Más misterio sobre el ‘horror cósmico’ de Lovecraft: sus miles de cartas

Retrato de H. P. Lovecraft, tomado en junio de 1934 por Lucius B. Truesdell.

Puedes seguir al autor, Guillermo Martínez, en Twitter, aquí. 

Una vez, Javier Calvo (Barcelona, 1973) escuchó que solo hay dos tipos de fans de H. P. Lovecraft de su generación: aquellos que llegaron al autor por las ediciones de bolsillo de Alianza Editorial de la década de 1970 y los que lo conocieron por un juego de mesa basado en las obras del autor llamado ‘La llamada de Cthulhu’. Calvo es de los primeros, de esos que leyeron al autor estadounidense durante su adolescencia, un periodo de su vida que nunca ha conseguido superar para hoy convertirse en uno de los mayores expertos sobre este personaje siempre ligado a lo oculto y misterioso. También ha sido el encargado de la edición y traducción del primer volumen publicado en España sobre las cartas de Lovecraft, titulado ‘Escribir contra los hombres’ (Aristas Martínez, 2023). La tarea no es baladí: Se calcula que Lovecraft debió de escribir alrededor de 100.000 cartas a lo largo de su vida. Según estas cifras, su correspondencia supondría el 99% de su producción literaria. Esta primera publicación de la serie, dividida en 16 capítulos, aborda la carrera literaria del escritor.

¿Se convirtió Lovecraft en uno de sus personajes? Calvo, autor de la obra, responde: “En cierta manera sí se ajusta a los estereotipos de persona misántropa, prejuiciosa y antisocial”. Pese a ello, su correspondencia aporta una visión más íntima del personaje. El gran volumen de cartas que produjo le convierte en uno de los autores que han creado una autobiografía más extensa. Decenas de miles de misivas dejan entrever esa caricatura en la que se convirtió a sí mismo.

“Se consideraba un anciano a los 30 años y ése es uno de los rasgos más raros que mostraba en su identidad pública. Siempre pensaba que estaba enfermo, un enfermo nervioso, como si fuera un hombre frágil, en términos victorianos”, añade Calvo. Esta persona autopercibida como alguien frágil, que no podía salir al mundo, se entretejía con su identidad pública, basada en el fracaso como escritor, pero también como padrino de escritores más jóvenes a los que aconsejaba, a pesar de que Lovecraft jamás vio ninguno de sus libros publicados en vida.

Algo diferente es lo que se atisba tras el estudio de su correspondencia que con tanta parsimonia y minuciosidad ha llevado a cabo Calvo. “En el terreno de la interpretación psicológica, él sí que era un autor ambicioso. No se conformaba con ser un escritor de terror ni pertenecer a la literatura pulp, que veía tosca. Quería escribir sobre grandes temas como la filosofía del cosmos. Tenía la intención casi de revolucionar la literatura con sus grandes conceptos como el terror cósmico”, desarrolla el experto.

A través de las cartas también se puede dilucidar la inseguridad que guardaba respecto a su obra, con una autocrítica exagerada aderezada de cierta percepción sobre la incapacidad para escribir bien, algo muy presente en Escribir contra los hombres. No llegar a publicar ninguno de sus libros fue uno de los grandes traumas que le acompañaron durante su carrera como escritor. Una carrera, por otra parte, que nunca le sirvió para valerse por sí mismo. Cuidado primero por sus tías, terminó viviendo por un breve periodo de tiempo con su mujer. Según apunta Calvo, “en realidad, él nunca llegó a tener un trabajo, en parte por tozudez, porque él consideraba que era un caballero y los caballeros no trabajan”. Se dedicó, eso sí, a corregir relatos ajenos, pero también a reescribir otros tantos destinados a ser firmados por otros autores.

Javier Calvo se ha encargado de la traducción y edición de este ingente trabajo con las miles de cartas de Lovecraft.

En este volumen ahora editado en España sobre las cartas de Lovecraft se encuentran sus ideas respecto a la literatura. Tan interesante es la publicación que en ella se ve a un escritor que no se adivina en sus relatos. “Era una persona mucho más leída de lo que podría parecer, sobre todo porque nunca estudió, ni siquiera acabó la escuela. Era un tipo con una formación clásica bastante importante gracias a su biblioteca familiar, que leyó durante toda su vida”, comenta Calvo.

Pese a que su inspiración girara en torno a la literatura de terror o gótica, las pretensiones de Lovecraft iban mucho más allá. “Siempre quiso introducir muchas ideas acerca del universo y la filosofía, lo que más adelante y con algo de mejor juicio habría sido el existencialismo, aunque él lo aplicara de forma muy personal”, asevera el editor y traductor. Es decir, sus ideas a nivel literario y artístico eran bastante más complejas de lo que pueden parecer si se leen sus libros.

En total, unas tres decenas de corresponsales son los protagonistas secundarios de esta recopilación epistolar. Entre ellos, figuran autores de la talla de Clark Ashton Smith, Robert E. Howard y Frank Belknap Long. ¿Pero qué se decían? Calvo también tiene respuesta a esta pregunta: “Hablaban mucho de sus propias carreras, pero también de cotilleos y maledicencias, como críticas a diversos editores y revistas”. Además, como ya se ha apuntado anteriormente, Lovecraft se convirtió en una suerte de mentor para no pocos autores en ciernes. Tal y como apunta el mismo Calvo, este escritor tenía un sistema muy parecido a lo que hoy sería un taller de escritura. “Todo lo que escribían lo enviaban por correo a los demás. Su texto circulaba por una especie de circuito en el que todo pasaba por las manos de todos y uno lo enviaba al siguiente. Era un proceso muy largo, pero en el que todos aportaban sus opiniones”.

Pese a que la mayoría de estos textos apenas tenían calidad, dice Calvo, Lovecraft siempre los trataba de forma elogiosa. Entre los componentes del circuito, él era el de más edad y el que antes había empezado a escribir. “Lo que ocurrió es que cuando Lovecraft comenzó a escribir cosas mucho más complicadas, o menos pulp, ya en los años 30, le empezaron a dar la espalda; le decían que ya no escribía tan bien como lo hacía de joven”.

Escribir contra los hombres es uno de esos libros completos que apaciguan las ganas de conocimiento sobre una figura en concreto. Si uno ha leído la narrativa del autor, en la publicación encuentras las claves para entender sus textos, el mundo que le acompañó como escritor y lo que hay detrás del mismo. En el caso de aquellas personas que no conocen o saben bien quién fue Lovecraft, podrán disfrutar de la historia “brutal”, como la denomina Calvo, que no es otra que su vida. “Yo no conozco un caso tan extremo de una persona que como escritor está tan lejos de triunfar y se termina convirtiendo en un icono de la contracultura o los videojuegos”.

Ahora, de la mano de la editorial Aristas Martínez, el público español puede disfrutar de este universo íntimo, misterioso y oculto que siempre acompañó a Lovecraft, un escritor rehén del propio personaje que se creó en vida, tan lejano del éxito que disfrutaría una vez fallecido. Además, en esta edición se pueden leer algunas cartas todavía no publicadas en Estados Unidos, inéditas. “Por extraño que parezca, hace mucho tiempo que Lovecraft murió y todavía se siguen encontrando cartas suyas, escritas de su puño y letra”, concluye Calvo. Quién sabe los secretos que todavía nos guarda este escritor tan desestimado en vida como adulado una vez fallecido.

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