Redescubrir África: Europa nos ha contado muy mal su historia

La arqueóloga Sirio Canós Donnay con un grupo de colaboradores en África.

«Nuestro imaginario colectivo reduce la historia de África a un eterno presente de chozas y hambrunas», advierte la arqueóloga Sirio Canós Donnay desde el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC (INCIPIT), en Santiago de Compostela. «Y a dos hitos muy concretos: el origen de la humanidad y la era colonial, escrita por los europeos. Pero entre uno y otro pasaron 300.000 años». ¿De verdad no sucedió nada durante todo ese tiempo en el continente donde floreció la humanidad y el ‘Homo sapiens’ dio su gran salto evolutivo? Esta conversación con ella, que te va a dejar pegado a la pantalla, nos va a dar completamente la vuelta a la historia, a la visión de África y de Europa, desde milenios atrás. “Hubo que negar a África su historia para justificar la colonización”.

«Este vacío no es casual” añade Sirio. “Tiene razones coloniales. Y aunque hay quien recuerda con suerte que Egipto está en África (pese a unir su historia al bíblico Oriente Medio), hay otras muchas culturas olvidadas, reinos e imperios africanos que mantuvieron una relación de igualdad con la Europa medieval. Con sus ciudades amuralladas y palacios, con sus comerciantes y embajadores». Y hasta con su alumbrado público… La trascendencia geopolítica de esta inmensa laguna histórica representa, quizá, el verdadero elefante en la habitación global.

Seguimos contrastando marcos y relatos, formas de mirar, con ayuda de la ciencia, y en este caso de la mano de Sirio Canós Donnay (Castelló de la Plana, 1988), graduada en Arqueología y Antropología por la Universidad de Oxford, doctora por el University College London y Máster en Arqueología Africana. Mientras hablo con ella vivo uno de esos momentos de revelación, en los que caes de la burra. Me cuenta cosas increíbles con tanta naturalidad que tengo que interrumpirla y pedirle que me lo repita. Sirio consigue que invierta la mirada dándole la vuelta a nuestro eurocentrismo. Porque hay palabras que nacieron acuñando perspectivas made in Europe, como civilizar. Si aceptamos por civilización un desarrollo social complejo organizado en ciudades o con estructura urbana, entonces África era civilizada más allá de Egipto, y el continente ni era tan primitivo ni estaba tan aislado, revelándose como un igual que Europa no quiso reconocer fuera del exotismo de sus decimonónicos marcos ilustrados y extractivistas.

«Yo he trabajado en muchos sitios de Europa y Asia”, empieza a contarme Sirio en la sede del INCIPIT, “pero nunca había visto tanta implicación de la comunidad local como en África occidental». Es una de las cosas que más le gustan de su trabajo allí, insiste: la relevancia social de la arqueología y la implicación comunitaria. «La arqueología en África tiene un pasado colonial muy chungo, con mucho que rectificar. Y sin implicación local no se pueden cambiar las dinámicas de poder».

Afirma que es un trabajo muy bonito por la diversidad de fuentes y perspectivas con las que trabaja: bucear entre viejos textos en los archivos europeos, recoger tradiciones orales entre los ancianos del pueblo, mancharse en las excavaciones… Lo poco que se conoce de la arqueología de la zona, añade, hace además que cada excavación pueda reescribir lo que se sabe de la historia de la región.

El INCIPIT tiene dos equipos arqueológicos trabajando en África: uno es numeroso, el de Statehorn, en el cuerno de África; el otro es el de Sirio, que cuenta con algunos colaboradores del INCIPIT y con colegas senegaleses y bissau-guineanos sobre el terreno.

¿Por qué crees que la comunidad tiene más interés que en otras zonas? 

Pues porque tienen una sensación de injusticia histórica. Una de las zonas de Senegal en las que he trabajado estos últimos años, la Alta Casamance, fue durante siglos una de las zonas más poderosas de toda la Senegambia. Sin embargo, desde la época colonial se la ha marginado política y económicamente. Se la suele presentar como una zona rural donde nunca pasó nada. Pero ellos saben que no siempre fue así y valoran que llegue un equipo de investigadores a demostrarlo. En 2013 excavamos una zona y entregué al jefe del pueblo la datación de radiocarbono demostrando que allí había habido un asentamiento humano desde hacía más de 1.000 años. Pues enmarcó la datación y ahora se la lleva a todas las reuniones importantes.

¿De qué época y de qué zona hablamos?

Mi proyecto principal ahora mismo es en el sur de Senegal, con partes en Guinea Bisáu y Gambia, porque, claro, ahora las fronteras coloniales dividen lo que antes era un reino unificado, el Reino de Kaabu, que es lo que yo investigo. Conocemos parte de su historia por las tradiciones orales, pero su arqueología no se había estudiado nunca hasta que empezamos nosotros en 2013. La hemos ampliado también a Guinea-Bisáu, pero el primer paso allí es formar arqueólogos, porque al contrario que Senegal, no hay arqueólogos en activo y esto es un problemón. Un país no puede permitirse no tener arqueólogos, sobre todo cuando se está desarrollando a gran velocidad y se están destruyendo yacimientos en proyectos de construcción. El yacimiento que vamos a excavar se llama Kansala y es espectacular, con varios cinturones de muralla, muy bien conservado. Además, tuvo un final tremendo (en el siglo XIX) porque el último rey, cuando vio que el asedio de sus enemigos iba a tomar la ciudad, hizo volar por los aires todos los polvorines…

La arqueóloga Sirio Canós Donnay trabaja en una excavación en África.

¿Pero de cuándo es esa fortaleza y a qué cultura pertenece? 

Kansala fue la última capital del Reino de Kaabu, que era inicialmente una provincia del Imperio de Mali y a partir del s. XVI pasa a ser un reino independiente. Según algunas tradiciones orales, la fundación de la fortaleza sería contemporánea con los inicios del Imperio de Mali en el s. XIII, aunque yo sospecho que es más tardía.

¿No era colonia europea?

No, el imperio de Mali empieza en el siglo XIII y termina en el XVII. En toda esta zona la cuestión es que los franceses no llegan a controlar nada hasta 1920. Y, de hecho, Kansala los europeos no sabían ni dónde estaba. 

¿Pero entonces es todo autóctono?

Todo autóctono, sí.

Creo que empiezo a entender… Creía que la muralla era europea. Y entiendo cada vez más el interés local por su historia no colonial.

Sí, aunque la historia colonial es también interesante. Los portugueses llegan a la costa en el siglo XV, seguidos de los franceses y del resto de europeos, y empiezan a montar puestos comerciales con permiso de gobernantes locales. Primero compran principalmente oro y marfil, después va aumentando la trata de esclavos, pero lo que los europeos tienen hasta el siglo XIX son solo puestos comerciales en las costas y ríos. En ese momento, con el Reparto de África, les empiezan a entrar a todos ansias de control territorial. Lo que hacen los europeos es ir firmando acuerdos con líderes locales, dando apoyo militar a cambio de cesiones territoriales. El problema de esta estrategia es que Kaabu controla la mayoría del territorio y no tiene necesidad de apoyo militar, así que les limita el avance. Llega entonces la guerra de Kaabu contra el reino vecino del Fuuta Djallon y una revuelta interna de esclavos fula, que termina con la voladura de los polvorines de Kansala. Esto deja un vacío de poder enorme que los europeos aprovechan, firmando acuerdos con señores de la guerra y gobernadores locales hasta controlar todo el territorio. Pero si Kaabu no llega a colapsar, los europeos no hubieran entrado.

Estoy alucinando… Con esta historia y con todo lo que debe de haber ahí sumergido.

(Risas). Sí, y otra cosa que a menudo se olvida es que antes del s. XIX la relación entre los reinos africanos y los europeos era de igualdad. Muchos de estos reinos estaban en contacto con Europa a través del comercio transahariano desde el siglo VIII, y cuando los portugueses entran a comerciar directamente desde el Atlántico el trato entre reinos europeos y africanos es de igual a igual. De hecho, Alfonso V de Aragón estuvo a punto de casar a su hija con el emperador etíope para formar una alianza de reinos cristianos, pero no llegó a confirmarse porque la embajada que llevaba la carta a Etiopía fue interceptada por los mamelucos.

¿Pero no había racismo en ese momento? Por lo que cuentas parece que hasta tenemos prejuicios sobre los prejuicios que tenían, y quizá no los tenían… 

La imagen racista que tenemos de las culturas africanas como un eterno presente de cazadores recolectores en chozas viene del siglo XIX, es parte de la ideología colonial. Antes de eso los reyes europeos se escribían con los reyes africanos de igual a igual. Pero, claro, si tu justificación moral para colonizar África es una supuesta misión civilizatoria, no puedes admitir que la gente que quieres colonizar tenga sociedades y culturas igual de complejas que la tuya. Entonces hubo que negar a África su historia para justificar la colonización. Toda esta negación e invisibilización de estos reinos y culturas viene de ahí.

Ya veo… Te insistía al principio en la fortaleza porque no acababa de asumir que fuera nativa, creía que era colonial, por ese estereotipo que nos ha calado tanto. Aunque por otra parte, en África sí que perviven hasta más tarde muchas sociedades organizadas en tribus, como en América.  

Es que depende de lo que entendamos por tribus. Tribu es un término que a nivel científico no tiene ninguna validez. Hay algunas sociedades que lo han adoptado como propio, pero históricamente se ha utilizado de manera peyorativa, como sinónimo de primitivo. Si vamos a las realidades sociales de la Senegambia del s. XVI o XVII, no distaban mucho de las sociedades rurales españolas de la época: la mayor parte de la gente eran campesinos que vivían en aldeas o pueblos, organizadas en territorios que pertenecían a reinos varios y con gobernantes que vivían en asentamientos fortificados y a los que se les pagaban impuestos regularmente.

¿Dirías entonces que sí había un importante desarrollo cultural y civilizaciones antes de la colonización? 

Estoy hablando concretamente de la zona en la que yo trabajo, porque África es enorme, pero sí, en esta zona hay sociedades muy complejas desde hace siglos, incluyendo varios imperios (Ghana, Mali, Songhay), perfectamente equiparables a sus contemporáneos europeos y en algunos aspectos incluso más avanzados.

La arqueóloga Sirio Canós Donnay dando una charla TED.

¿Qué otro tipo de arquitectura tenían, aparte de las fortalezas? Al margen de Egipto, el estereotipo que yo tengo es lo que has dicho: el poblado con chozas. 

En el Este estaban las ciudades-estado swahili, que Ibn Battuta, el famoso viajero, describió como unas de las más bellas del mundo. Tienes por ejemplo Kilwa Kisiwani, en Tanzania, que es una ciudad-estado con una mezquita de roca de coral. Además, como comerciaban con China, tenían todas las bóvedas cubiertas por porcelana china.

Sirio me enseña en este momento fotos de arquitectura sudanesa, restos del imperio de Mali; arquitectura de barro monumental que puede llegar a 12 metros de altura; la reconstrucción de una mezquita del siglo XV que no había visto jamás, y mi asombro por una historia que nunca me habían contado va en aumento.

¿En qué zona es eso?

Es en la costa oriental de África, desde la actual Kenia en el norte hasta Madagascar en el sur.

Pasa entonces a mostrarme ciudades del primer milenio antes de Cristo, una época en la que en Europa no había nada así todavía, asegura. «Mira: en Mauritania ya había asentamientos de 80 hectáreas». Mi ingenuidad salta como un resorte y le pregunto si sería como alguno de nuestros castros. «Un campo de fútbol es una hectárea, así que un castro no le llega ni queriendo», me responde enseñándome las ruinas… Sirio me cuenta que gran parte de la visión deformada que tenemos se debe al mantra del Occidente civilizador pontificando al resto del mundo y al prejuicio que nos causa lo diferente:

“Esta es la mezquita de Jenné; éstas las murallas de Gran Zimbabue; éstas son las iglesias de Etiopía excavadas en la roca en el siglo XIII… Sudán, que tiene más pirámides que Egipto, aunque nadie las mencione nunca… Bueno, y en la ciudad de Benín, en la actual Nigeria, tienen 16.000 kilómetros de murallas, lo cual es la segunda estructura premoderna más grande después de la Gran muralla china. Y la ciudad de Benín la describía un portugués como mucho más grande que Lisboa ya en el siglo XIII. O los famosos bronces de Benín. Hasta tenían un sistema de alumbrado público. Eran con una especie de recipientes grandes con aceite a los que se les prendía fuego cada noche, de forma que ya en el siglo XIV tenían alumbrado público”.

¿Pero por qué en el colegio nunca nos hablaron de esto? Nos hablaban del antiguo Egipto y se acabó África. ¿De qué civilizaciones me estás hablando?   

Esto último era el Reino de Benín. Es famoso por el saqueo de los británicos, lo quemaron y se llevaron todo en 1897. Las ciudades Swahili están por toda esta costa… Gran Zimbabue, que es el único yacimiento que le ha dado nombre a un país, está naturalmente en Zimbabue, y se dedicaba a vender oro a las ciudades swahili en la costa. Y desde allí comerciaban con el resto del Océano Índico

¿Época? 

Pues las ciudades swahili empiezan más o menos en el siglo VI y el comercio está plenamente establecido en el siglo X, pero continua hasta hoy en día.

¿Y comerciaban ya con oro en ese momento?

¡Comerciaban con todo! En estas ciudades te encuentras desde porcelana china a collares indios, y hay pruebas de que en uno de estos viajes se llevaron una jirafa a China en el siglo XV. Estos comerciantes llegaban hasta Japón: este que ves aquí es un marinero negro en el siglo XVI en Japón, en una ilustración de la época. Y mira: aquí los portugueses retratados desde la perspectiva japonesa, con sus pantalones grandotes, ¿ves?

Me sorprende hasta lo modernos y bien vestidos que van… 

Bueno, es que los textiles en el comercio africano eran muy valorados, pero en ese grabado en concreto van vestidos a la portuguesa. Y que sean de piel oscura no quiere decir necesariamente que fueran africanos, no hay que olvidar que en esta época se calcula que el 10% de la población sevillana era negra. Los reinos africanos también enviaban embajadores, y este es el segundo proyecto que tengo, que ahora te cuento…

“Este señor de aquí se llamaba Ne Vunda”, mostrándome otra ilustración, “e iba a ser el primer embajador del Congo en el Vaticano. Etiopía llevaba siglos enviando embajadores, pero Ne Vunda creó más expectativas de lo habitual, gracias a su reputación internacional de gran erudito y conocedor de la política europea. Salió del Congo en 1604, y como no había vuelo directo al Vaticano se tuvo que coger un barco hasta Brasil y de allí otro a Lisboa, y en ambos fueron atacados por piratas ingleses y holandeses. Desde Lisboa pasó por Madrid, donde estuvo unos meses en la corte de Felipe IV, hasta llegar finalmente al Vaticano en 1608. De los 25 que habían salido del Congo llegaron a Roma cuatro, y el pobre Ne Vunda se murió a los tres días. El Papa llegó justo para darle la extremaunción, pero se había hecho tan famoso que le hicieron tumba y busto en Santa María la Maggiore, y allí está enterrado…”.

¿Todo esto cómo se sabe, hay documentación?

 Claro, está documentadísimo. Este otro de aquí era embajador del rey de Arda, que está en la actual Nigeria, en la corte de Luis XIV.

Es que me sorprende hasta que tuvieran embajadores… Pero entonces, la imagen que tenemos de nuestros exploradores arrojando luz sobre el resto del mundo, como Livingstone en África, es muy relativa o incompleta. Porque quizá muchos africanos conocían ya Europa, pero no tenían esa ambición de expansión territorial, cultural o científica.   

Bueno, depende. Los etíopes exploraron Europa mucho antes de que los europeos exploraran Etiopía, por ejemplo. Etiopía se convirtió al cristianismo oficialmente en el siglo IV, antes que Inglaterra. Ellos se consideraban por tanto representantes del cristianismo verdadero y enviaban gente a Europa a buscar reliquias y artesanos. Hubo varios etíopes que hicieron el Camino de Santiago, e incluso escribían manuales sobre el cristianismo verdadero para educar a los europeos. Es interesante porque ellos veían Europa como la periferia, una tierra de buenos artesanos, pero ignorante respecto al resto del mundo. Sobre esto escribí el año pasado unos textos para la fundación Elkano, intentando revertir la mirada y entender como los europeos/as también fuimos descubiertos por otras culturas. Hice tres: uno sobre China y Japón, el otro sobre India y Persia y el tercero sobre África Subsahariana.

Es darle la vuelta completamente a la perspectiva… 

Sí, sobre esto tengo también un pequeño proyecto en torno a objetos afro-europeos y las historias que nos pueden contar. Ahora mismo estoy trabajando sobre una jarra muy bonita en un convento de Salamanca que perteneció a Teresa Chikaba, una mujer del siglo XVIII nacida probablemente de la zona de Ghana. La vendieron de pequeña como esclava y llegó a Sevilla, donde la compró una familia noble. Ella era supuestamente hija de un rey, y por ser de origen noble la llevaron a la corte de Carlos II, y Carlos II se la cedió al duque de Mancera. Y creció allí. Tuvo un aya que le enseñó a escribir, a tocar el piano, etc… Y entonces empezó a tener visiones religiosas y acabó de terciaria en un convento en Salamanca; allí empezó a hacer milagros, y se le tiene todavía una fe tremenda en la ciudad. Su tumba está en el Convento de las Dueñas, porque el suyo lo destruyeron las tropas de Napoleón. Y lo único que salvaron las monjas fue la tumba de Chikaba, así como su jarra y sus sandalias. Lo que estamos descubriendo ahora es que la jarra tiene también una historia muy peculiar, porque está hecha con arcilla de la isla griega de Lemnos, que supuestamente tiene propiedades anti-veneno. Y además es otomana.

Dios… Eso sí que es fusión.

(Risas). Sí. Es una arcilla de la que ya hablaba Galeno como propia de esta isla. Los antiguos griegos se la comían. Y siglos más tarde, a los otomanos, que habían leído a Galeno, se les ocurrió hacer jarras de agua que supuestamente mantenían las mismas propiedades; y el Sultán las utilizaba como regalos diplomáticos. Tenemos por tanto una monja cristiana originaria de Ghana, con una jarra otomana anti-veneno hecha en Estambul con arcilla griega. Estamos ahora intentando reconstruir cómo llegó la jarra a manos de Chikaba y lo que eso nos puede contar respecto a la naturaleza y diversidad de las experiencias africanas en Europa en esa época.

Sirio continúa enseñándome ilustraciones sorprendentes de ciudades o monarcas europeos, como Isabel La Católica vista por los japoneses de su tiempo, que deforman la imagen canónica que nos dejó la pintura occidental. Pienso que de igual forma, nuestra representación mental del mundo está errada por el mapamundi clásico (Mercator), que sobredimensionaba la superficie terrestre del hemisferio Norte en proporción al hemisferio Sur, en el que se impone, todavía más, la inmensidad olvidada de África. Comparada con la superficie exacta de Norteamérica, Rusia o China, nos da una medida de lo engañados que estamos respecto a cómo es el mundo real. Errores así no solo sesgan nuestra percepción geográfica, sino histórica y cultural. Comparada con África, Europa es un apéndice de la periferia, cuyos arqueólogos empiezan hoy a reparar lo que sus viejos políticos ocultaron. Por eso, para terminar pregunto a Sirio si mirando a los tópicos con los que Occidente siempre vio el hemisferio Sur, como culturas inferiores o no ilustradas, podríamos hoy equiparar los imperios africanos a los centroamericanos, que sí fueron finalmente más reconocidos en la cultura universal.

Una de las imágenes de África proporcionada por la arqueóloga Sirio Canós Donnay.

¿En conclusión, dirías que los imperios africanos son equiparables a los centroamericanos, como el imperio maya o azteca?   

Creo que conceptos como superior o inferior no son muy útiles a la hora de entender las sociedades del pasado, porque son completamente subjetivos. Pero si hablamos de complejidad social y técnica, pues absolutamente. Ten en cuenta que el poblamiento de América es muy posterior al de África. En África hay grupos humanos desde hace 300.000 años. Allí se da el primer arte de la historia de la humanidad y muchos otros hitos tecnológicos. La cerámica, por ejemplo, se inventa en África 3.000 años antes que en Europa. Y como te contaba antes, en Mauritania hace 3.000 años tenían asentamientos de 80 hectáreas cuando en Europa no había nada comparable.

Dicho lo cual, tampoco hay que obsesionarse con rankings, cada grupo humano se desarrolla de forma distinta. Otra herencia de las ideologías coloniales es pensar que la evolución de las sociedades humanas es una línea unidireccional hacia el progreso, y la arqueología nos demuestra que no, que la realidad es mucho más diversa. Y las comparaciones a veces no funcionan: en Europa y Asia hablamos de Edad del Cobre, del Bronce y del Hierro. En África esto no funciona porque descubren cómo fundir hierro directamente, saltándose los dos anteriores. O la idea de que primero tienes agricultura y luego ganadería. Pues en África subsahariana en general tienes primero ganadería y luego agricultura. Eso cambia toda la manera de funcionar de una sociedad. ¿Es una cosa más avanzada o más primitiva que la otra? No, son simplemente diferentes.

Otro ejemplo es el de la escritura, que tendemos a ver como un hito histórico que lo cambia todo y sin el cual no puede haber civilización. Y ciertamente, la escritura abre posibilidades que no existían, pero su impacto depende de quién, cómo y para qué la adopte. El Imperio de Mali, por ejemplo, conocía la escritura perfectamente a través del comercio trans-Sahariano. De hecho, los emperadores y reyes solían tener sabios islámicos en la corte porque daba caché. Pero su uso se limitaba a cuestiones religiosas. La historia, por ejemplo, era oral. ¿Por qué? Pues para evitar manipulaciones: si las narraciones históricas son orales y públicas, el historiador está vigilado por la sociedad; mientras que si las escribe en su casa, puede incluir en la crónica lo que quiera. O la agricultura, que tendemos a ver como un hito fundamental, pero hay múltiples estudios que demuestran que los cazadores-recolectores tienen mucho más tiempo libre que los primeros granjeros. Además, no todas las partes de la sociedad van al unísono: tú puedes tener una tecnología complejísima y una organización social muy básica, o al revés. Es por eso fundamental quitarnos de encima esta visión lineal y eurocentrista del progreso: las sociedades humanas son mucho más diversas y mucho más interesantes que eso.

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