Sánchez Arévalo: «Temí que con los JJOO crearan otra burbuja de España va bien»

El director Daniel Sánchez Arévalo por Roberto Villalón

ENTREVISTA CON DIBUJO / Daniel Sánchez Arévalo, director de cine

AzulOscuroCasiNegro, Gordos, Primos y ahora La gran familia española, que se estrena mañana, viernes 13, y que ya ha sido preseleccionada esta semana en la carrera hacia los Oscar. Cuatro películas que dan solidez al director y guionista Daniel Sánchez Arévalo (Madrid, 1970).

RAFA RUIZ / Fotografía de ROBERTO VILLALÓN

Respecto a tus anteriores películas, ¿qué paso sientes que das con ‘La gran familia española’?

En mi fuero interno, siento que no estoy arriesgando con esta película, sino que mi máxima ambición es convertirme cada vez en mejor artesano. Me veo todavía en el comienzo de mi carrera, de una trayectoria larga, y lo que quiero es perfeccionar las herramientas en torno a las que yo me siento cómodo, que tienen que ver con los temas, temas en torno a la familia, las relaciones ente padres e hijos, entre hermanos, el amor, el sexo; y que tienen que ver con la fórmula, con mezclar la comedia con el drama. En La gran familia española, mi máxima obsesión era lograr ser mejor en el arte de mezclar drama y comedia… Y tengo que decir que me siento más maduro. Siempre he creído en los pasos pequeños, pero en todo momento hacia delante.

¿Y por qué tan recurrente el tema de la familia? ¿Sale ahí algo de ti que llevas guardado o es un ejercicio de estilo, de dar un tono y una coherencia a tu carrera?

Para mí la familia es el microcosmos en el que todas nuestras emociones se viven de manera más intensa; las buenas y las malas; donde las tragedias nos afectan siempre de una manera muy especial. Porque creo que ha llegado un punto en que vivimos un poco anestesiados por las grandes tragedias que asuelan al mundo, y, sin embargo, son las tragedias cercanas las que te dejan realmente baldado. Yo solo me veo legitimado para hablar de las cosas que siento cercanas, que veo, que me tocan, que me afectan.

En algún sitio he leído que haces cine como terapia, y que desde que ruedas has dejado de ir al psicoterapeuta.

Sí, es cierto, yo llevaba 16 años en psicoanálisis, pero cuando rodé AzulOscuroCasiNegro, como eran 11 horas al día, dejé durante dos meses de acudir al psicólogo; al terminar, me vi con cierta confianza y dije: voy a probar a no volver. Y hasta hoy.

¿Cuáles eran tus miedos?

Uf, dios mío, ¿por dónde empiezo?

Has dicho que te ves más maduro…

Me veo más… Yo creo que con el psicoanálisis he acabado teniendo un conocimiento muy profundo de mí mismo… Yo todo el rato andaba buscando soluciones; y llegó un momento en que me di cuenta de que no iba a encontrarlas, sino que la solución es aprender a aceptarte tal como eres, con tus miserias, y con tus cosas buenas también, claro. Si te fijas, es el gran tema en todas mis películas. Los personajes tienen que aprender a conocerse y aceptarse, a aceptar sus limitaciones, pero de manera positiva para seguir avanzando. Obligo a mis personajes a enfrentarse a sí mismos.

De los hermanos de ‘La gran familia española’, ¿hay alguno con el que te ves más identificado?

Claramente con Daniel, el hermano responsable, el que se ha quedado comiéndose el marrón del padre, de la familia. El que quiere ser el hermano bueno, que vive con esa obsesión de ser el bueno de la familia, hasta el punto de renunciar al amor de su vida por no defraudar a su hermano. Yo siempre he tenido mucha obsesión con ser el bueno de la familia -somos tres hermanos-, pero incluso más allá de la familia. En general, con la necesidad constante de caer bien y de ser el niño bueno.

¿Y ya pasas de eso?

No, qué va, qué va…

Pues dicen, bueno, lo dijo Schopenhauer, que el camino más seguro hacia el fracaso es intentar complacer a todo el mundo.

Sí, sí, lo sé, ya lo aprendí, pero no puedo evitar intentarlo, y en eso gastas mucha energía y es muy frustrante, porque no puedes complacer a todo el mundo.

Y menos con este trabajo que tienes, tan expuesto al público, con los periodistas, los críticos, la recaudación en taquilla ahí acechando… ¿Cómo lo llevas?

Se sufre mucho. Soy muy permeable a la crítica, me afecta, pero siempre que sea crítica constructiva, que no se ensañe, que yo pueda sacar de las críticas algo positivo..

¿Algo que te haya hecho especialmente daño profesionalmente?

Sí, pero decirlo aquí… Mira, hay una cosa que no soporto: la condescendencia. Es algo que no soporto. Prefiero que me escupas y que te mees en la peli a que me trates desde un sitio de no hacerte cargo del esfuerzo que conlleva todo esto, desde un sitio un peldaño por encima desde el que te miran con cierto desdén; eso no me entra en la cabeza.

Algunos han dicho que retomas la gran tradición de la comedia española, pero yo la veo muy americana.

Es que yo no creo en la nacionalidad de las películas. Me produce mucho rechazo la etiqueta de cine español. Son historias que nada tienen que ver unas con otras. Creo en los cineastas y en las películas; no en esas etiquetas por nacionalidades.

Creo que la factura de la película es realmente valiosa. Aparte de guion y dirección, me gustaría destacar esos aspectos profesionales que empaquetan una buena obra, que le dan lucidez; en este caso, especialmente la música, el vestuario, la fotografía, con esa luz… Es una película muy luminosa. Conceden a tu trabajo una presentación ya de gran madurez.

Me alegra que lo percibas así. Tiene que ver con la gente con que trabajo; porque doy mucho espacio, mucha libertad a mis jefes de equipo. Para mí es fundamental que ellos colaboren no solo en hacer lo que tengo en mente, sino en hacerlo crecer, en mejorarlo. Y en todos esos departamentos que has mencionado, ha ocurrido eso, todos han aportado cosas que no estaban… en el guion.

La banda sonora de Josh Rouse sirve de perfecta argamasa para ese concepto de comedia emocional…

El tema principal de Primos es de él; a partir de ahí, le propuse componer la banda sonora para La gran familia española. Es un músico de Arkansas que vive en Valencia y su sensibilidad ha conectado plenamente con la que yo quería aplicar a la película: un tono íntimo, con un punto agridulce, pero muy vitalista. Tiene algo de buen rollo y a la vez de folk, de western… En el arte, en el vestuario, hay mucho de los western que yo tanto admiro.

‘Primos’ ha sido tu película con más éxito de público. ¿Por qué crees que conectó tan bien?

Vino en un momento en el que la gente tenía una necesidad brutal de encontrar un poco de luz en el camino, y en que además yo quería reivindicar la comedia y el cine como arte de entretenimiento, reivindicar su parte más lúdica, que tiene que ver con ayudar a la gente a olvidarse un rato de sus movidas, de sus problemas, y salir del cine un poco más ligeros. Y creo que la película consiguió transmitir esas emociones, esas sensaciones tan positivas.

Pues ‘La gran familia española’ llega en un ambiente social aún de mayor desánimo…

Y la gente sigue teniendo la misma necesidad. Yo he añadido ahora el factor emocional, que creo que a la gente también le gusta mucho. Es un elemento muy potente, que espero que aprecie el público.

Un ambiente de gran desánimo y también de cada vez mayores dificultades económicas.

Yo me siento un absoluto privilegiado por poder contar mis historias y tener un respaldo tan grande de Antena 3, Atípica, Mod, Warner distribuyendo. Sentía que debía disfrutar cada día del rodaje, y así lo hice durante las siete semanas que duró. He disfrutado el rodaje más que nunca. Pero la situación es muy complicada. Además, la gente del cine tenemos una asignatura pendiente, aparte de la crisis general del país, la de conectar con la gente, que está dejando de ir a las salas. Por otro lado, la subida del IVA ha sido criminal, y me sorprende mucho que no hayan sido capaces de reaccionar y volverlo a bajar en vista del desastre. Lo intentas, vale, pero si ves que no funciona, ¡coño, quítalo!, como han hecho Holanda, Portugal; pero no, ahí, con un par…

Me da que están apurando el tiempo para bajarlo dentro de un año o año y medio, como medida electoral.

Entonces igual tengo que retrasar un año el estreno (Risas). Es que han echado a la gente del cine, de los teatros, de los conciertos…

¿Por qué has usado la Final del Mundial de Fútbol en que La Roja se proclamó campeona para ambientar la trama de tu película? 

Soy muy futbolero, y me quedé muy enganchado a la sensación que provocó aquel Mundial en todos nosotros, de unión, de un objetivo común; yo nunca en mi vida he sentido a este país tan unido. Se notaba en la calle. Me quedé enganchado a ese sentimiento y me decía: ojalá alguna vez yo pudiera provocar algo similar. Pero sobre todo me servía para contextualizar en el aquí y el ahora, y como parte de una regla fundamental del guion: ponerle obstáculos al protagonista. Te casas con 18 años, mal; con tu novia embarazada, chungo; y, encima, la boda coincide con la final del Mundial que juega España… Ya tienes todos los elementos para que salga mal… Y para el arranque de una película.

¿Cómo te sientes después de haber perdido Madrid la candidatura olímpica?

Espero también que estas cosas sirvan de lección. Yo he sentido que estaban tirando balones fuera después de este triple fracaso; y tienen que hacer un ejercicio de reflexión, preguntarse: ¿qué hemos hecho mal durante estos 12 años? Han inflado otro globo y nos lo han vendido. Yo tenía ilusión con que nos dieran los Juegos Olímpicos, la verdad, pero lo que más miedo me daba es que se creara una burbuja alrededor de eso, que lo usaran para decir que España iba bien porque nos habían dado los Juegos, y eso lo justificara todo. Hagamos un ejercicio ahora de por qué, que en España tenemos mucha tendencia a esperar a que venga alguien de fuera a solucionarnos los problemas. Y no, no es eso…

Daniel, terminamos la entrevista con un pequeño homenaje a tu padre, el gran dibujante José Ramón Sánchez… Toma una hoja en blanco y hazme un dibujo.

Pero ¿así, tal cual?, ¿de lo que sea?

Lo que te salga de dentro

… ¿Te puedo hacer un retrato?

Sí, claro.

Pues échate un poco para atrás.

(Pasa medio minuto…).

Uy, te estoy haciendo mucho más joven…. Te podré ahora alguna arruguilla. Porque como aquí no puedo poner la barba blanca.

Tienes una gran responsabilidad: Me puedes deprimir para el resto del día o alegrármelo.

Yo tengo muchas ganas de que me empiecen a salir canas. Te lo digo completamente en serio. Me flipan.

la fotoEs toda una experiencia ver cómo se van convirtiendo todos tus pelos en blanco. Un proceso que en mi caso comenzó por las sienes y a los 30 años… ¿Pero te gusta retratar a la gente, Daniel; digo dibujando, no filmando, claro?

No. Pero es lo primero que se me ha venido a la mente… Te voy a poner ahora unas arruguillas….

(Pasa otro medio minuto…).

Ahora igual me has salido demasiado viejo.

Oye…

(Me lo muestra)

No, no. Está muy bien.

Tienes un aire, ¿eh?

Sí… Nariz, cejas, ojos… Bueno, no me has deprimido… ¿Nunca te dio por el dibujo y la pintura?

Me intimida mucho. Porque yo veía a mi padre trabajar 12 horas al día. Yo me subía a hacer los deberes con él, a su estudio, mientras él pintaba, y siempre me decía: cómo curra mi padre, me parecía mucho curro…. Y me decía: no, no, yo esto no… Es mucho trabajo. Además, cuando respetas mucho un oficio, te impone más. Con una cámara me pasa lo mismo, has de tener una historia que contar. Quizá retome el dibujo en algún momento, cuando me haga más mayor y nadie me quiera producir películas…

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Comentarios

  • Rafa

    Por Rafa, el 12 septiembre 2013

    Buena entrevista! (el nombre del autor de la banda sonora está mal escrito), es Josh Rouse, para los que lo busquen en Spotify y no lo encuentren 😉
    Salu2

  • Luis

    Por Luis, el 13 septiembre 2013

    Este hombre sabe crear películas especiales. Otros puede hacer algo que sea típico y bobalicón, pero Sánchez-Arévalo siempre consigue hacer algo parecido, pero darle una atmósfera única, común, que lidia continuamente con lo típico, y con la sorpresa emocional, mostrando los fracasos y los pequeños éxitos.
    Un abrazo.

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