Lobos con piel de chivo expiatorio: ‘En Tierra de Todos’
El campo español se ha levantado en las últimas semanas en España y ha dicho: ya basta, aquí estamos, así no. Es el primer e imprescindible paso para detener la sangría de la ‘España vaciada’: retribuciones justas para quienes deciden vivir en lo rural. Y en medio de toda esta crisis aparece otro agente rodeado de un halo de misterio maldito: el lobo, a quien injustamente se le usa como chivo expiatorio, como la guinda de todos los males, en muchos territorios del norte. Por eso la organización ecologista WWF ha lanzado una campaña en toda Europa para luchar por la convivencia entre los ganaderos de extensivo y los lobos (y otros grandes carnívoros, como el oso y el lince boreal), para pedir diálogo. La han bautizado ‘En Tierra de Todos’.
WWF ha logrado recabar más de 30 testimonios de distintos sectores, entre los que destacan ganaderos de 17 países europeos, que muestran cómo han aprendido a coexistir con estas especies, gracias a la aplicación de medidas preventivas; en España, sobre todo el empleo de cercados y mastines en el manejo del ganado. Algo que ya apreciábamos bien en otro documental, Barbacana , de Arturo Menor, estrenado en otoño de 2018. Los protagonistas de esta campaña trasladan a la administración sus peticiones para garantizar que su actividad y la protección de las especies sean compatibles.
Actualmente unos 17.000 lobos habitan el continente europeo; en España calculan que hay entre 2.000 y 2.500, una población que ha remontado significativamente desde finales de los años 70, sus horas más bajas, cuando, según la experta en la especie Yolanda Cortés, quedaron reducidos a no más de medio millar. Esa multiplicación de la especie es lo que ha llevado a que en España vuelvan a dispararse las alertas en el mundo rural y en las administraciones autonómicas contra el lobo, hasta el punto de que la legislación es un puzle disperso de normativas según regiones, de distintas catalogaciones; en el norte de Castilla y León –la zona junto a Galicia donde más abunda– está considerado especie cinegética, y la Junta permite matar hasta un centenar por temporada de caza. Con un importante fallo en todas esas legislaciones autonómicas, según destaca Luis Suárez, coordinador del Programa de Conservación de WWF: se hace hincapié en las indemnizaciones por los daños al ganado, y apenas en apoyar las medidas preventivas, en ayudar a los ganaderos para evitar que la sangre llegue al río (o al pastizal).
El documental En Tierra de Todos sobre el que se vertebra la campaña es una pequeña joya, cuidadísimo en fotografía, sonido y música, 13 excelentes minutos, con dirección y realización de Ofelia de Pablo y Javier Zurita. Y muy acertado en el casting. Da voz a quienes comparten con éxito territorio con el lobo.
Destacan en WWF: “Aquellos lugares en los que la actividad humana y estos grandes carnívoros comparten territorio pueden resultar conflictivos por problemas de convivencia del ser humano con estas especies. Por esta razón, hacemos pública la campaña En Tierra de Todos. Esta iniciativa ha recogido testimonios que dan voz a quienes saben que hay otra manera de vivir en un mismo territorio, donde no sobra nadie, más acorde a nuestros tiempos y basada en la coexistencia”. Las historias pertenecen a ganaderos y pastores que apuestan por medidas preventivas, como los imprescindibles mastines o los vallados, pero también a empresas de ecoturismo y otros habitantes de las comunidades rurales que son conscientes de la importancia de la presencia de estos animales. Son historias reales en primera persona grabadas por toda Europa, desde Finlandia a Italia pasando por Francia, Europa Central y España.
Sacarse del alma el miedo y el odio al lobo
En el caso de nuestro país, los protagonistas son un joven ganadero de la sierra de la Culebra (Zamora), Fernando, que tiene 21 mastines para cuidar en la sierra 110 vacas, lo que le supone un gasto extra de entre 6.000 y 9.000 euros al año; Sofía, una joven vaqueira de alzada de Asturias que gestiona además una empresa de avistamiento de fauna en Somiedo, y que en el vídeo confiesa de manera muy emocionante todo lo que le costó sacarse del interior, “del alma, del corazón”, el miedo y odio al lobo, pero que ahora lo ve como un aliado para revalorizar los trabajos de la gente de campo en esas zonas; y Juan, un pastor trashumante de León en los Picos de Europa, con una especial habilidad para explicar con refranes y chascarrillos lo que opina: “¿Por qué entra el lobo en la iglesia? Porque estaba la puerta abierta”. “A base de cortar cojones se aprende a capar”. “De estos pueblitos marcharon todos, quedaron cuatro, los más pobres…”
Según Luis Suárez, “los vídeos muestran cómo todos los protagonistas han sido capaces de encontrar la mejor solución para hacer posible la coexistencia y, además, se han atrevido a contarlo, a compartir su ejemplo en un entorno empeñado en mantener el enfrentamiento en lugar de buscar soluciones”. Y subraya: “Es imprescindible que las comunidades autónomas apuesten por un nuevo modelo enfocado en reducir los daños y en apoyar al ganadero en lugar de perseguir al lobo; para ello, se deben poner en marcha políticas adecuadas y apoyarlas utilizando los fondos europeos disponibles y facilitar la aplicación de medidas preventivas. Porque apostamos por una ganadería extensiva y sostenible, en la que no sobra nadie”. Y las manadas bien estructuradas de lobos ayudan a mantener ecosistemas sanos, sin exceso de población de ungulados, un problema real hoy día en muchos territorios.
Sí, Sofía también termina el documental diciendo: “Aquí no puede sobrar nadie. Que unos ganen todo y otros pierdan todo”. Eso no puede ser. Por eso, En Tierra de Todos.
La campaña se enmarca en el proyecto LIFE EuroLargeCarnivores, financiado por la Unión Europea y cofinanciado por la Fundación Biodiversidad, que tiene como objetivo el intercambio de mejores prácticas de coexistencia con grandes carnívoros a nivel europeo. Las historias están disponibles en www.wwf.es/grandescarnivoros.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
No hay comentarios