Nueve mujeres artistas que producen asombro y hasta escalofríos con sus retratos

LOTTE LASERSTEIN, ‘Muchacha tumbada en azul’. CA. 1931. Colección privada. Cortesía del VERBORGENE MUSEUM © 2021, ProLitteris, Zurich. Foto: Anja Elisabeth Witte

La principal razón del viaje de periodistas a Basilea organizado por Turismo de Suiza era visitar la gran muestra de Goya en la Fundación Beyeler. Pero por el camino se nos cruzó otra impactante exposición en este centro artístico. Se titula ‘Close Up’ (‘De cerca’) y está dedicada a nueve mujeres artistas enfocadas en los retratos y autorretratos: Berthe Morisot, Mary Cassatt, Paula Modersohn-Becker, Lotte Laserstein, Frida Kahlo, Alice Neel, Marlene Dumas, Cindy Sherman y Elizabeth Peyton. Hasta el 2 de enero. Merecen asombro y atención, por la calidad de sus trabajos y por su vida (valiente, pionera y a menudo atormentada). Por algo se han convertido en iconos de la reivindicación feminista.

Dice la información de la Beyeler: “La exposición muestra obras de mujeres artistas cuyo trabajo representa posiciones destacadas en la historia del modernismo desde 1870 hasta la actualidad. Es el período al comienzo del cual las mujeres artistas en Europa y América pudieron ser activas profesionalmente de manera amplia por primera vez”.

Un paseo por De cerca te deja conmovido por dentro.

El recorrido comienza con dos nombres más conocidos y con lienzos de factura en los ya clásicos parámetros del impresionismo: la francesa Berthe Morisot, cuñada de Manet, y la estadounidense Mary Cassatt, que encontró en Degas apoyo y amistad. Ambas, activas en las décadas de 1870 y 1880 en París, la metrópoli del arte contemporáneo en ese momento. Tuvieron mérito: ambas consiguieron exponer con los grandes pintores del impresionismo, y podemos ahora decir que fueron figuras clave de este movimiento de vanguardia, aunque también sufrieron menosprecios y desprecios. El cuñado de Morisot, el famoso pintor Manet, llegó a escribir esto, con una sorna exenta de toda gracia: “Las señoritas Morisot son encantadoras, es una pena que no sean hombres; sin embargo, como mujeres podrían defender la causa de la pintura casándose cada una con un académico y sembrando así la discordia en el campo de esos anticuados, aunque sería pedirles un sacrificio demasiado grande”.

CINDY SHERMAN, ‘Sin título’, 2008. Colección de Carla Emil y Rich Silverstein © 2021 Cindy Sherman.

ALICE NEEL. ‘Hartley en el caballito’ . 1943. Colección privada. © The Estate of Alice Neel

Esta cita es solo un ejemplo de cómo, a lo largo de su vida y su carrera, Berthe Morisot y muchas otras debieron luchar contra las ideas preconcebidas y las zancadillas para desarrollar sus carreras artísticas.

Y llegamos a dos alemanas: Paula Modersohn-Becker, amiga de Rilke, que nos asalta por la inquietante expresividad de los personajes de sus retratos, y también al conocer cómo quedó cercenada su corta vida. Murió con solo 31 años tras dar a luz a su primer hijo. Y Lotte Laserstein, quien, al tener sangre judía, fue apartada por los nazis del mundo del arte a partir de 1933; gracias a sus contactos en Suecia pudo viajar allí y pedir asilo político; llegó a convertirse en miembro de la Academia Sueca de las Artes. Laserstein representó a la nueva mujer, de aspecto andrógino, y así se convirtió en icono de la cultura lésbica.

No podía faltar en De Cerca la mexicana Frida Kahlo, representada con una docena de cuadros que muestran, más allá de su tormentosa vida –desde el accidentado matrimonio con el muralista Diego Rivera a la accidentada relación con el Partido Comunista y la accidentada relación con su maltrecho cuerpo, que le llevaba a sufrir fuertes dolores y a estar postrada en cama largos periodos–, hay que resaltar su calidad como inspirada y original pintora, capaz de retratar el alma. Por cierto, la exposición va acompañada con unos vídeos en los que nueve actrices relatan sus impresiones sobre estas nueve artistas. A Frida Kahlo le corresponde uno de los mejores vídeos, el de una emocionada Ángela Molina, que acaba envuelta en lágrimas.

Seguimos paseando por la Beyeler. Los expresionistas retratos de la estadounidense Alice Neel nos retienen con un puntito de escalofrío. Nos preguntamos por qué esos retratos de niños con ojos muy abiertos que nos producen algo de terror. La explicación está en su biografía: Alice Neel tuvo una hija que falleció de difteria sin haber cumplido un año. El trauma que le causó esta muerte influyó en sus pinturas, que nos hablan de maternidad, de pérdida, de ansiedad. Como Frida Kahlo, intentó suicidarse. Como Lotte Laserstein, acabó convirtiéndose en icono feminista, a partir de sus desinhibidos personajes que exaltaban la subversión y la sexualidad.

ALICE NEEL. ‘Harold Cruse’ CA. 1950.  © The Estate of Alice Neel. Cortesía The Estate of Alice Neel and David Zwirner.

LOTTE LASERSTEIN. ‘Autorreterato’. 1923 © 2021, ProLitteris, Zurich; Photo: © Lotte-Laserstein-Archiv Krausse, Berlin/Dietmar Katz, Berlin.

FRIDA KAHLO, mis abuelos, mis padres y yo (árbol genealógico)’. 1936. Museum of Modern Art, New York. Gift of Allan Roos, M.D., and B. Mathieu Roos, 1976
© Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust, México D.F. / 2021. ProLitteris, Zurich Foto: © 2021. The Museum of Modern Art, New York/Scala, Florence

Por cierto, el Guggenheim de Bilbao ha inaugurado en septiembre una gran exposición con la obra de Neel, que durará hasta febrero. Esto explican en su web: “Alice Neel (1900-1984) es una de las artistas más radicales del siglo XX. Gran defensora de la justicia social, del humanismo y de la dignidad de las personas, se consideraba a sí misma como una ‘coleccionista de almas’. Sus obras reflejan el espíritu de una época, la intrahistoria de Nueva York, centrándose en quienes han experimentado la injusticia como resultado del sexismo, el racismo y el capitalismo”.

Ese punto de terror va a más con las obras de Marlene Dumas (nacida en Sudáfrica en 1953, pero instalada en Amsterdam). Dumas también recurre a la figura humana como medio para criticar las ideas contemporáneas sobre la identidad racial, sexual y social.

Y llegamos a dos estadounidenses actuales de gran proyección –ciertamente corren otro tiempos ya muy distintos, más igualitarios y justos para reconocer el trabajo femenino–. La fotógrafa y cineasta Cindy Sherman, nacida en 1954, utiliza su propia imagen para reflexionar, sobre todo para hacernos reflexionar, sobre el papel de la mujer y su representación en la sociedad. En ella también hemos de ver un puntal de la “reestructuración feminista del cuerpo” y en cómo convertir en un movimiento de lucha política la disforia existente entre los sexos. Por último, Elizabeth Peyton, pintora y fotógrafa nacida en 1965, realiza un estudio sobre el retrato, la fama y el anonimato desde una perspectiva historicista.

Por cierto, y ya que estamos en Basilea y en territorio femenino, recomendar otra expo en el Museo Vitra, en el edificio de Frank Gehry, el primero que este arquitecto-estrella construyó en Europa, en 1989. La muestra lleva por título Here we are! Women in Design, programada hasta el 6 de marzo de 2022.

Se trata de un recorrido por los nombres femeninos –acoge nada menos que 80– del diseño, desde 1900 hasta nuestros días, y que a menudo han sido invisibilizados para volcarse en las aportaciones masculinas.

Dos obras de Alice Neel en la exposición ‘De cerca’ en la Fundación Beyeler. Foto: Rafa Ruiz.

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Comentarios

  • María Jesús Franco

    Por María Jesús Franco, el 19 noviembre 2021

    Muy interesante este recorrido cronológico de estas mujeres, artistas reveladoras de un tiempo relevante en la historia.

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