Los bosques tienen duendes con pico y alas
“En general, es más fácil hacer seguimientos de especies de aves en zonas abiertas: acantilados, montañas, humedales, estepas… Con pájaros carpinteros, entre bosques, es más complicado, y en la mayoría de los casos no sabemos lo que tenemos”. Hugo Robles lleva 25 años haciendo seguimientos de la población de pico mediano, una de las siete especies de pájaros carpinteros de España. En breve se estrenará un documental, ‘Los secretos del duende alado’, que resume ese trabajo con uno de los 256 representantes mundiales de la familia de los pícidos, la mayoría forestales, arquitectos de oquedades en infinidad de árboles gracias a un prodigio de cabeza que, entre otras cosas, impide que les estalle el cerebro con cada duro y veloz repiqueteo.
En el último Libro rojo de las aves de España, de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y la Fundación Biodiversidad, dos especies de pájaros carpinteros, el pico mediano y el pico menor, aparecen catalogadas como “datos insuficientes”. ¿Eso quiere decir que no están amenazados? Todo lo contrario, lo explican en el propio libro: “No se debe considerar que la inclusión en esta categoría supone que esos taxones no presenten un riesgo de extinción alto. Algunas de estas especies pueden estar desapareciendo paulatinamente, pero la falta de información no permitirá adoptar las medidas de conservación adecuadas a tiempo si no contamos con información precisa y de calidad”.
El libro viene a decir que hay que ponerse las pilas con las 49 especies de aves en España –no son pocas– que cuentan con información deficiente y no se les ha podido asignar una categoría concreta, sea “en peligro”, “vulnerable” o “no amenazada”. Esas pilas las lleva recargando Hugo Robles contra viento y marea desde 1999: “Comencé la tesis doctoral con mamíferos carnívoros, pero lo que me llamaba de verdad la atención era la población de pico mediano entre León y Palencia, muy fragmentada –en general, toda su población en la cordillera Cantábrica se reparte en grupos aislados de complicada viabilidad–. Me interesaba mucho la fragmentación de los hábitats. Visité la zona y me encantó, con esos bosques caducifolios, y cómo el pico mediano actúa en ellos y le afecta la gestión de las masas forestales”.
Lo de contra viento y marea se aprecia en el documental, ya que una de las lecturas que se saca del mismo es la precariedad de la investigación científica en muchos casos en nuestro país. Robles es profesor asociado de la Universidad de Oviedo, consultor ambiental e investigador asociado de la Universidad de Amberes (Bélgica), y confirma que el documental refleja también “cómo hemos sobrevivido 25 años trabajando con esta especie en su ambiente, sin financiación de ningún tipo en gran parte. Yo viviendo en casa de mis padres, mi padre llenando el tanque de gasolina para los continuos desplazamientos… Y ya tengo dos hijos. Esto puede resultar excepcional, pero a diferentes niveles sucede más veces en la investigación científica”.
Robles no trabaja en cualquier sitio ni con cualquier especie. El noreste de la provincia de León limítrofe con Palencia está considerada el área de distribución mundial más al suroeste del pico mediano si, como apuntan todos los indicios, ha desaparecido del occidente astur-leonés. En 1984, otro apasionado estudioso de la biodiversidad cantábrica y reconocido zoólogo a escala internacional, Francisco Purroy, situaba a la especie en ese límite suroccidental mundial, incluso llegaba a la provincia de Lugo. Este mismo catedrático de Zoología de la Universidad de León dirigió las tesis de Hugo Robles y de Carlos Ciudad, otro participante en Los secretos del duende alado. Lógicamente, ambas tesis versan sobre el pico mediano.
Pájaros carpinteros ibéricos únicos
Cada una de las siete especies de pájaros carpinteros de España reúne características que las hacen casi únicas y de una importancia trascendental para su conservación mundial. La más destacada es que las poblaciones existentes en España son en casi todos los casos las más suroccidentales de su área de distribución mundial. Uno de ellos, el pito real ibérico, es endémico de la península Ibérica y otro, el pico dorsiblanco, está “en peligro de extinción” según el Catálogo Español de Especies Amenazadas. A los cuatro citados (picos mediano, menor y dorsiblanco y pito real ibérico) hay que añadir el pico picapinos, una de las especies más extendidas; el picamaderos negro, que está en expansión; y el curioso torcecuello, que por tamaño y morfología es el que parece menos pájaro carpintero de todos y aparece como “vulnerable” en el Libro rojo de las aves de España.
Salvo excepciones, los censos y seguimientos recientes de aves confirman que hay una tendencia de recuperación y expansión de las especies forestales, pájaros carpinteros incluidos. Sin embargo, Hugo Robles matiza: “Si echamos la mirada más atrás, a un par de siglos, y no digamos ya a la colonización humana de la península Ibérica, que conllevó la destrucción masiva de bosques, veríamos que las especies forestales están bajo mínimos, y más si hablamos de las apegadas a bosques maduros, los más naturales”.
El “pájaro loco”, el más amenazado del mundo
De las 256 especies de pájaros carpinteros que existen en el mundo y aparecen recogidas en el libro All the birds of the world (Josep del Hoyo. 2020. Lynx Edicions), 19 están catalogadas con algún rango de amenaza (algo más de un 7%). Esto quiere decir que la cifra está por debajo de la media de especies de aves amenazadas en todo el mundo, que supera el 12% de las 11.524 descritas por la ciencia y contenidas en la publicación citada. Dos de las más amenazadas pertenecen al mismo género: el picamaderos pico de marfil (Campephilus principalis) y el picamaderos imperial (Campephilus imperialis). Se cree que Walter Lantz, el caricaturista creador de El pájaro loco, se inspiró en estas especies para dibujar a su famoso personaje.
Ahora mismo, al picamaderos imperial, el pájaro carpintero más grande del mundo, se le considera probablemente extinto, ya que desde 1956, año en el que se le filmó en Sierra Madre Occidental (México), no se ha vuelto a tener noticias de un ejemplar en libertad. Por su parte, al picamaderos pico de marfil, catalogado en peligro crítico de extinción, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos lo dio por extinguido en 2021. Sin embargo, un estudio publicado en 2022, que incluye varias fotografías tomadas de la especie en bosques de Louisiana, demostraba que seguía vivo. Otra especie, el pito de Okinawa (Japón) es la tercera en mayor riesgo de extinción. Si desaparecen los 500 ejemplares recluidos en una isla del archipiélago de Okinawa, no solo se extinguirá la especie, sino el género al que pertenece (Sapheopipo), ya que es su único representante.
Urge cuidar los bosques y explotarlos con moderación
Explotación forestal, construcción de presas y carreteras asociadas, desarrollo agrícola, destrucción del hábitat con campos de golf y helipuertos e introducción de especies exóticas que depredan sobre el pito de Okinawa son las causas de su descenso, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Muy similares causas se esgrimen para el resto de especies amenazadas, que podrían incluir también los incendios, la construcción de pistas de esquí, la caza e incluso la tala de árboles cuya madera se destina a grandes centrales térmicas de biomasa, caso de la provincia canadiense de Columbia Británica.
Como ocurre con el pico mediano, la pérdida de bosques extensos, maduros y con árboles envejecidos es la causa principal de la disminución de otras especies. En un extenso repaso a los pájaros carpinteros más amenazados, liderado por expertos de varias instituciones científicas de Argentina, concluían que la deforestación se mantiene como la causa principal de su declive. En varios lugares de España se llevan a cabo tratamientos forestales para frenar esta merma, como el mantenimiento de altas densidades de árboles viejos y madera muerta o impedir trabajos de extracción de madera y su tratamiento durante la época de cría.
No todas las especies de pájaros carpinteros sufren por la pérdida de bosques cerrados o maduros, entre otras cosas porque hay algunas para las que no es su principal hábitat. También frecuentan desiertos, campos abiertos, áreas urbanas y tierras de cultivo, como se advierte en un artículo relacionado con una conferencia internacional sobre pájaros carpinteros celebrada en 2019 en Białowieża (Polonia) en el que participan varios expertos mundiales en pícidos, incluido Hugo Robles. Es más, según el mismo trabajo, hay especies que ni se molestan en hacer agujeros: “En algunos bosques de América del Sur y Eurasia utilizan principalmente cavidades creadas por la descomposición o deterioro provocado por hongos, insectos, podas o fenómenos meteorológicos”.
Agujeros de pájaros carpinteros para mochuelos, ardillas y murciélagos
Por el contrario, cuando sí son los pájaros carpinteros los artífices de cavidades de circunferencia perfecta, que parecen hechos con compás, hay otras especies que los suelen aprovechar. En un trabajo de Patricia Catalina-Allueva y Carlos Martín, del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), concluyen: “La actividad excavadora de los pájaros carpinteros contribuye a incrementar la biodiversidad en parques urbanos al proporcionar lugares de nidificación y refugio para otras especies”.
Abubilla, mochuelo, cotorra de Kramer, estornino negro, herrerillo capuchino y carbonero común ocuparon en mayor medida agujeros abiertos por el pito real ibérico, el pico picapinos y el pico menor que los que surgen por descomposición o daños al arbolado, según el trabajo de los investigadores de la UCM. Y según la información de Itsas Enara Ornitologia Elkartea de Guipúzcoa, hasta mamíferos como la marta, el lirón gris, la ardilla común o murciélagos forestales aprovechan los del picamaderos negro.
Si se habla de pájaros carpinteros hay que terminar admirando la adaptación de su cuerpo, especialmente su cabeza, al repiqueteo constante, veloz y con fuerza sobre troncos y ramas. Cualquier otra especie del resto de familias de aves, incluso con un pico similar, moriría en el acto con el cerebro reventado contra el duro hueso del cráneo. Un cerebro muy esponjado, que hace de airbag, y una lengua tremendamente flexible, que hace de cinturón de seguridad en el interior de la cavidad craneal, permiten que algunas especies den hasta 20 golpes por segundo y su repiqueteo se mantenga como uno de los sonidos más característicos de nuestros bosques.
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