‘Medea’ de Charpentier, el brutal encanto del crimen pasional

El Teatro Real estrena la ‘Medea’ de Marc-Antoine Charpentier con dirección musical de William Christie, el músico que la recuperó del olvido a mediados de los años 80 del siglo pasado. Lo hace con su orquesta y coro de Les Arts Florissants en una elegante versión semi escenificada que narra con brutal encanto y una rotunda eficacia musical uno de los crímenes pasionales más famosos de la mitología griega.  

Casi 300 años estuvo la Medea de Marc-Antoine Charpentier sumida en el olvido. La ópera dedicada al rey Luis XIV se estrenó con bastante éxito en París a finales de 1693. Los partidarios de Jean-Baptiste Lully, capitaneados por el magistrado, musicólogo y crítico Jean-Laurent Le Cerf de la Viéville, lograron sacarla del repertorio a mediados de 1693 y no fue hasta finales del siglo XX que William Christie la recuperó de un silencio casi total. El creador de Les Arts Florissants la grabó con su orquesta y coro, y la subió al escenario de la Ópera de Lyon con puesta en escena de Robert Wilson a finales de los años 80. En 1995 volvió a grabarla y desde entonces esta majestuosa obra forma parte del repertorio de su ensemble.

Podemos decir entonces que es difícil encontrar en el mundo un músico y un conjunto mejor que el de Christie para interpretar esta joya del barroco francés. Tanto es así que llegó a Madrid tras haberla representada en el Palais Garnier de París hasta el pasado 11 de mayo, con puesta en escena de David McVicar.

Al Teatro Real ha llegado (se estrenó el jueves), sin embargo, en una versión de concierto semi escenificada con la firma de Marie Lambert-Le Biham. Una minimalista puesta en escena con ecos al propio Robert Wilson con la luz y el espacio como ejes fundamentales y que ayuda mucho a la fluidez del espectáculo. Es de agradecer que tanto solistas como coro interpretaran la partitura de memoria. Desde luego, el resultado no habría sido tan conmovedor si se hubiera hecho tras atriles y con el coro estático.

El Real casi termina su temporada –todavía nos queda la polémica Butterfly de Damiano Micheletto– con el mismo personaje con la que comenzó. Entonces fue con música de Cherubini y libreto de Francois-Benoit Hoffmann en una ópera estrenada casi un siglo después de esta de Charpentier.

En este caso, el libreto va firmado por Thomas Corneille y está también basado en la famosa tragedia griega de Medea, la hechicera de la mitología que, tras ser traicionada por su esposo Jasón, recurre a la venganza más extrema. La trama sigue a Medea, quien, después de haber ayudado a Jasón a conseguir el vellocino de oro, es repudiada por él en favor de Creúsa, la hija del rey Creonte. Desesperada y consumida por la ira, Medea planea su venganza, que culmina en tragedia al asesinar a sus propios hijos y a Creúsa antes de escapar en un carro de fuego.

La propuesta de Lambert-Le Biham crece con la iluminación propuesta por Fiammetta Baldiserri, que toma como elementos fundamentales el color, los claroscuros y las siluetas para construir un espectáculo a medio camino entre el universo de Magritte y la bellísima frialdad de los neones de Dan Flavin. En ocasiones, en los minuetos, rondós, loures, ritornelos, chaconas y pasacalles tan abundantes en esta partitura, la escena queda inevitablemente estática, echándose de menos la figura de un coreógrafo y un mínimo cuerpo de baile. Es inevitable que se nos venga a la mente la impresionante versión de concierto de The Fairy Queen, de Henry Purcell, también semi escenificada y con coreografía de Mourad Merzouki, que William Christie paseó por España a principios de este 2024 y en la que bailarines y cantantes se unían en un maravilloso espectáculo.

La ‘Medea’ de Cherubini con Les Arts Florissants en el Teatro Real. Foto: Javier del Real.

En el estreno en Madrid de esta Medea de Charpentier hubo bastantes deserciones por parte del público tras el descanso, algo incomprensible ante una obra de una belleza y calidad incontestables y ante una orquesta, un coro y unos solistas que, sin duda, son de los mejores intérpretes que pueden escucharse en el mundo. Comprometidos y virtuosos. Tal vez no ayuda la longitud de la partitura y una primera parte en la que la dramaturgia no logra con toda la eficiencia que sería deseable plantear la acción sin que el público tenga que realizar un esfuerzo para distinguir a unos personajes de otros, por más que el vestuario trate de definirlos. Pero la majestuosidad y potencia de los coros, así como una música que acompaña los sentimientos y la psicología de los personajes de forma magistral deberían haber sido suficientes para atornillar a los melómanos a sus asientos. Cosas raras que ocurren en las sesiones de estreno.

Todavía quedan tres funciones, con la de hoy, de esta ópera en el Teatro Real. Un espectáculo musical de primera fila y toda una oportunidad de escuchar una partitura que no había sido interpretada todavía en el coliseo madrileño y que no se representa con la asiduidad que merecería.

Puedes consultar aquí las funciones y entradas disponibles para la ‘Medea’ de Charpentier en el Teatro Real.

Sobre el autor

Manuel Cuéllar

El 12/12/12 decidió poner en marcha esta revista después de una experiencia profesional de 17 años en el diario EL PAÍS, donde se convirtió en un periodista todoterreno. Se licenció en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y cursó el máster en la Escuela de Periodismo UAM/EL PAÍS. Periodista convencido de las bondades de las nuevas tecnologías, cubrió el 15 M por Twitter y otras redes sociales. Puedes seguirme en mis cuentas personales de Twitter, Facebook e Instagram. Gracias.

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