Objetivo: 28.000 centros educativos trabajando por el clima

Foto: Pixabay.

Con el arranque del nuevo curso escolar, Profes por el Futuro –Teachers for Future Spain– ha puesto en marcha su guía y campaña educativa ’28.000 por el Clima’. Una campaña que recibe su nombre por su objetivo: llegar a los más de 28.000 centros educativos en España. Un paso más en el empeño de esta asociación por llevar la sostenibilidad a la escuela y que se acompaña de otros programas como Recreos Residuo Cero, Ecocomedores y Colecaminos. La propia coordinadora de Profes por el Futuro, Miriam C. Leirós, nos explica en qué consiste todo esto y por qué es tan importante avanzar en la educación ecosocial.

En 2017, un grupo de docentes preocupados por la falta de naturaleza y contacto con el medio en las aulas inició un blog llamado El Guiño Verde. Desde ese lugar virtual se promovían actividades y se promocionaban aquellas experiencias educativas que educaban en consonancia con los ritmos naturales, la observación, el contacto y la vivencialidad del medio y la experimentación con él. Poco a poco, las preocupaciones de este grupo fueron creciendo y acometieron otras misiones que interpretaron suyas por no encontrar apenas referentes en ese aspecto. Me refiero a la ingente labor de ecoalfabetizar, de hablar de cambio climático, de hablar de la necesidad de acción, de poner encima de la mesa cuestiones como los hábitos de consumo, la publicidad a la que la población infantil y juvenil es sometida, hablar del desarrollo de la capacidad de acción y el espíritu crítico. Todo ello es llevado a cabo por ese grupo de docentes que no ha parado de crecer y que ahora se conoce como Teachers For Future Spain.

Las personas integrantes de Profes por el Futuro son docentes de cualquier etapa educativa que en un momento determinado de su vida decidieron que querían dedicar la energía que les quedaba fuera de su trabajo en una labor educativa por el bien común. Una entrega de tiempo que solo recibe como compensación la satisfacción personal en los mejores casos, pero que en muchas ocasiones va cargada de frustración e impotencia. Entonces, ¿por qué alguien dedica tiempo a una causa que le provoca frustración? Pareciera un acto más de masoquismo que de altruismo o liberación.

Solo hay una razón: hay personas a las que les resulta imposible permanecer impasibles a los avisos de la ciencia o a las advertencias de que el cambio climático ha pasado de ser esa imagen del oso polar en el trozo de hielo para cobrarse vidas humanas. Sí, vidas humanas por inundaciones, por hambrunas por sequías, enfermedades y riesgos crecientes para la salud, migraciones forzosas, porque es imposible cultivar nada de lo que alimentarse en una tierra estéril por la sequía constante. Por todas esas causas, ese grupo de quijotescos docentes, presentaron en septiembre su guía y campaña educativa ‘28.000 por el Clima’. Una campaña que recibe su nombre por su objetivo: llegar a los más de 28.000 centros educativos del país. Esta campaña surge como fruto del esfuerzo de colaboración entre integrantes de teachers, y dentro de ella pueden encontrarse recursos y guías de lo más variado, pero siempre bajo el denominador común de la educación ecosocial.

En la citada guía se pueden encontrar materiales sobre migraciones climáticas, producto de un grupo de trabajo que durante el pasado curso se reunía de forma virtual, en el que determinaron, en colaboración con Open Arms, que estos materiales eran necesarios y urgentes, y por ello debían de ser accesibles a todas las personas. Por eso los materiales fueron diseñados para varias etapas educativas e incluyen textos de lectura fácil para las personas con dificultades.

Entre la parrilla didáctica también se ofrecen materiales que fomentan la participación social tratando de generar una ciudadanía que no se mantenga al margen a los problemas sociales y que recupere la sapiencia del poder del ejercicio democrático más allá de un voto en urna cada cuatro años.

Entre estos materiales se encuentran el dossier ‘’Democracia y  participación social’. Del mismo modo, se ofrecen materiales de alfabetización mediática contra los bulos y la desinformación, y otros que informan de la publicidad, de cómo nos afecta y cómo gestionarla, misión como docentes, dado que la infancia recibe más de 7.500 impactos publicitarios al año, y para ello también se usa como recursos didáctico la contrapublicidad, porque la denuncia se puede hacer desde el arte, y con arte.

Y precisamente de arte trata el programa Arte Climático, surgido de una colaboración con estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, que busca ese despertar de conciencias. Así que podemos ver que no solo el alumnado de Primaria y Secundaria tiene cabida aquí. Otro ejemplo de participación de etapas educativas post-obligatorias fue llevado a cabo con la Escuela de Arte Superior de Diseño de Mérida, que a través de una colaboración dieron con el diseño del logo que el colectivo usa en la actualidad.

El colectivo promueve además diferentes programas educativos como Recreos Residuo Cero, que ya cuenta con 2.000 centros participantes, centros educativos que han sabido poner la R de Reducción en el primer lugar, el que le corresponde. Dos millares de centros lucen ya las lonetas que cuelgan de ventanas o fachadas visibilizando la labor de un trabajo colectivo de toda la comunidad educativa en la que docentes, alumnado y familias se vuelcan en cambiar hábitos y han pasado de las meriendas de bollería industrial hiper-envasada en materiales de difícil o nulo reciclaje a unos almuerzos que se llevan en tupper, bocadillos o fruta, llegando a ese Residuo Cero por el que el programa lleva su nombre.

Otro de los programas que se impulsa es Ecocomedores para que se vigile la salud del planeta en la alimentación a la par que la del alumnado; por eso se incita al consumo local, con productos de cercanía, a insertar en el menú platos que garanticen que no hay pesticidas y días exclusivamente de vegetales; asimismo, se promueve que se reduzca el desperdicio alimentario y se pone en valor la necesidad de una Justicia Alimentaria, ONG con la que se colabora directamente. Por otra parte se hace especial hincapié en la movilidad sostenible, buscando crear ciudades amables en las que la infancia tenga un lugar, que recorran calles y caminos hasta el centro educativo de manera autónoma, a la vez que se evitan emisiones en el transporte individual a motor. Colecaminos es el programa que se encarga de esto.

Calcular la huella de carbono de un centro educativo también es posible con las herramientas que se ofrecen en el programa Ecoauditorías, programa que permite que el alumnado sea el que audite el gasto energético, entre otros, y vele por esa reducción, un aprendizaje por competencias para la vida real. Tan real como las soluciones basadas en la naturaleza que pueden llevar a que la inclusión de plantas, bien sea en jardines verticales o en toldos, reduzca la temperatura de los edificios escolares, pero también una apuesta por reverdecer, que incluya jardines –con plantas polinizadoras mucho mejor–, con huertos y compostero que sirvan para  estudiar el ciclo de producción o incluso todo un circuito de economía circular.

Y si se quiere convertir al alumnado en verdadero protagonista con iniciativa social que revierta en el barrio, el programa S4C-Escuelas por el Cambio invita y ayuda a llevar a cabo ese proceso.

Cada uno de estos programas pueden integrarse en las aulas a través de los contenidos curriculares: desde el cálculo de kilómetros que recorremos hasta el centro hasta el número que recorren los alimentos a nuestra mesa, puede medirse la temperatura o la acidez que un compostero puede alcanzar en clase de ciencias, estudiar el lenguaje publicitario, las imágenes, etc… La integración de los programas y los contenidos depende en buena medida de la imaginación y creatividad de cada docente. El abanico de posibilidades para trabajar una educación por la sostenibilidad en un  currículo de manera transversal es casi infinito. Y para eso, para ser llevados a las aulas, están todos los materiales en la web para ser descargados de manera gratuita, porque Teachers for Future Spain lo integran tanto las personas que crean los materiales como las que les dan uso y los fomentan.

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Comentarios

  • María Clara

    Por María Clara, el 06 octubre 2022

    Soy maestra de primaria y querría recibir secuencias de actividades para trabajar en 6° de primaria sobre todas estas cuestiones. Gracias

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