¿Qué es la Nueva Bauhaus Europea? Se celebra su primer festival

La Bauhaus fue un apasionante proyecto que buscó unir a artesanos, artistas y arquitectos para trabajar juntos buscando una sociedad más justa, igualitaria y solidaria que no le diera la espalda a la naturaleza. Cien años después, su nombre vuelve a resonar con el objetivo de combinar diseño, sostenibilidad y accesibilidad. Un intento, como escribiría Walter Gropius, de que «la codicia humana» no «interfiera con el ciclo biológico», que las personas vuelvan a vivir en armonía con la naturaleza. Estos días se celebra el primer Festival de la Nueva Bauhaus Europea, con el objetivo de unir sostenibilidad, inclusión y belleza.

En 1937, el ecologista Julian Huxley organizó en Londres una gran cena de despedida para Walter Gropius, fundador de la revolucionaria escuela de diseño y arquitectura Bauhaus. Gropius, que había llegado a Londres en 1934 huyendo del acoso nazi, partía con destino a Estados Unidos para convertirse en presidente de la Escuela de Diseño de Harvard. Entre los invitados, además de las figuras más renombradas del diseño modernista inglés, se encontraban destacados científicos del ámbito de la ecología, como el propio Huxley. ¿Qué era lo que unía a ecologistas y a diseñadores de la Bauhaus?

La estética de la Bauhaus se inspiraba sobre todo en las formas geométricas, el diseño mecanizado y la ingeniería mecánica, y utilizaba materiales industriales como el acero y el hormigón. Sin embargo, también se inspiraba en la naturaleza.

Algunos miembros de la Bauhaus se apoyaron en la biología para desarrollar su obra mientras estuvieron en Alemania, pero la fusión del diseño de la Bauhaus con la naturaleza tuvo lugar durante el proceso de puesta en marcha de la escuela en Londres. Ecologistas y miembros de la Bauhaus compartían la creencia de que el hogar debía seguir el modelo de hogar de la naturaleza y uno de los debates clave fue el papel de la biología en la remodelación de la sociedad.

Hoy, más de 100 años después, el nombre de la Bauhaus vuelve a resonar de la mano de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. En un momento de apremiante necesidad de cambio marcado por el calentamiento global, «no hay nada que sea más urgente que salvar el futuro de nuestro frágil planeta», declaraba von der Leyen en 2020. Por ello, ese mismo año anunció la creación del programa la Nueva Bauhaus Europea, una iniciativa interdisciplinaria y creativa que conecta el Pacto Verde Europeo con nuestros espacios de vida y nuestras experiencias cotidianas. La Nueva Bauhaus Europea es un proyecto medioambiental, económico y cultural cuyos valores esenciales son la sostenibilidad, la estética y la inclusividad.

Primer edificio proyectado y construido (Straddle3, Eulia Arkitektura, Yaiza Terré) del programa de Alojamientos Provisionales de Proximidad en Barcelona. Uno de los proyectos del primer festival Nueva Bauhaus Europea.

El Pacto Verde Europeo como modelo de transformación

Europa se ha marcado como propósito convertirse en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Con este fin, la Comisión Europea propone aumentar el objetivo de reducción de emisiones para 2030 hasta al menos un 55%. Los edificios que habitamos y en los que nos movemos cotidianamente generan el 40% de nuestras emisiones. Por eso es necesario intervenir estos espacios y lograr edificios menos despilfarradores, menos costosos y más sostenibles.

La Nueva Bauhaus Europea pasó a la ejecución a través de medidas políticas y de financiación en 2021, lo que desembocó en la creación de los premios Nueva Bauhaus Europea, cuya primera edición se celebró en otoño de ese mismo año. Tras el éxito de la primera convocatoria, a la que se presentaron más de 2.000 candidaturas, se darán a conocer los ganadores de la segunda edición en el marco del primer Festival de la Nueva Bauhaus Europea (desde ayer hasta este domingo, 12 de junio; las actividades principales tendrán lugar en Bruselas, con eventos paralelos en toda la UE; se puede asistir en persona o participar online). Un evento que busca conectar el Pacto Verde con nuestra vida cotidiana y reunir a personas de todos los ámbitos para reflexionar, debatir y dar forma a un futuro en torno a los tres ejes de este proyecto.

España, el país con más premiados en la 1ª edición de la Nueva Bauhaus Europea

En la primera edición de los premios de la Nueva Bauhaus Europea, España quedó en excelente posición. Nueve de los 20 galardones se los llevaron proyectos españoles.

Azotea de Xifré: Jardín Silvestre, de Estudio Mata Alta, es uno de los proyectos premiados en la categoría Patrimonio cultural conservado y transformado. El estudio, dedicado al rewilding o «acto de reintroducir naturaleza en espacios que la han perdido por la acción constructiva del ser humano», nació gracias a una convocatoria que el Ayuntamiento de Barcelona hace pública de manera anual para desarrollar proyectos de este tipo.

Su responsable, Sergio Carratalá, tuvo la oportunidad de convencer a los propietarios de un emblemático edificio de Barcelona, la casa Xifré, construida en 1838, para participar en esta convocatoria del Ayuntamiento de Barcelona. El premio era construir la cubierta verde. Fue tal el éxito de esta iniciativa, que posteriormente las comunidades vecinas quisieron adoptar esta idea para sus cubiertas. El resultado: 1.500 metros cuadrados renaturalizados en una primera fase. Su objetivo: renaturalizar 5.000 metros cuadrados al culminar el proyecto.

Si bien ellos crean jardines en el techo del edificio, su objetivo va más allá: buscan crear ecosistemas. Y para ello, además del rewilding, utilizan la biofilia, que la definen como aquello que la arquitectura puede hacer para conectar mejor al ser humano con su ecosistema. Para ello, antes de comenzar un proyecto, recapacitan sobre cómo era hace cientos de años el lugar donde está ahora ese edificio. Seguramente en ese lugar había campo, pero ¿qué tipo de campo? Apoyados en una paleta de vegetación autóctona, aplican ingeniería para reproducir de la manera más eficiente y lógica ese tipo de ambiente. Con ello logran no solo que la naturaleza vuelva a retomar lugares, sino que el mantenimiento sea menos costoso y complicado, porque son plantas del entorno.

En la categoría de Espacios urbanos y rurales regenerados el premio fue concedido a La Fábrika de toda la vida, una asociación extremeña autogestionada que ha rehabilitado dos naves de la antigua cementera de los Santos de Maimona (Badajoz) para convertirlas en un espacio destinado a proyectos culturales y ecológicos. Más de 3.000 personas han participado en la restauración de la cementera desde 2011, utilizando para ello materiales reciclados. Además, se han encargado de recuperar el suelo contaminado a través de la plantación de jardines. La Fábrika de toda la vida cuenta, además, con el reconocimiento del programa Open Heritage de la Unión Europea, que lo destaca como uno de los 16 casos más interesantes en Europa de gestión social del patrimonio abandonado. El único ubicado en un entorno rural.

Este espacio comunitario en el sur de Extremadura apuesta por un modelo de socialización del patrimonio basado en la acción comunitaria y por la permanencia de la juventud para frenar la despoblación rural a través de la producción cooperativa y la articulación de redes de apoyo mutuo.

El proyecto Jardines en el aire, un programa circular de renaturalización urbana en los Tres Barrios-Amate de Sevilla, recibió el premio Edificios renovados en un espíritu de circularidad. A partir de la reutilización de las unidades de aire acondicionado y del uso del agua que emana de estos electrodomésticos se creó un jardín vertical en la fachada del edificio, un nuevo espacio para regenerar la vida.

El jardín está sostenido por 19 masharabiyas, o cajas de madera con celosías para la ventilación que se inspiran en la arquitectura islámica. En su interior hay macetas de barro con plantas, que regulan la humedad, aportan oxígeno y renaturalizan el espacio urbano. El proyecto se complementa con una pieza sonora polifónica interpretada en directo y un perfume elaborado por el perfumista Barnabé Fillion a partir de las especies que crecen en Tres Barrios-Amate. La recaudación obtenida a partir de la venta de los perfumes, de edición limitada, va destinada a programas locales de capacitación en arte y naturaleza.

Siete proyectos presentados desde España son finalistas en la 2ª edición

Este año las categorías se han reducido a cuatro: Reconectar con la naturaleza. Recuperar el sentido de pertenencia. Priorizar los lugares y las personas que más lo necesitan. Dar forma a un ecosistema industrial circular y apoyar el pensamiento del ciclo de vida.

Estos premios están dirigidos a proyectos existentes y finalizados, pero las cuatro categorías contemplan una segunda modalidad: Futuras Promesas, para ideas de jóvenes talentos de 30 años o menos. En esta modalidad, precisamente, este año se encuentra entre los finalistas Cloister, el proyecto de dos arquitectos granadinos, Mario Sánchez Samos y Rocío López Berenguer. Optan al premio en la categoría Dar forma a un ecosistema industrial circular y apoyar el pensamiento del ciclo de vida, en el grupo de Futuras Promesas menores de 30 años.

Entre 2000 y 2021 han dejado de estar operativos 231 conventos y monasterios en España. Según Sánchez Samos se trata de magníficos espacios, de amplias dimensiones y con una arquitectura exuberante. El proyecto Cloister busca dar una segunda vida a estos monasterios al convertirlos en centros de investigación en inteligencia artificial. Con esta iniciativa se busca salvar a un edificio deshabitado del deterioro y aprovechar el potencial del mismo para realizar acciones de vanguardia.

Entre la modalidad de proyectos finalizados, uno de los finalistas de la categoría Reconectar con la naturaleza es el proyecto Regeneración de sistemas dunares de playa, presentado por el AMB (Barcelona). Esta iniciativa está dirigida a mitigar los efectos del cambio climático a lo largo del litoral del sur de Barcelona y consiste en una serie de acciones para involucrar a los usuarios y proteger y mejorar estos espacios.

Otro proyecto finalista, en la categoría Priorizar los lugares y las personas que más lo necesitan es el presentado también por Barcelona: Protejamos las escuelas. Proyecto escolar Lavinia . Se trata de la transformación del entorno escolar, al poner en el centro la seguridad y el bienestar de los niños a través de diversas acciones como mejorar el acceso a las escuelas o la ampliación de zonas habitables y zonas verdes. En el periodo 2020-2022 se han tomando medidas en 155 escuelas de la ciudad.

En la categoría Dar forma a un ecosistema industrial circular y apoyar el pensamiento del ciclo de vida ha quedado finalista la labor de la empresa Gravity Wave – Océanos libres de plástico, en Alicante. Esta empresa, de impacto social, economía circular y conciencia medioambiental, limpia el plástico del fondo del mar y lo convierte en mobiliario para darle una segunda vida y un alto valor sostenible. Más de 2.000 pescadores les ayudan en la recogida de plástico en el Mediterráneo.

Finalmente, en la modalidad de Futuras Promesas, otros tres proyectos españoles han quedado finalistas: Minarte, un festival multidisciplinario que busca recuperar el paisaje minero postindustrial de La Carolina (Jaén), prototipos bio-fotovoltaicos aplicados a la construcción urbana de áreas verdes en El Masnou (Barcelona) y Mapa, una web-app para involucrar a la comunidad en la recuperación de entornos naturales degradados en Murcia.

Los ganadores de este año se darán a conocer este sábado, 11 de junio, en el marco del Primer Festival de la Nueva Bauhaus Europea, un evento en el que se abordará la ciencia y el arte, el diseño y la política, la arquitectura y la tecnología.

Sobre el autor

Nélida Jiménez

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