y aprendido, por oposición, a no tomarme la vida como se la tomó ella. De mi abuela Herminia, a pesar de sus puntos oscuros, he aprendido a ser positiva.

Portada de Estamos todas bien de Ana Penyas.

Portada de ‘Estamos todas bien’, de Ana Penyas.

Y ahora damos paso a un festín de emociones, recuerdos y ternura con esta selección de diez libros ilustrados donde los protagonistas son ellos: las abuelas y los abuelos.

‘Abuelos de la A a la Z’. Raquel Díaz Reguera. Lumen.

Hay tantas clases de abuelas y de abuelos, como abuelas y abuelos existen. Son seres que siempre tienen los bolsillos llenos de besos, de caramelos, de historias y batallitas. Hay abuelos así y abuelas asá, abuelos que cocinan, que madrugan, que juegan, que se despistan y que olvidan, que nos llevan al parque, que nos cuentan historias, que nos apoyan, que se vuelven cómplices siempre y cuando no se lo cuentes a tus padres, que asustan monstruos, que hacen de canguros, que son cascarrabias, que tienen un olor muy especial… En definitiva, abuelas así y abuelos asá. Raquel Díaz Reguera los ha recopilado en esta entrañable enciclopedia.

Ilustración de 'Abuelos de la A a la Z' de Raquel Díaz-Reguera.

Ilustración de ‘Abuelos de la A a la Z’, de Raquel Díaz-Reguera.

‘Superabuelas con superpoderes’. José Carlos Román y Cristina Quiles. Amigos de papel.

Un secreto: no hay abuela en el mundo mundial que no tenga superpoderes. Hay abuelas que hacen unas súper-croquetas, otras que súper-cosen deprisa, o súper-cuentan historias increíbles… Esta tierna y disparatada historia nos confirma que no hay cosa que no pueda hacer una abuela en este mundo por sus nietas y nietos.

‘¡El yayo es… el yayo!’. Lilli Messina. Takatuka.

En este primer libro de una serie de tres se cuentan las peripecias cotidianas del yayo y de Pepe, historias que encierran la esencia misma de la vida. Con muchas píldoras de humor y ternura, esta trilogía nos explica con genialidad la visión que un niño llega a tener de la figura del abuelo, de cómo lo ve, qué piensa de él. Desternillantes historias que nos descubren el secreto sobre el paso del tiempo.

Los otros dos títulos de esta serie son Cuando el yayo era peque y El yayo y Pepe.

Portada de 'Mi abuelo' de Marta Altés. 

Portada de ‘Mi abuelo’, de Marta Altés.

‘Mi abuelo’. Marta Altés. Blackie Little.

Algo inevitable que les pasa a los abuelos es que el tiempo los va a haciendo poco a poco mayores. Y aunque pueda parecer un inconveniente, el tiempo también va haciendo que les queramos cada día un poco más, así, tal y como son. Este sencillo libro, con muy poquito texto y con elocuentes ilustraciones, homenajea esa relación especial que se da entre nietos y abuelos.

‘Un pasito y otro pasito’. Tomie de Paola. Ekaré.

El mejor amigo de Ignacio es su abuelo, quien le ha enseñado a caminar, a construir torres con bloques de madera y a contar historias. Pero tras una larga enfermedad, el abuelo de Ignacio vuelve a casa y ya no es el mismo que antes. Ya no se mueve, ni reconoce a la familia… Nadie cree que mejorará. Pero Ignacio quiere devolverle a su abuelo todo lo que este le dio y un pasito… y otro pasito… Ignacio le enseñará a vivir nuevamente.

 ‘Abuelos’. Chema Heras y Rosa Osuna. Kalandraka.

La abuela Manuela es coqueta como una chiquilla y al abuelo Manuel le encanta bailar con ella. Han pasado muchos años juntos y los dos ya están llenos de arrugas. Pero un día, la abuela Manuela se siente mayor y dice que ya no es una niña y que no está para andar de fiestas. Pero el abuelo Manuel la quiere llevar a la fiesta de la plaza del pueblo. Abuelos nos enseña a encontrar la belleza a través de los ojos del amor, nos muestra todo el cariño que puede existir cuando el cuerpo se marchita… Ojalá nos lleven siempre a bailar.

‘Abuela, deja de hacer fotos’. Ilan Brenman y Guilherme Karsten. Edelvives

A estas alturas ya hay muchos abuelos y abuelas que se han modernizado, que tienen whatsapp y que van todo el día colgados de una estupenda cámara de fotos. En concreto la abuela de este cuento parece que ha enloquecido un poco. Y es que no para de hacer fotos todo el rato. Puede resultar un poco estresante, pero disfruta luego tanto mirando las fotos que ha hecho…

Ilustración de 'Brazos largos'

Ilustración de ‘Brazos largos’.

Brazos largos’. Nono Granero y Jackeline de Barros. Canica Books.

Hacía mucho que yo no pensaba en mis abuelos; hasta que leí este libro y de golpe me vinieron muchos recuerdos. Porque Brazos largos hace un homenaje a ese vínculo de amor que se crea entre abuelos y nietos cuando juntos descubren la vida. Cuando terminé de leer el libro, me quedé en silencio con mis recuerdos rescatados, solté un par de lágrimas y lo volví a leer para atrapar más recuerdos recuperados. Y me consta que le ha pasado a más gente con este libro. Una joya para guardar siempre.

‘El secreto de la abuela’. Ayulo Llegaki. Pastel de Luna.

La abuela Violeta es una gran costurera, pero con la edad ha empeorado. Necesita enhebrar su aguja para terminar un vestido para su nieta Flor, pero no lo consigue y está a punto de desistir. Pero en el último momento recibe una visita inesperada; una familia de ranas se ofrece a ayudarla a cambio de un pequeño favor… Lo que no haga una abuela o abuelo por sus nietos no lo va hacer ningún súper héroe por salvar a la humanidad.

Portada del libro 'Mi abuelo y yo'

Portada del libro ‘Mi abuelo y yo’.

Mi abuelo y yo’. Núria Parera y Almudena Suárez. Editorial Juventud.

A veces toca despedir a los abuelos para siempre y quedarnos con todo el amor que nos dieron y con todos los recuerdos que construimos juntos. Este libro está lleno de los besos escondidos de un abuelo para su nieta, besos escondidos en mil rincones para no sentirte nunca solo. Un cuento que narra una complicidad que dura para siempre, a pesar de que los abuelos hayan tenido que irse.

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Comentarios

  • Marga

    Por Marga, el 16 mayo 2018

    No he leido los cuentos, pero por los dibujos y comentarios, casi reflejan mas las historias y vida de los que hoy son bisabuelos, o de los abuelos del siglo pasado. Soy abuela, tengo 70 años, y ni fisica, ni en mi vida de ahora aunque cosa, cocine, cuente historias o juegue con mis nietos,me parezco a mi madre o abuela. Creo que deben corregir un poco las imagenes, y la narracion para acercarlo a la infancia de hoy.

  • Isaias

    Por Isaias, el 16 mayo 2018

    Seria bueno que revisaras mi texto… se llama El Abuelo Rojo, de editorial SM, ganó el Premio Barco de Vapor en Colombia hace 2 años. Éxitos, que buen post.

  • Jacqueline Fernández

    Por Jacqueline Fernández, el 20 junio 2018

    Me encanta quiero leerlos libros ,cómo hago?

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