Cómo marcan las mujeres el rumbo de la SOStenibilidad
Las políticas empresariales centradas en la sostenibilidad, que en los últimos 20 años proliferan en todos los sectores, tienen al frente, mayoritariamente, a mujeres directivas que han decidido unirse para que su presencia no pase desapercibida. Muchas de esas mujeres han creado la organización Women Action Sustainability (WAS). Grandes expertas que están dispuestas a seguir marcando el ritmo. Hoy, 8M, hemos hablado con algunas de ellas.
Delia García es ya una veterana en el mundo de las políticas de sostenibilidad, ese ecosistema en el que las empresas que lo hacen bien se ven perjudicadas por las que confunden estos procesos con el green-washing o lavado verde. “Yo estudié Ciencias Ambientales, pero enseguida abrí la mente a temas de impacto social. Llevo en ello desde 2003, tiempo en el que he estado en una consultora, una empresa de frutas, en El Corte Inglés y ahora en L’Oreal para España y Portugal”. Delia forma parte de ese 52% de mujeres que dirigen un departamento dedicado a estos asuntos, así que ha vivido la evolución desde dentro. “Las empresas hace dos décadas apenas empezaban a entender que su actividad generaba impactos y que tenían costes ambientales; se ha avanzado mucho desde entonces”.
Su enfoque apunta a lo que llama “transformación sostenible” como alternativa, que se centra, explica, en un cambio en la forma de producir y consumir, “teniendo en cuenta los límites del planeta y el impacto positivo que se puede ejercer en la sociedad, sin divisiones en silos entre medio ambiente, lo social y la gobernanza”. Para Delia, el perfil femenino en las comisiones específicas que hay en las empresas para políticas de sostenibilidad tiene mucho que ver con su significado: “Lo femenino se relaciona con los cuidados y tanto economía como ecología vienen del griego oikos, que significa hogar; las mujeres siempre hemos sabido manejar los recursos domésticos, ser conscientes de que son finitos como los del planeta”, argumenta.
Para Beatriz Egido, responsable de Comunicación y Sostenibilidad en Ecovidrio, esa mayor presencia femenina en su sector, sin menoscabo de los hombres que también se dedican a ello, tiene que ver “con una mayor vocación hacia el bien común, la mayor empatía y la capacidad de mirar a largo plazo” de su género. En su caso, llegó a la sostenibilidad desde el periodismo social, hasta acabar en esta organización hace nueve años. Hace ya un lustro, propuso crear un departamento específico para este tema, teniendo en cuenta ya la amplia experiencia de Ecovidrio en reciclaje. “Teníamos que reducir la huella de carbono y poner en marcha una estrategia frente al cambio climático. Como soy muy cabezota, convencí a la dirección y ahora ya tenemos un 30% de la flota menos contaminante y reutilizamos, tras ser reparados, un 20% de los contenedores”, subraya Beatriz.
Fue en este contexto de feminización y a la vez auge del sector en las empresas y organizaciones cuando surgió Women Action Sustainability (WAS) en 2020, que ya cuenta con unas 170 socias, todas ellas directivas con larga trayectoria trabajando en términos de sostenibilidad. “A medida que el tema se vuelve un asunto estratégico, se corría el riesgo de quedarnos fuera del primer nivel de dirección y que hombres con mucha menos experiencia ocuparan nuestro lugar, pero tenemos mucho que aportar y WAS es una forma de empoderarnos y visibilizarnos”, asegura la jurista Rosa Vidal.
Rosa dirige en Valencia el despacho Broseta Abogados, con 300 empleados. “La abogacía es un sector muy masculino en el que pocas mujeres llegan a ser socias en un despacho. En mi caso, ejercí antes de abogada del Estado, en Derecho Público, y de ahí mi conciencia hacia la sostenibilidad ambiental y social, que me impulsó a crear un área que midiera nuestra huella de CO2 para reducirla y ayudara a mejorar el control de recursos como el agua, el papel…, además de tener en cuenta el aspecto social en nuestras políticas”, explica la letrada que, como primer paso, en 2016 asumió para la empresa que dirige el Pacto Mundial de la ONU del año 2000. Como Beatriz, reconociendo el papel de compañeros que realizan una buena labor, argumenta: “Hay un punto educacional en la presencia femenina que hace que se aceleren cambios a los que se hubiera llegado, pero más tarde”.
Miembros de WAS son también las hermanas Jiménez, Pepi e Isabel. Ambas han creado la comercializadora del sector energético Luz Solidaria. Su objetivo social es rebajar las facturas de electricidad de familias y pymes cambiándolas, además, a un suministro renovable. La firma, sin ánimo de lucro, destina los fondos a la Fundación Luz Solidaria, con la que se apoya a personas con dificultades para pagar, colectivos vulnerables y a medio centenar de proyectos y organizaciones sociales. La idea les surgió en 2019, aprovechando que Pepi Jiménez es una gran experta en el sector energético, que les permite adquirir energía limpia a un buen precio en los mercados. “Se trata de lograr que los clientes ahorren en la factura y a la vez adquieran el compromiso de dedicar una parte a los programas de la fundación; es decir, que colaboran con quienes tienen graves dificultades para pagar, sobre todo con la subida de la luz”, apunta Isabel, que preside la Fundación. Entre sus tareas, también se incluye la formación sobre sostenibilidad en sectores como la hostelería.
Cuentan Isabel y Pepi que “las mujeres sabemos explicar mejor la sostenibilidad”, aunque a ellas, asegura Isabel, su implicación les viene de un ADN paterno que ya se caracterizaba por su compromiso. “Creo que nosotras tenemos una mayor sensibilidad hacia estos temas, pero también una gran capacidad para comunicar, y en eso formar parte de WAS es importante porque se esfuerzan en divulgar, un paso fundamental para educar en cambios de hábitos”.
Una de las últimas acciones de esta organización han sido los premios InspirACCIÓN (entregados la pasada semana en su primera edición) por la transformación social, que han reconocido a personas, entidades e instituciones que han generado un gran impacto de transformación social y medioambiental. Entre los galardonados, el economista Emilio Ontiveros (a título póstumo) por su apuesta por la promoción de la sostenibilidad y la diversidad; la mecenas del arte y la sostenibilidad Francesca Thyssen; la empresa B Lab Spain – B Corp; la Fundacion Cotec y la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR). También se entregó el reconocimiento especial Mujeres que inspiran a la Acción a las iraníes que sufren una fuerte opresión y ataques para privarlas de su libertad y derechos como seres humanos, premio que fue recogido por la activista Ryma Sheermohammadi.
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