Cada vez más madres reclaman una sólida educación ambiental en el cole

Un menor recicla en un contenedor verde.

Una niña recupera para su reciclaje un envase de vidrio en un mini-iglú de Ecovidrio.

El Club Malasmadres y Ecovidrio presentaron ayer una gran encuesta con la participación de más de 5.000 mujeres sobre la conciencia ambiental en los hogares españoles y el impacto de la pandemia en hábitos verdes. Entre los principales resultados, destacamos dos: Por un lado, cada vez más madres reclaman una mayor y más sólida educación ambiental en los centros docentes. Por otro lado, el cuidado del medioambiente es considerado el gran reto para las mujeres después de seguir trabajando en la igualdad de oportunidades hombres/mujeres.

El cuidado del medioambiente es el segundo gran reto de las mujeres españolas tras la igualdad de oportunidades. Así se desprende de la encuesta MalasmadresEco , impulsada por Ecovidrio, entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión del reciclado de residuos de envases de vidrio en España, y el Club de Malasmadres, y que analiza la conciencia ecológica de los hogares españoles. Tres datos que no dejan lugar a dudas: El 80% de las encuestadas sitúa el cuidado del planeta entre los tres grandes retos de la sociedad española en el futuro más inmediato. El 96% de las mujeres se muestra más preocupada por el medioambiente que hace unos años y sólo el 2% niega el cambio climático.

Eso sí, la desigualdad de género sigue siendo llamativa. El 82% de las mujeres declaran que son ellas las más implicadas, dentro del hogar, en las tareas relacionadas con el cuidado del medioambiente.

¿Cómo impacta la pandemia en los hábitos sostenibles en casa?

Un 60,6% de mujeres son más conscientes de la necesidad de cuidar el medioambiente desde que se inició la pandemia. Las madres encuestadas se preocupan por el entorno que dejarán a sus hijos, con especial inquietud en la escasez de agua (73%), las enfermedades relacionadas con la contaminación (69%) y la pérdida de ecosistemas y biodiversidad (67%). Beatriz Egido, responsable de Comunicación en Ecovidrio, subrayó en la presentación del estudio: “Pocas cosas buenas podemos sacar de esta pandemia que nos ha puesto en vilo, pero una de ellas es que hemos podido reflexionar sobre las condiciones en las que vivimos y ha servido para tomar conciencia sobre nuestra relación con el entorno y visibilizar los efectos positivos del cambio en los hábitos diarios. Que el reto ambiental sea la segunda preocupación, y en aumento, ha de dejarnos espacio al optimismo”.

En cuanto al día a día en casa, el 80% asegura que en los dos últimos años ha incorporado hábitos más sostenibles en el hogar. Según MalasmadresEco, el 89% de los hogares españoles separa los residuos de forma habitual, el 75% se ha propuesto reducir el consumo de plástico y el 71% apuesta por un consumo responsable. La separación de residuos es la práctica sostenible más común en los hogares españoles. Nueve de cada 10 encuestadas afirman separar habitualmente residuos en su hogar. La separación de residuos más habitual es la de papel y cartón (95%), la de envases de vidrio (94%) y la de envases ligeros como los bricks, latas o plástico (94%).

Tras la separación de residuos, las prácticas más sostenibles en los hogares son, en este orden, el consumo responsable (61,7%), la reducción del plástico (60%) y la reducción del consumo de luz (59%).

Mayor preocupación por la educación ambiental

Además, hay otra conclusión de este estudio que nos llama especialmente la atención. Lo referido a la educación ambiental. las madres se muestran críticas respecto a la importancia que se da a este tema en los centros educativos. El 66% contesta que los menores no reciben suficiente educación ambiental en el colegio y que se debe avanzar más en este aspecto. El número de mujeres críticas con los colegios ha aumentado en estos tres últimos años, ya que en 2017, en la anterior encuesta MalasmadresEco, era el 44%. El aumento de esta valoración negativa va de la mano del incremento de la preocupación por el cuidado del medioambiente.

Maite Egoscozabal, responsable de Investigación Social del Club de Malasmadres y autora de la encuesta, quiso destacar ayer esa cada vez mayor implicación de las mujeres en la educación ambiental, tanto en el ámbito doméstico como en la reclamación de mayor compromiso en los colegios, pero, al mismo tiempo, nos hizo notar esa gran laguna que conecta con el otro reto de la igualdad de géneros: que son ellas, y no los padres, quienes se encargan en una mayoría muy amplia de esa concienciación verde a través de los hábitos del día a día.

Y Laura Baena, fundadora de Malasmadres, concluyó: “Es importante dejar un mensaje en positivo de esta nueva realidad”. El Club de Malasmadres se define como “una comunidad emocional 3.0 de Malasmadres con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo. Nace en 2014 con el objetivo de desmitificar la maternidad y romper con el mito de ‘la madre perfecta’. Lucha por un nuevo modelo social de madres, que no quieren renunciar a su carrera profesional y tampoco quieren renunciar a ver crecer a sus hijos e hijas». La comunidad aglutina ya a más de 800.000 seguidoras.

La encuesta fue realizada entre el 1 y 9 de junio, en plena desescalada del confinamiento. Recibió 5.234 respuestas de mujeres de todas las comunidades autónomas.

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