Nano Stern nos trae la belleza de un nuevo Chile
El cantautor chileno Nano Stern, uno de los artífices de la banda sonora de un nuevo Chile, hecho de ilusión, igualdad y progreso, viene esta semana a Madrid y Barcelona a presentar su noveno disco, ‘Aún creo en la belleza’. En él reflexiona sobre los conflictos contemporáneos mundiales y los últimos cambios sociales experimentados en su país.
La cantante estadounidense Joan Báez ha dicho de Nano Stern que es el “mejor cantautor chileno de su generación y que con sus letras, melodías y mensajes entrega humor y corazón”. La sentencia de una de las máximas exponentes del folk a nivel mundial es confirmada por otro grande, Jorge Drexler, para quien es fácil entender la razón de la fulgurante carrera de Nano Stern, “cuando uno lo ve en vivo”.
¿Qué tiene Stern que encanta en uno y otro lado del Atlántico? Pues básicamente sinceridad en sus letras, rigurosos estudios musicales y mucho amor por la tradición de las décimas, las rimas y la palabra en general, una afición que le obsesiona tal como le pasaba a su coterránea Violeta Parra.
Todo ese cóctel de música de raíz folclórica, rock, folk, trova y constante experimentación musical llega ahora a España. Nano Stern presenta su nuevo disco mañana, 13 de julio, en la Sala Galileo Galilei de Madrid y el viernes, día 15, en el festival Tradicionarius de Barcelona. Además, viajará hasta Almagro para participar en el Festival Internacional de Teatro Clásico, con una versión propia de La vida es sueño, interpretada por la compañía de teatro La Calderona. En esta versión, se revisita la obra original a partir de un diálogo entre el siglo XVII y los acontecimientos del presente: estallido social chileno, pandemia mundial y guerra europea.
No es casual que las canciones de Nano Stern recojan los últimos acontecimientos mundiales y locales. Y en especial, estos últimos, de los cuales la música del compositor fue una voz poderosa. En pleno estallido social de octubre de 2019 en Chile, Stern compuso el tema Regalé mis ojos, dedicado al joven Gustavo Gatica, que perdió sus dos ojos en la represión policial de las manifestaciones. Las mutilaciones oculares fueron lamentablemente algo habitual por la represión policial de esos días, dejando un saldo de 400 mutilaciones oculares como consecuencia de recibir impactos de balas de parte de la policía chilena a los manifestantes.
A pesar de los cambios que posibilitaron la vía chilena hacia la transformación, proceso en el que actualmente se ve inmerso el país andino, Nano Stern ve con ojos preocupantes todo el escenario mundial. ”Vivimos en una época profundamente decadente, en el sentido de que la arquitectura valórica que ha cimentado nuestra civilización nos ha llevado a un punto de no retorno y se ha puesto a sí misma en jaque. El consumismo, llevado a todas las áreas de nuestra vida, nos vuelve prisioneros de un imparable apetito material. En esa carrera suicida, todo tiene que dar réditos y el ocio no tiene cabida. Y eso amenaza la belleza, porque esta no responde a esos códigos; a ojos del sistema, es inútil. Pero ¿qué nos queda cuando perdemos la belleza? Un mundo feo. Funcional, quizás, pero muy feo, pero creo que todos podemos intuir una belleza profunda que esta por sobre, o más bien por debajo, de los códigos propios de cada momento. A esa le quise cantar en este disco. En una época de tanta incertidumbre, la belleza nos puede guiar y hacer recordar lo afortunados que somos al ser capaces de percibir conscientemente el mundo que nos rodea”.
Inventemos un Chile
Aún creo en la belleza es un disco que iba a ser grabado antes de la pandemia y del estallido en Chile, pero la historia dijo otra cosa. Casi la mitad del disco fue escrito en medio de la extensa cuarentena que se vivió en Chile, un hecho que Stern define como una fragmentación de la realidad. “El estallido social inundó las calles de un sentir profundamente solidario, y pasar de eso al encierro impuesto fue una brutalidad. Esta familia de canciones refleja entonces dos sentires aparentemente contradictorios: el de que es posible salir de una situación difícil a través del empuje comunitario, y la constatación de que vamos, inevitablemente, rumbo a un colapso civilizatorio profundo. El disco sucede entre dos hitos: Inventemos un país, que abre los fuegos con un llamado a la acción, y Aún creo en la belleza, que es una suerte de manifiesto reivindicatorio”, dice Nano Stern.
Y es esa combinación la que precisamente define mejor el proceso de cambios profundos que enfrenta a Chile actualmente, a punto de aprobar –o no– una nueva Constitución, que reemplace la ideada por Pinochet, un proceso que el cantautor ve con entusiasmo y, al mismo tiempo, prudencia: “Las políticas neoliberales que impuso la dictadura ya dieron de sí y no son sostenibles. La crisis actual, que es multisistémica, nos obliga a ser creativos y no basta con aplicar antiguas recetas para sobrellevar los problemas de hoy. Considerando que tenemos al mismo tiempo un gobierno que representa un cambio de generación y de ciclo político, una emergencia sanitaria y económica, y un proceso constituyente en marcha, creo que es natural que vivamos dolores de crecimiento. La situación actual es difícil, pero tenemos la oportunidad real de reimaginar nuestro país y creo que saldremos de esta mejor de lo que entramos”.
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