Los últimos mohicanos musicales en televisión

The Strypes en Un lugar llamado mundo

The Strypes en Un lugar llamado mundo

The Strypes en ‘Un lugar llamado mundo’ © Miluca

Incomprensiblemente, la televisión española huye de los programas musicales. Sobreviven ‘Un lugar llamado mundo’ y ‘Cachitos de hierro y cromo’ como dos islas de buen gusto para melómanos televisivos. Hablamos con sus dos directores, David Trueba y Jero Rodríguez, respectivamente.

Los programas musicales en la televisión no pasan por su mejor momento. Con la excepción de los Conciertos de Radio 3, que La 2 emite de madrugada, el panorama se presenta desolador para los amantes del pop. Atrás quedaron los buenos tiempos, sobre todo en los años 80, cuando en la parrilla coincidían varios espacios musicales a pesar de haber menos canales. Era la época de La Edad de Oro (Paloma Chamorro), Rockopop (Beatriz Pecker), FM2 (Diego Manrique), Auambabulubabalambambú (Carlos Tena), Popgrama (Carlos Tena, Ángel Casas y Manrique), Qué noche la de aquel año (Ramón Pradera, Miguel Ríos y Manrique), programas que fueron un escaparate musical de lo que se hacía en aquel momento dentro y fuera de nuestras fronteras, pero que sobre todo sirvieron a los de dentro para darse a conocer e impulsar la carrera de quienes batallaban por hacerse un hueco en el mundo de la música.

Ahora son tiempos de sequía, pero aun así hay dos programas que subsisten con dos propuestas diametralmente opuestas. Una, Un lugar llamado mundo (Canal +). Se realiza en directo con bandas españolas y extranjeras que cantan y tocan con sus formaciones habituales, pero que también lo hacen mezclándose con otros de los grupos invitados, lo que da lugar a actuaciones únicas. Después de los conciertos, el productor Javier Limón se sienta con ellos en un sofá donde charlan de música y de lo que se tercie. La otra propuesta es Cachitos de hierro y cromo (La 2), que se nutre de los magníficos archivos de TVE para realizar un programa con el que pretenden recuperar temas y, sobre todo intérpretes, caídos en el olvido.

Asistimos a la grabación del último programa de la temporada de Un lugar llamado mundo. Cartel de lujo: The Strypes, Ocean Colour Scene, Bombay Bicycle Club, la mexicana Carla Morrison y, en representación española, Supersubmarina. La Riviera (Madrid) es el lugar elegido como escenario de este broche final. Antes le precedieron locales de Granada, Bilbao, Vitoria o Barcelona, con actuaciones como las de Vampire Weekend, John Grant, Benjamin Biolay, Editors, Crystal Fighters, L.A., We are standard, Los Coronas, Ivan Ferreiro, Manel, Lori Meyers, Soleá Morente y Benjamin Biolay.

La sala luce un aspecto muy distinto a los días de concierto. La pista aparece poblada de sillas donde se sientan los invitados. La entrada a la grabación es gratis, solo hay que registrarse en la web de San Miguel, el patrocinador del programa, y descargarla. En el escenario se agolpan los instrumentos de todos los grupos que van a tocar; a la derecha, como siempre, queda el sofá negro en el que Javier Limón entrevista a los músicos. Antes de comenzar la grabación, aparecen en el escenario Toni Garrido, presentador y productor, y David Trueba, director del programa, que comenta que es la primera vez que se pone delante de la cámara en este espacio, y que lo hace para despedir la temporada.

Vampire Weekend en Un Lugar Llamado Mundo. ©Miluca

Vampire Weekend en Un Lugar Llamado Mundo. ©Miluca

Trueba es un gran amante de la música; de hecho, su última película, Vivir es fácil con los ojos cerrados, retrata a un profesor que en 1966 se fue a Almería a conocer a John Lennon, cuando rodaba a las órdenes de Richard Lester Cómo gané la guerra. Para homenajear al director y a Lennon, Supersubmarina realizarán una versión de Strawberry Fields, canción que Lennon compuso durante esta estancia en los desiertos almerienses.

Hablamos con David Trueba sobre su experiencia como director del programa. “Siempre he reivindicado que hubiera música en directo en la tele y cuando me propusieron este proyecto, me sentí esclavo de mis palabras. El programa me ha servido para aprender a distinguir un bajo de una guitarra”, bromea el director. “La idea surgió de Toni Garrido, que produce varios programas de radio y nos trasladó a Javier Limón y a mí la propuesta. Desde el inicio me pareció que no podía decir que no porque llevo toda la vida persiguiendo que los grupos y artistas tenga un sitio donde aparecer”. Lo de la selección de los músicos que participan es otro cantar. El presupuesto es limitado y hay que salvar las dificultades entre grupos, managers y casas de discos, y continúa: “Planeamos a partir de las fechas de los grupos cuando están de promo en España o cuando vienen de gira o a participar en festivales. Pero evidentemente es lo más complicado de coordinar”.

Una de las peculiaridades del programa es el emparejamiento de artistas de diversa procedencia que tocan y cantan juntos logrando formaciones difícilmente repetibles. ¿Cuál de estos encuentros te ha gustado más?

En estos tiempos no es habitual ver a músicos tocando en directo. Aquí lo hemos hecho y además hemos propiciado colaboraciones entre gente que no se conocía. El de Benjamin Biolay y Soleá Morente me gustó por esa mezcla de chanson francesa y flamenco, por lo inesperado y el buen rollo que nos dio a los que estábamos allí. John Grant fue otras de las actuaciones más especiales. Le habían perdido la maleta y se disculpó por no haberse cambiado de ropa, pero estuvo muy bien. (De hecho Grant cuajó una gran actuación y sorprendió a todos con su español fluido, que aprendió de un amigo mexicano cuando trabajaba en un restaurante, y sus conocimientos del cine de Almodóvar al citar a Chus Lampreave como una de sus actrices favoritas). Pero me han encantado todos, gente como Lori Meyers, Ocean Color Scene, Carl Barat; todos los que han venido, desde Iván Ferreiro a Kiko Veneno, han estado estupendos, abiertos a colaborar; son los que han hecho el programa interesante.

Tu que siempre dices que has defendido los programas de música, como espectador, ¿qué programas veías?

Desde niño veía los de Carlos Tena, Diego Manrique, Santiago Alcanda y demás. También el mítico de Miguel Ríos y Miguel Bosé. De hecho, cuando hicimos El peor programa de la semana (TVE), nuestra lucha era para que los ejecutivos de la tele pública no nos prohibieran sacar a un músico en directo, porque bajaba la audiencia, pero como nosotros les insistíamos, mejoraba la audiencia. Pudimos poner en directo a tocar a gente como Rita Marley, Willy Deville, Kiko Veneno, Siniestro Total… En programas extranjeros, creo que son muy ejemplares los de Joss Holland (BBC) o From the basement, y también el que grabó Elvis Costello en Nueva York o cualquier especial. La única cadena interesante en este aspecto es Canal Xtra del Digital plus.

Un gran aficionado a la música como tú, ¿qué tipo de música escucha? ¿Cuáles son tus grupos o cantantes favoritos?

Soy muy ecléctico y escucho de todo. Desde Bill Fay hasta Brandford Marsalis, pero cuando se trata de música, tratas de encontrar cosas que se acerquen a la gente, que los familiaricen con aspectos desconocidos.

Parece que los magazines musicales han sido desterrados de las cadenas convencionales por una cuestión de audiencias, o al menos en eso se escudan los que deciden…

Según los directivos, sí, pero yo creo que tiene que ver con que hacer música en directo es más complicado que una tertulia política o de cotilleos con todos en torno a una mesa camilla diciendo bobadas.

¿Cuál es tu balance de las doce emisiones de ‘Un lugar llamado mundo’?

Me gustaría pensar que un programa así tiene que juzgarse a partir de su permanencia en antena, que los artistas le pierdan el miedo a venir, a colaborar entre ellos, a dejar una actuación única y abrirse un poco. El ideal sería hacerlo durante décadas y que fuera un contenedor adonde la gente de la música le gustara venir. Hoy por hoy, está limitado al pop-rock y al indie, pero poco a poco intentaremos abrirlo aun más.

Cachitos de hierro y cromo

El equipo de Cachitos de hierro y cromo ©Josep Echaburu

En el lado opuesto a esta reivindicación de la música en directo se encuentra Cachitos de hierro y cromo, un programa emitido por La 2 (Domingos. 22.00 h), que debe su nombre al estribillo del tema En un Mercedes blanco de Kiko Veneno; se realiza utilizando los inmensos archivos de TVE, con cuyo material confeccionan peculiares playlists en las que incluyen actuaciones de todos los géneros y épocas unidas por un concepto común (gasolineras, one hit wonders, protovideoclip, etcétera).

La música de las gasolineras fue el leit motiv del primer programa de la serie. El protagonista: el expositor de casetes que no faltaba nunca en los puestos de repostaje con un surtido de grandes éxitos de Los Chichos, El Fary, Bambino o Camela. La segunda emisión, Canciones para no dormir, recopiló temas de De Luxe, The Cure, Depeche Mode, Bowie o Rocío Jurado que invocaban al miedo, crímenes, monstruos… La tercera entrega rindió homenaje a los olvidados, o Los Perdidos, es decir, grupos y cantantes de un solo éxito (One Hit Wonders), que tras su momento de fama cayeron en el olvido. Artistas como B Movie, Londonbeat o Snap son algunos de los representantes de esas historias fugaces que obedecían a esta filosofía: “Nos hemos olvidado de tu cara, de tus pintas y hasta de tu nombre, pero no de tu canción”. La Moda Pop (Dime qué llevas puesto y te diré qué escuchas) ha sido la protagonista del cuarto capítulo. Una panorámica de los trapitos con los que los artistas han aparecido en TVE. Crucifijos, pelos de punta, flequillos mod, pantalones pitillo o de pata de elefante, peinetas, tachuelas, lentejuelas, hombreras y cualquier tipo de parafernalia que ha adornado a las tribus musicales a lo largo de los años han tenido su hueco en este programa. Otra de las entregas, Sporting Music Club, sobre la relación entre música y deporte, ha proporcionado momentos desternillantes con algunas coreografías dignas de pasar a la historia.

Jero Rodríguez, director del programa, nos explica el porqué de la elección de este formato: “Casa muy bien con la idea de poner cintas una y otra vez a la gente, en nuestro caso son Betacams del archivo de TVE, que hay un montón. Algunos de los componentes del equipo ya trabajaron en espacios de archivo como 50 años de… o Cómo hemos cambiado, desde la delegación de TVE Catalunya, y ahora han adaptado a la música ese tipo de formato de recuperación. Queremos entretener sin renunciar a ser didácticos. No nos gusta la palabra nostalgia, más bien nos gusta hablar de legado musical. Hay muchas cosas que reivindicamos del pasado, eso está claro, pero no solo complacemos recuerdos generacionales.  Queremos ir un poco más allá”.

En este programa hay una colaboración de la gente de Radio 3…

Al plantear la idea del espacio, se buscó la complicidad de Radio 3, ya que ellos saben más de música que nosotros y somos empresas hermanas. Ellos proponen los temas o se busca a los guionistas adecuados para lo que tenemos en mente. Depende. Y de esa cadena pública, la mejor emisora musical del país, viene la presentadora, Virginia Díaz, y guionistas como José Manuel Sebastián, Gustavo Iglesias, Pilar Arzak o Rosa Pérez, a los que acompañan críticos musicales como Luis Troquel, Joan Pons e Iván Domínguez.

A pesar de que TVE tienen el honor de ser la cadena con más programas de música, (CHC y los Conciertos de Radio 3), ¿es eso suficiente?

La música en televisión nunca sobra y a mí me gustaría ver muchísima más. No solo en TVE, también en otras cadenas donde ha desaparecido por completo. Sin ser programador, es de justicia decir que no existe otra cadena nacional como TVE que le dé más espacio a la música. Y no me puedo quejar, la verdad. De momento Cachitos de Hierro y Cromo va en prime time.

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