NaNOWriMo, el revolucionario maratón mundial de la escritura

Chris Baty, fundador de NaNOWriMo.

Chris Baty, fundador de NaNOWriMo.

Chris Baty, fundador de NaNOWriMo.

Unidos para contar. 300.000 personas en 90 países se ponen a escribir durante el mes de noviembre. Quieren escribirse. Algunos llegan a publicar sus novelas después de someterlas a un extenso y prolijo proceso de reescritura de años. Todos sin excepción conforman la punta del iceberg del mundo del libro. Se reúnen para el NaNOWriMo y para mostrarnos nuestra verdadera pasión por los libros.

Cada noviembre en San Francisco es igual. Lluvia y más lluvia. Gris cada día en la soleada California. Corría el año 1999. En el umbral del nuevo milenio se esperaba que sucediera algo. Los ordenadores de todo el mundo podrían fallar. Una guerra entre humanos y bits hacía temer lo peor. La gente retiraba dinero de los bancos por temor al fallo universal de los ordenadores. Pesaban el aire y la humedad. Cada uno sentía como propia una indefinible urgencia colectiva. Chris no podía estarse quieto. “La realidad suele estar sobrevalorada, hay que reescribirla”. Decidió que había llegado el momento de divertirse, de hacer lo que más le gustaba y, además, junto a sus colegas. En una tarde de noviembre de 1999 nacía NaNoWriMo. No era cuestión de ponerle un nombre cualquiera. En la antesala del 2000 había que soñar a lo grande. Mes nacional de la escritura de novela o National Novel Writing Month. Libres, sin reglas, en constante coqueteo con el caos. “Las reglas de tu novela las pones tú«. Puedes crearte tu mundo, Chris Baty no lo duda. Pero a veces la libertad da miedo o pereza o no creemos que sea posible. Es como nadar. Chris está convencido de que hay que tirarse a la piscina y que junto con los amigos u otros que están igual que tú, tendrás más fuerza y podrás llegar hasta la orilla. Chris Baty tiene cuatro principios básicos: la unión hace la fuerza;  o lo haces o no lo haces; hay que empezar de alguna manera; no importa el resultado inmediato sino el proceso.

¿Cómo crees que le ha ido? Catorce años más tarde, Nanowrimo está presente en más de 90 países y suma 300.000 implicados. ¿Y qué es esto de NaNoWriMo? Pues es ponerse a escribir unas 50.000 palabras en un mes. Es una patada. Es tirarse al agua. Consiste en escribir sin parar, sin criticarse, sin analizar el estilo hasta llegar a la orilla. Son dos páginas en una fuente de tamaño 12 y espacio simple al día. ¿Qué ha sido de Chris Baty? Ha dejado la dirección ejecutiva de NaNoWriMo, aunque continúa vinculado al proyecto como miembro de su comité, se ha entregado a dos de sus pasiones: el diseño gráfico y escribir. Ahora da clases de escritura en Standford y ha publicado dos libros. ¿Y el proyecto? El noviembre gris de 21 colegas se ha convertido en un encuentro mundial a través de las redes. Se celebra también el NaNoWriMo Junior y el Campamento NaNoWriMo en verano. En NaNoWriMo han nacido novelas que han sido publicadas y, por ejemplo, también Agua para elefantes, de Sara Gruen editada en España por Alfaguara y que fue llevada también a la gran pantalla.

Sara Gruen participó en NaNoWriMo en dos ocasiones. Lo hizo siguiendo el consejo de una amiga. Sara no conseguía escribir ni una palabra. Se apuntó, participó en los foros, se rodeó de gente que se ocupaba de darse ánimos para llegar a la meta. Antes solo se daban golpes contra la mesa o miraban al techo o limpiaban toda la casa o hacían pasteles sin escribir nada. Gruen nunca alcanzó las 50.000 palabras y no recibió el certificado correspondiente, pero alcanzó las 40.000 y mucho más. Salió de la nada que la había secuestrado y creó un mundo para ella y muchos más.

Gruen afirma: “Lo maravilloso de NaNOWriMo es que te da algo con lo cual seguir trabajando, creciendo y corrigiendo. Una página en blanco no permite nunca nada”.

Para participar basta con apuntarse con el nombre, seudónimo, correo electrónico y clave de acceso. Así te comprometes a escribir 1.667 palabras al día durante un mes. Has escogido tu tema y el género. Hay diferentes tipos de escritores. Están los que necesitan programar antes y los que no. Ambos modelos coexisten y con éxito. Antes de comenzar está permitido preparar fichas de los personajes, plantearse reflexiones sobre la escritura, escribir la sinopsis, preparar la portada. Todo eso puedes contarlo en tu presentación. Pero nada de escribir. Ese aspecto está reservado para el 1 de noviembre y se empieza a las 0 horas. Cada día recibirás mensajes de ánimo e ideas por parte de la organización. Eso sí, en inglés. Hay un foro en español y muy activo. NaNoWriMo es otra de esas herramientas tecnológicas que no han dado el salto al español.

Para darse cuenta del espíritu y lo que implica NaNoWriMo para las generaciones que han crecido bajo el paraguas tecnológico vale la pena conocer a una de sus participantes. La he encontrado en Youtube entre cientos de otros. Sin lugar a dudas, una de mis preferidas por su entusiasmo. Es E. J. Marin, mexicana de Guadalajara, 19 años.

Posibilidades y promociones

Los patrocinadores anuncian ofertas especiales para los participantes. Lulu es uno de ellos. Lulu es una empresa dedicada a dar servicios a autores que se autopublican. Si bien ofrecen sus servicios en español, solo los participantes de habla inglesa disfrutarán del sitio web creado para los nanowrítmicos. Se trata de Let’s go Wrimos. Además ofrece una revisión editorial gratuita del manuscrito y un ejemplar de tu novela para que puedas mostrarlo. En enero de 2014 diez afortunados contarán con una campaña de promoción, 100 ejemplares de su novela, booktrailer, página web, diseño, campaña de comunicación y distribución. Una vez más, tales promociones implican solamente a los participantes en inglés. LitFactor es una empresa de enlace literario que se ocupa de buscar agente para autores no publicados. Todos los participantes de habla inglesa de NaNoWriMo reciben un pase de un año para los eventos de LitFactor, sus seminarios, encuentros con agentes y presentaciones, además de sus conferencias en línea con agentes y editoriales. La editorial Swoon Reads, que pertenece al grupo MacMillan, abre sus puertas a aquellos autores que escriban novela romántica juvenil (en inglés, claro) y ofrece  un contrato de 15.000 dólares. No hay editoriales españolas que apuesten, no hay agentes españoles, no hay ninguna empresa de la edición en español. Descuentos en librerías, ofertas y regalos en ebooks, programas y tecnología también están disponibles para los angloparlantes. Otros escritores se ocupan de dar charlas motivadoras. Este año Patrick Rothfus es uno de ellos. La lista es muy extensa. Cada uno de los consejos, reflexiones y consideraciones de estos autores se encuentran a un paso de clic.

Tantas ventajas para los angloparlantes muestra una brecha demasiado grande. Tengamos en cuenta que sumamos 495 millones de hispanohablantes en el mundo, algunos de ellos somos lectores, algunos escriben y un grupo especial escribe en Nanowrimo. No encontrarán ningún incentivo por parte de una industria en pleno cambio que clama el fin de la novela en más de un periódico. Esta es la cara y la cruz de un sector que se mueve lentamente, carece de dinamismo, adoctrina siempre y se pasa mucho tiempo en los tribunales. Y también las luces y las sombras de la capacidad de participación en nuestra lengua, sin duda. Imaginen una propuesta como NaNOWriMo en castellano. Ojalá todos los agentes necesarios pudieran ponerse de acuerdo y miraran un poco más hacia lectores y creadores, y un poco menos hacia lo ya conocido y que está en crisis.

La presencia de los lectores y escritores hispanohablantes

La participación de los hispanohablantes queda en manos de la solidaridad entre ellos. No son muchos, si los comparamos numéricamente con el resto de nacionalidades. Cada uno de ellos está muy informado, hace propuestas, son muy proactivos. Hay quien comenta que en su primer día ha llegado a 2.777 palabras. Sin lugar a dudas, una crifa con cierta gracia. Luego está el que ha escrito más de 10.000, quien va perdido y pide ayuda, los demás acuden enseguida. Coinciden en que lo más importante es no corregir, no borrar, solo seguir escribiendo. Ya se llegará a esa etapa. No van nada desencaminados, muchos escritores ya consagrados lo hacen de esa manera. En Madrid existe la costumbre de reunirse los fines de semana en un local de Starbucks en la calle Infantas (metro Banco de España). En Zaragoza participan varios integrantes de la organización Atrapavientos. Se especializan en literatura infantil y juvenil, también tienen talleres de escritura creativa enfocada a ese género. La participación catalana es la que posee más fuerza mientras buscan un lugar con suficientes enchufes y wifi para conectarse todos juntos, lo debaten en inglés. El lugar ideal para reunirse parece encontrarse en Bilbao, se trata de Coffee Break, cerca de la Plaza Nueva, tiene mesas cómodas, enchufes, wifi y “unos cafés enormes”. Los españoles tienden a organizarse regionalmente, incluso en los casos en que no se reúnen físicamente (como la mayoría de los de Andalucía, también con importante presencia angloparlante). En otras culturas tienden a reunirse por géneros, por ejemplo. Uno de nuestros zahoríes de libros y, sin lugar a dudas, el más renacentista, Bouman, también está presente y ha creado un hashtag que ya se está utilizando: #NaNoWriMoESP  No me sorprende nada encontrarlo por allí.

Hay un rinconcito de la sinopsis donde cada participante cuenta brevemente sobre qué escribirá. Se comenta sobre el tipo de música que se escucha mientras se escribe. Seguro que más de una sugerencia de Eva Tovar aquí en la revista les resultaría de suma utilidad. Y encontramos el imprescindible espacio para las herramientas de escritura donde se menciona, además del ya clásico Scrivener, Timeglider para trazar líneas temporales; Mural.ly, para crear esquemas amplios con todo tipo de elementos; GenoPro para las líneas dinásticas. El foro en inglés está perfectamente organizado por géneros, edades del público destinatario, tipos de recursos, música, variedades de café y compulsiones varias. La diferencia se debe a que allí hay moderadores que se ocupan de facilitarle la vida a los participantes.

Egipto cuenta con el doble de participantes que España; India tiene el triple. Nosotros estamos al nivel de China. Alemania nos cuadruplica. Superamos a Portugal, Italia y Ucrania, pero nos quedamos muy lejos de los valores de Brasil. En el continente americano están presentes los mexicanos y los argentinos. Colombia, Perú, Venezuela, Uruguay no cuentan con espacio propio y se encuentran junto a Chile y Ecuador en la región de “los demás”. Los brasileños son los más organizados y hay dos moderadores para sus más de 6.000 participantes. Europa se queda atrás de Estados Unidos en integrantes por más que en Gran Bretaña sumen decenas de miles. La presencia hispanohablante necesita impulso evidente en muchos sentidos. Si el futuro de la edición depende de los lectores y las tecnologías, este presente nos refleja a la comunidad hispanohablante de forma apasionada, sin lugar a dudas, porque todo depende de cada participante como un vaquero en el oeste solitario. También reclama que los programas de fomento a la lectura sean más efectivos, menos burocráticos, mucho menos aburridos y, sobre todo, menos escolásticos, más modernos.

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Hay una fiesta de la escritura cada mes de noviembre. Se celebra mundialmente. Refleja el clima de la sociedad que lee, que ama los libros al punto de querer inventarse sus propias historias. Muestra una parte del impulso creador. Está formada por quienes quieren reescribirse, quienes aman aventuras sin reglas y por una generación educada en las tecnologías. Todos ellos son incontables. Implican de forma descarada que hay muchos más leyendo y escribiendo de tantas otras formas. Demuestran un ecosistema literario fuerte, expansivo y dinámico. Si ellos crecen y brillan, todos los demás sectores asociados directa e indirectamente también podrán hacerlo. Reescribirse es una cuestión de todos.

Felices lecturas, apasionados NaNoWriMos, maravillosas posibilidades para todos.

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