Enseñanzas universales del cine: el amor duele

Un fotograma de la película ‘The Disappearance of Eleanor Rigby’

Un fotograma de la película 'The Disappearance of Eleanor Rigby'

Un fotograma de la película ‘The Disappearance of Eleanor Rigby’.

Quinta jornada del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y tiempo para descubrir que el cine sigue lanzando mensajes universales. Uno de ellos es que el amor duele, como en las grandes cintas ‘La desaparición de Eleanor Rigby’ y ‘El amor es extraño’. Amor hetero, amor gay, amor paterno, fraterno, materno… Siempre, siempre hay un momento en el que duele.

San Sebastián día 5. Esto es lo que vimos:

La desaparición de Eleanor Rigby. Ned Benson. EE UU. Sección Perlas.

Eleanor Rigby intenta en vano desaparecer tras un suceso de esos que te cambian la vida. Se le rompió su corazón y al querer quitarse de en medio le rompió también el de su marido, que le había pedido mientras eran novios que nunca lo hiciera. Aprender a seguir viviendo es de lo que trata este bonito drama producido entre otros por la protagonista del filme, Jessica Chastain, que asistió a la proyección en el festival de cine. Mejor papel e interpretación los de ella que el de su marido, interpretado por James McAvoy. Se agradece y valora la presencia de William Hurt en el papel de padre, un catedrático de universidad que todo el metraje realiza esfuerzos por hacerse entender por su hija. La película es la crónica de su vuelta a la vida. El filme, de casi dos horas, deambula sin grandes picos emocionales, todo confiado en hacer entender al espectador el desarrollo del perfil psicológico de los personajes.

Mención aparte merece la cuidada banda sonora de esta película. Desde luego, no pasa desapercibida a gran parte del público. La culpa la tiene una buena selección de bandas indies mezclada con grandes éxitos de la música clásica. El sello francés Kitsuné es conocido por tener algo más que buen gusto no sólo en la ropa sino también en la elección de los grupos a los que produce y los que incluye en sus recopilatorios. No podía faltar su representación en esta película con el trío neoyorquino Guards y su precioso tema Don’t wake me dead. Destacan también The Process de The Flying Points, la muy energética Sailing de Leisure Cruise o el ronroneo a lo Bon Iver de James Webber en su How to talk to girls. Aparecen también Cat Power con Wild is the Wind y Pink Skull con Move on, entre otros. La música original de la película la firma Son Lux, pseudónimo del músico afincado en Nueva York Ryan Lott, que formó una banda llamada Sisyphus con Serengeti y nada menos que Sufjan Stevens. (L.R.A-M.C.)

Name Me. Nigina Sayfullaeva. Rusia. Sección Nuevos Directores.

La primera propuesta rusa seleccionada a concurso en diez años de festival (eso al menos es lo que desveló su directora, Nigina Sayfullaeva, antes de comenzar el filme) es un muy meritorio filme que narra el viaje de una hija, Olya, en busca de su padre, en compañía de su alocada amiga Sasha, personaje que finalmente protagonizará el relato. Ambas llegan a una destartalada casa de la costa de Crimea donde vive el progenitor y, en un primer gran giro de la historia, intercambian sus roles poco antes del encuentro. El filme de la joven directora rusa está escrito con intensidad y Sayfullaeva lo resuelve, además, con muy buen pulso en la puesta en escena y la cámara en permanente movimiento. Por si fuera poco, está bien interpretado, se sitúa en un entorno poco conocido en el cine y hay sexo del bueno. (L.R.A)

La voz en off

Irregular y un tanto pretencioso filme chileno, francés y canadiense que se desarrolla en Valdivia, ciudad natal del director, sobre dos hermanas que se ven en la necesidad de saber cómo es su padre. Este retrato de familia en tono de comedia agridulce con ex yerno maharishi, niños veganos y bisabuela empieza con el peor plano posible para arrancar una película y en el transcurso del relato mezcla una puesta en escena desafortunadamente innovadora a ratos con interpretaciones desiguales. El filme de Cristián Jiménez participó también en la Sección Oficial del festival de Toronto y ha formado parte de la iniciativa Cine en Construcción, que apoya la producción de cine latinoamericano mediante ayudas para finalizar películas. (L.R.A)


El amor es extraño (Love is Strange) – Tráiler… por keane43

Love is strange. Ira Sachs. EE UU. Sección Perlas.

En 2012 Ira Sachs ya acudió al Festival de San Sebastián con la tremenda historia de amor Keep the lighst on. Aquella también era una película basada en una relación homosexual masculina que navegaba entre la locura, la obsesión, el abandono y el reencuentro continuados y, sobre todo, la cocaína. Una historia que enseñaba que, en ocasiones, el amor es absolutamente inevitable aunque pueda llegar a ser insano o nocivo.

En Love is Strange, Sachs incide de nuevo en una relación entre dos hombres, pero esta vez se trata de una pareja longeva, bien avenida y hasta cierto punto tradicional. Ben y George, a los que separa una diferencia de edad notable, llevan casi 40 años juntos cuando deciden casarse. A George lo despiden del colegio religioso en el que imparte clases de música por formalizar y hacer público su amor. Este es el punto de partida dramático para que se genere una onda expansiva que afectará a todos aquellos que rodean a la pareja. La película es amable, está bien rodada y su guión, sobre todo, va mucho más allá de la homofobia de la Iglesia. Araña y cómo en sentimientos universales como la distancia, la convivencia, el paso del tiempo y la añoranza. Una película agridulce, pero de la que se sale pensado: «Ojalá alguna vez quiera y me quieran así». (M. C.)

Fotograma de la película 'Negociador'.

Fotograma de la película ‘Negociador’.

Negociador. Borja Cobeaga. España. Sección Zabaltegi.

El punto de partida de esta divertida comedia es Manu Aranguren, un político vasco que en 2005 viaja a Francia para participar en las negociaciones entre el Gobierno Español y ETA. Borja Cobeaga, donostiarra y coautor del guión de Ocho apellidos vascos, le tiene absolutamente cogida la medida a la parodia de todo lo que tenga que ver con el hecho diferencial vasco. En esta película Ramón Barea borda un personaje entre patético y bonachón, y recurre a los malentendidos y las casualidades para mostrar lo inamovibles que pueden ser las posturas de dos partes que deciden sentarse a mantener un diálogo. Es una película pequeña y probablemente tenga mucho más tirón entre el público de Euskadi que en el resto de España; hay que tener en cuenta que aquí no está el tirón de Dani Rovira ni del andaluz gracioso al que llevar a un lugar llamado Marte (perdón Euskadi). Pero cuenta con estupendos colaboradores capaces de realizar gags casi infalibles, como Raúl Arévalo, Josean Bengoetxea, Carlos Areces, Óscar Ladoire y Secun de la Rosa. (M.C)

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