Mapa de las polémicas talas del alcalde Almeida en Madrid

Protesta vecinal contra las talas perpetradas por el Ayuntamiento de Martínez Almeida. Fotografía de Rosa Tristán.

Almeida no descansa en su cruzada contra la naturaleza en Madrid. Tras el derroche de pólvora de la mascletá del domingo, vamos a repasar la historia reciente de las talas en la ciudad, que se va llenando de capítulos a medida que pasan los días, las semanas y los meses. Sin entrar en aquellas que tuvieron lugar tras el paso de la tormenta Filomena, cuando cientos de alcorques quedaron vacíos en las calles y no han sido repuestos, el número de árboles –muchos, ejemplares maduros y de gran porte con edades de varias décadas– eliminados de sus lugares en los últimos años no ha dejado de aumentar y supera con creces el millar; talas y supuestos trasplantes que han desatado desde hace un año un movimiento vecinal por los árboles en todos los barrios que no se había producido antes –NO A LA TALA­–, convocando protestas, promoviendo denuncias judiciales e implicando a políticos nacionales y europeos en su batalla por la defensa de un arbolado urbano cada vez más necesario. 

Un repaso de las talas promovidas en la capital permite hacerse idea de la dimensión de un “apeo” de ejemplares maduros, muchos con décadas de vida, cuyos impactos, aseguran científicos, urbanistas y activistas, no podrán solventarse plantando brotes en las afueras, en áreas lejos de las calles y plazas más céntricas para las que, en vez de sombras de ramas, se proponen coberturas de toldos mientras aumentan los días de calor y suben las temperaturas.

La arboleda de Madrid-Río, mutilada

Tras un año de protestas para tratar de impedirlo, a raíz de ver vallada parte de la arboleda histórica de plátanos de Madrid Río, después de las Navidades comenzó la tala de unos 240 árboles en lo que fue el antiguo Parque de Arganzuela. Gracias a la movilización ciudadana se logró salvar cientos de plátanos de sombra, cuya tala de anunció, pero no se consiguió que se volviera al proyecto original de creación de una nueva estación de la Línea 11 de Metro fuera del parque, y toda una parte, en la que se reunían familias en una zona de juegos infantiles, con mesas, bancos y un gran barco pirata, es ahora un gigantesco agujero, pese a que la obra estaba prevista en el asfalto de la calle aledaña, casi sin tráfico. Nunca se presentaron informes técnicos que confirmaran lo inevitable de cambiar la ubicación original, porque no había ninguna otra solución factible, cuando se había aprobado tras años de estudio hacerla en otro lugar. No se atendieron las más de 350 alegaciones de los vecinos.

Adiós al Parque de Comillas

Al mismo tiempo, comenzó la tala del Parque de Comillas, en Carabanchel, un espacio verde fruto de las reivindicaciones vecinales de la década de los 70. La Comunidad de Madrid cambió a ese lugar la entrada de la tuneladora –también prevista originalmente en otro lugar– para ampliar esa misma Línea 11 de Metro, que ha ido destruyendo zonas verdes a su paso por la ciudad. Las protestas de los vecinos no han evitado que allí hayan desaparecido al menos 200 árboles en unas pocas jornadas, convertidos en serrín. Justo al lado, el Colegio Perú, con casi 500 alumnos, a los que les esperan años de ruidos, polvo y paso de camiones de gran tonelaje, que saldrán justo donde estaba su parque.

Talas en un área Patrimonio Mundial de la Unesco

Que la zona a talar en Atocha, el Jardín de Jimena Quirós, fuera parte del Paisaje de la Luz, patrimonio mundial de la Unesco, no fue óbice para que 29 árboles maduros, entre ellos tres cedros de más de 20 metros de altura que eran árboles singulares, fueran eliminados en enero. Gracias a las protestas vecinales se impidió que cayeran los 59 ejemplares que se pretendían talar, debido a las obras de la misma línea de metro, que también ha arrasado los que sombreaban calles como Delicias, pese a manifestaciones en contra.

La motosierra llegó a Jimena Quirós apenas días antes de la reunión que el alcalde de Madrid iba a tener con el ministro de Cultura, el 30 de enero, un encuentro que se había fijado para tratar de impedir la tala. Al final, tuvo lugar cuando ya no existían. Frente a las críticas de este ministro y de la vicepresidenta Teresa Ribera, el alcalde Almeida volvió a recordar que el Gobierno central también iba a talar 247 árboles en el entorno de Atocha, por unas obras de ADIF, pero no será así: sólo se talará uno, como anunció el ministro de Transportes, Óscar Puente. Las asociaciones del Consejo Cívico y Social creado para velar por la conservación de esa zona urbana han escrito a la Unesco para informarla de lo sucedido, algo que el Consistorio no hizo, como era preceptivo. Adujo el alcalde que “no eran obras en superficie”, pero luego vino la tala, en superficie.

Las Comendadoras, otra zona sin sombras

En la plaza de Las Comendadoras, la tala tuvo lugar en diciembre. Los taladores municipales eliminaron todos los pinos que quedaban de las escasas zonas verdes que se fueron dejando en el transcurso de los años. Señalaron las autoridades que estaban afectados desde Filomena, algo que los vecinos no comparten. Ahora, se ha replantado el lugar con ejemplares muy pequeños que tardarán muchos años en dar sombra en un espacio donde las terrazas cada vez ocupan más espacio.

Más coches y menos árboles en la plaza de Santa Ana

Los ancianos que aún recuerdan cómo correteaban entre los árboles de la céntrica plaza de Santa Ana hace 60 años, pronto verán desaparecer los pocos que quedan, tras años de adoquinamiento y proliferación de terrazas, todas ellas ahora con contaminantes estufas de gas para calentar el aire del invierno, aunque sea leve y aunque estén vacías. El Ayuntamiento ha anunciado que talará más de la mitad de los que aún quedan –en concreto, 28 de los 54 existentes– debido a las obras de un parking subterráneo, que ampliará sus plazas, facilitando la llegada de más vehículos privados al corazón de la capital. Un olmo, cuatro prunos, cinco grandes cipreses y 18 castaños sucumbirán a la motosierra, pese a las protestas de los vecinos, entre los que se ha manifestado la actriz Marisa Paredes, que vivió de niña en este lugar. Otros 19, señala el equipo del Ayuntamiento, serán trasplantados. Almeida ha argumentado que hay filtraciones en el aparcamiento, que es público pero de gestión privada, pero dado que habrá más plazas para vehículos, habrá también más ingresos para la empresa concesionaria. Rita Maestre, de Más Madrid, denunció que el Ayuntamiento “nos hace perder más de 40 millones de euros y más de 40 árboles” en una misma operación.

Así es la apuesta por la ‘sostenibilidad’ del alcalde Almeida en Madrid. A su paso, nada crece. Fotografía: R.T.

La plaza del Carmen, tala total

De nuevo la causa son obras en otro parking, éste de gestión pública. Está en las mismas cercanías de la remodelada Puerta del Sol –otro lugar, por cierto, sin un solo árbol–. De los 59 árboles que había en la plaza del Carmen, sólo ocho han sobrevivido, si bien el Ayuntamiento ha anunciado que tras la remodelación replantará otros. Eso sí, reconoce que al menos 19 se perderán para siempre. Esta tala, según se ha publicado, se realizó según el proyecto que redactó el hotel de lujo de la plaza, que se ha planificado accesos directos desde su edificio a ese aparcamiento para sus clientes.

Un nuevo túnel y cientos de árboles “apeados”

El Ayuntamiento ha previsto la tala de hasta 674 árboles para perforar un túnel en la salida de la A-5, obra que denomina Paseo Verde del Suroeste. Otros 330, según el proyecto dado a conocer, serán trasplantados a un lugar temporal y, si sobreviven, volverán a su lugar cuando el túnel esté hecho, pero los expertos ya auguran que serán muy pocos los que salgan adelante; desde luego, no los grandes. Respecto a los talados, señalan desde el Ayuntamiento que las empresas constructoras los compensarán aportando ejemplares al vivero municipal, que está ya lleno. Las alegaciones a esta obra que presentaron desde Ecologistas en Acción han permitido rebajar de 814 a esa cifra de 674 las talas, una prueba, aseguran, de que cuando hacen los proyectos de obras no tienen en cuenta los daños ambientales evitables, que se consiguen bajar a costa de protestas. No se han dado muchos detalles de cómo será ese futuro “pasillo verde” tras acabar el túnel.

Macropárking con talas en el Santiago Bernabéu

En otoño pasado, la tala de 74 árboles en las cercanías del estadio Santiago Bernabéu también saltó a las noticias. Allí se construyen dos macroparking de gestión privada (de una empresa del constructor y presidente del CF Real Madrid, Florentino Pérez) que se estima supondrán una facturación cercana a los 400 millones de euros. La suya fue la única empresa que se presentó al concurso. Además, se construye otro túnel del estadio, que también provocará, aseguran los vecinos de la zona, más tráfico y más contaminación. Las denuncias judiciales que han interpuesto no han dado resultado hasta ahora, como no lo han hecho en otras obras ya mencionadas, relacionadas con la ampliación de la Línea 11 de Metro.

Parque de La Cornisa, una remodelación cuestionada

Una de las remodelaciones de parques más polémicas ha sido la del parque de La Cornisa, en el distrito centro, donde en septiembre de 2022 los operarios eliminaron 28 árboles de gran porte para que el espacio “se adaptara” al diseño de parque que había hecho el Ayuntamiento. Muchos, como reconocieron estos trabajadores a los vecinos, estaban sanos, contradiciendo la versión oficial de que estaban dañados por la tormenta Filomena. Tras unas obras que han costado 826.000 euros, ahora el parque está destrozado. Se inunda, los árboles que quedaron no tienen mantenimiento, no hay dotación de columpios, ni bancos, ni instalaciones para deporte… Son algunas de las quejas que llevan meses repitiendo desde entonces.

En definitiva, son ya miles de árboles talados en diferentes obras en la ciudad, que en muchos casos se han logrado minimizar solo tras las movilizaciones ciudadanas, siguiendo el camino opuesto al que indican todas las recomendaciones de organismos científicos y de la ONU. Gracias al movimiento ciudadano No a la tala se han logrado salvar unos 500 árboles maduros y sanos, aunque más que esos han sucumbido hasta ahora por la mencionada obra de ampliación del Metro. Pero no sólo talan, sino que la reposición de 11.200 alcorques vacíos que existen, anunciada por Almeida en febrero de 2022, se está traduciendo en su encementado: se eliminaron 2.188 en ese mismo año del anuncio y más de 2.000 en 2023. De momento no hay información de los previstos para este año, aunque basta pasear por las calles para ver alcorques muertos convertidos en ceniceros o definitivamente sellados.

Lo que sigue muy vivo es el movimiento ciudadano que reclama “un Madrid verde y habitable”, en casi todos los barrios. Sólo hay que buscarlo. Detrás, organizaciones como Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid y la Mesa del Árbol de Carabanchel.

  COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

No hay comentarios

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.