Resiliencia en la ‘nueva realidad’

Resiliencia. Foto: los díez©

Resiliencia/los díez ©

Frente a los golpes, amenazas y demás circunstancias adversas que pueda depararnos la realidad, ‘nueva o antigua’, tal vez se imponga responder a los mismos como lo hace la obra que acompaña este artículo: ‘Resiliencia’. Siempre en pie. Una nueva entrega de la serie ‘Objetivo Subjetivo’ de nuestros poemas objeto.

Prometo que éste será el último artículo que utilice como excusa el acontecimiento, esta vez sí, histórico, de la COVID-19, porque, sí, hay vida más allá del coronavirus.

Lo primero que quiero hacer, intentando añadir una reflexión alejada de la polémica semántica del dichoso oxímoron, es definir el escenario en el que a partir de ahora se desarrollará nuestra vida.

Así, el controvertido concepto de “nueva normalidad”, puesto en circulación a raíz del 11-S y cuyo verdadero valor de permanencia se constata al comprobar cómo a día de hoy seguimos viviendo inmersos en una de sus consecuencias, el dilema libertad versus seguridad, se nos presenta, ahora, inapropiado, por limitado en el tiempo y en sus efectos cotidianos. Una vez que se haya obtenido una vacuna, olvidadas las mascarillas y el distanciamiento social, nos encontraremos de nuevo sumidos en los efectos de otras dos pandemias, el cambio climático y el neoliberalismo, que venimos padeciendo hace tiempo, y que, éstas sí, definen gran parte de nuestra normalidad.

Por ello deberíamos hablar, tal vez, de nueva realidad, una realidad donde asumamos que existen amenazas globales y que sólo desde una visión global podremos afrontarlas y resolverlas.

Definido el escenario, queda hablar de los protagonistas de esta performance improvisada que es la vida, de nosotros mismos, y sobre todo de nuestra manera de actuar en ella.

Frente a los golpes, amenazas y demás circunstancias adversas que pueda depararnos la realidad, sin ningún adjetivo añadido, tal vez se imponga responder a los mismos como lo hace la obra que acompaña este artículo y que se titula Resiliencia. Frente a la opción de intentar esquivar todos y cada uno de esos embates que intentan derribarnos, tarea que se intuye extenuante, la respuesta podría ser la de replicar con un ímpetu, una energía y una motivación de la misma intensidad, pero de sentido contrario, que nos lleve poco a poco a permanecer en pie.

Creo que es cuestión de probar, ya que seguro que tendremos ocasiones para hacerlo.

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