Los retos frente al cambio climático protagonizan los premios Ecovidrio 2018
Un año más, Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión del reciclado de los residuos de envases de vidrio en España, ha celebrado en Madrid sus premios anuales. En esta XIX edición, un tema destacó entre todos: la concienciación en torno a los efectos y retos que supone el cambio climático. Así, Manola Brunet, primera mujer y española nombrada presidenta de la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), ha sido galardonada con el premio a la ‘Personalidad Ambiental del Año’. También ha sido premiado el cachalote que en septiembre apareció varado en el río Manzanares.
Tras los reconocimientos a la bióloga Jane Goodall y a la sociedad National Geographic en las ediciones de 2016 y 2017, respectivamente, el premio 2018 a Manola Brunet le ha sido concedido “como reconocimiento por su amplia trayectoria y dedicación a la preservación del medioambiente a través del estudio del clima, su labor docente, su alto compromiso social y la inspiración que supone para los jóvenes científicos”.
En su intervención durante la entrega de los premios, el pasado jueves en el Impact Hub en Madrid, Brunet subrayó: “El cambio climático es, sin duda, el reto ambiental más importante al que se enfrenta el ser humano en la actualidad. El quinto informe del IPCC (panel intergubernamental de expertos sobre el cambio climático), de 2013, documentó la subida de temperaturas tanto en el medio terrestre como en los océanos. Las actividades humanas han provocado ya un calentamiento del Globo de 1 grado; y entre 2030 y 2050 es posible que alcancemos una subida de 1,5 grados”. Brunet considera que ésa es la línea roja que no deberíamos cruzar en ningún caso, aunque el Acuerdo de París habla de los 2 grados. “Ya el umbral de 1,5 grados”, siguió, “traerá riesgos serios de inundaciones, de sequías, de olas de calor extremo…; lo que supondrá también altos costes de adaptación y mitigación, como la regeneración de playas, la extinción de incendios forestales y los impactos derivados de la llegada de especies invasoras”. “Se requerirán transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, transformaciones en los sistemas hídricos, urbanos, industriales, agrícolas, energéticos; será precisa la colaboración de todos los agentes políticos, económicos y sociales para desarrollar cambios, que también tendrán que darse en los patrones de comportamientos individuales para reducir esas emisiones de gases”.
Y Manola Brunet apuntó varios de esos cambios necesarios: “Cambios hacia un consumo responsable, de productos de cercanía y estacionales; en la generación de menos residuos; cambios en los desplazamientos en distancias cortas y largas, eligiendo por ejemplo el tren en vez del avión, siempre que sea posible; en la elección de productos con baja huella de carbono; en la plantación de más árboles. ¿Para qué inventar nueva maquinaria que elimine CO2, si ya tenemos bosques y árboles?”.
“Es el momento de adoptar medidas valientes y tenemos los medios para construir un futuro más próspero y más sostenible. Pero se requiere una acción conjunta y a la vez; porque en las decisiones de lo que compramos y comemos estamos determinando el uso que se haga del suelo”. La premiada insistió en que, como ciudadanos, sí podemos decidir, y mucho, a través de cada gesto cotidiano, “también a la hora de votar, optando por aquellos representantes políticos que de verdad se comprometan con programas que atiendan el medioambiente”. Y terminó: “El cambio climático es un reto, es un hecho probado científicamente que ya está aquí, que requiere cambios rápidos que nos conduzcan a una sociedad y una economía más sostenibles y equitativas. Y uno de esos caminos lo configura, por ejemplo, Ecovidrio, con el reciclaje de los envases de vidrio, que ahorra energía y enormes cantidades de materias primas, y el fomento de la economía circular, contribuyendo a la seguridad climática y a minimizar el cambio climático”.
También ha sido premiado el desafortunado cachalote que varó en el río Manzanares a su paso por Madrid. Nos explicamos: el colectivo belga Captain Boomer y el Ayuntamiento de Madrid han sido galardonados con el premio al Mayor Impacto Ciudadano por la intervención artística Whale, que simuló durante unos días del pasado septiembre en el río Manzanares un caso real de emergencias ante un enorme cetáceo varado. “Esta acción ha sido reconocida por promover la reflexión entre los ciudadanos, a través del arte, sobre el modelo de ciudad en el que quieren vivir y el papel que juegan en el cuidado del medioambiente”.
En cuanto a los premios periodísticos, se recibieron 80 candidaturas. Finalmente, los medios de comunicación distinguidos en esta XIX edición han sido: En la categoría de Televisión, Nadia Kolotúshkina, por el reportaje Una segunda oportunidad para las especies extintas, emitido por La 2 de TVE. En Radio, Raquel Sánchez, por la entrevista a Jesús Alonso, presidente de la Fundación Vida Sostenible emitida en el programa La Mirilla de Onda Cero. En la categoría de Prensa escrita, Priscila Guilayn, autora del reportaje Comemos kilos de plástico invisible, publicado en la revista dominical XL Semanal.
En la categoría Mejor Iniciativa Digital, fue premiada la app Too Good To Go, que promueve la reducción del desperdicio alimentario en establecimientos hosteleros.
El jurado estuvo compuesto en esta ocasión por Caty Arévalo, directora de Comunicación del Ministerio para la Transición Ecológica; Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España; Clara Navío, presidenta de la asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA); Santiago Molina, director del Instituto Superior de Medio Ambiente; Ileana Izverniceanu, directora de comunicación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y Beatriz Egido, responsable de comunicación corporativa de Ecovidrio.
Como ya ocurrió en los Premios Ecovidrio 2017, las mujeres coparon los premios. Y por si quedaba alguna duda sobre el protagonismo del cambio climático que ya se ha instalado entre nosotros con constante alertas de fenómenos meteorológicos adversos, el maestro de ceremonias elegido para el evento fue Martín Barreiro, uno de los hombres del tiempo de la tele, de La 1.
Para resaltar el valor de estos premios, José Manuel Núñez-Lagos, director general de Ecovidrio, señaló: “En estos tiempos de cambios continuos, la comunicación es más importante que nunca; así que también es nuestra responsabilidad dar visibilidad a quienes se preocupan y ocupan por el planeta que le vamos a dejar a las nuevas generaciones”. Junto al enorme problema del cambio climático, quiso poner también en relieve la grave y galopante pérdida de biodiversidad, “como refleja el informe Planeta Vivo, elaborado por WWF, y que precisamente presentan hoy, martes, esta ONG y Ecovidrio en el Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA).
En cualquier caso, el espíritu desprendido de la entrega de los Premios Ecovidrio 2018 fue positivo. Se mostró decidida y esperanzada Manola Brunet. Y si Núñez-Lagos dijo que “el futuro es de los optimistas”, el presidente de Ecovidrio, Pere Escolar, subrayó: “Debemos ser optimistas, porque hay muchas personas con mucha energía decididas a cambiar el mundo”. Y a pequeña escala, estos premios así lo quieren reflejar.
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