Siete libros para sacar del confinamiento nuestras siete ‘emociones capitales’

Foto: Pixabay.

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Muchos hemos estado estos dos meses viviendo en una burbuja paralizante, en un entorno tan dramático que nos ha absorbido completamente. No nos ha dejado ni concentrarnos en la lectura. Por eso ahora, en plena desescalada, os recomendamos de la mano de Alejandro Palomas siete libros para recuperar siete emociones capitales, desde la amistad y la alegría al humor y el sosiego. Desde ‘Kramp’, de María José Ferrada, a ‘La hija del comunista’, de Aroa Moreno.

Volver a leer. Suena casi como el título de una canción, pero no lo es. Es real. Es lo que creíamos que no sucedería. Hay quienes este paréntesis han disfrutado de un tiempo adicional que han sabido aprovechar bien: han podido parar, poner un freno necesario y ponerse al día de lecturas largo tiempo aplazadas. Otros/as dejamos de leer cuando nos confinamos. Al principio, la novedad de la situación primó sobre lo demás y la actualidad, lo inmediato, se lo tragó todo. Después llegaron otras cosas: la falta de concentración, la ansiedad… han sido tantas preocupaciones que han tenido que ir encontrando fondo y forma en estos meses que la lectura se ha vuelto difícil cuando no imposible. Y a eso hay que sumarle el trasiego de lo virtual: directos de Instagram, series, películas…, la pantalla. Aun así, parece que por fin se impone el regreso progresivo a parte de lo que éramos, y con ello la recuperación de placeres que para muchos/as quedaron envasados al vacío.

Volver a leer. De eso quería hablar.

Cuando hace un par de días una librera me preguntó qué libros aconsejaría para retomar la lectura después de todo este tiempo, no supe darle una respuesta. ¿Por dónde empezar? ¿Cuál es el mejor camino de vuelta? No ha sido fácil, es cierto, pero al final he entendido que la lectura es muchas veces esa casa que nos da el refugio que nada más ofrece y que el primer puente de regreso es el de la emoción: es estar cerca y es estar vivo. He encontrado siete caminos de vuelta a casa, siete emociones distintas cuya chispa quizá ayuden a prender las obras que ofrezco a continuación. Son estas:

La amistad. Para desengrasar las emociones, así, en general y a chorro, en la categoría de novela europea no encuentro mejor propuesta que La puerta, de Magda Szabo (Literatura Random House). La historia de esta maravillosa amistad entre la autora y Emerenc, su ama de llaves/doméstica/amiga, es una de las relaciones más intensas, hermosas y emotivas que he leído nunca. Tiene tanta verdad que en ocasiones araña la vista. Os aseguro que, cuando terminéis de leer esta novela, pasarán días hasta que dejéis de echar de menos a Emerenc. Yo todavía no lo he conseguido.

La alegría. Cambiemos de registro y pasemos al álbum ilustrado. Magali Le Huche es un mundo aparte y más aún con Las sirenas de Belpeixão, publicada por Flamboyant. Todo en esta historia es alegría: alegría el estallido de color, las voces de las vendedoras de pescado del pequeño pueblo costero, los vecinos reunidos en el bar al caer la tarde, la camaradería de este grupo de mujeres fuertes y enteras y su desafío al mar, que les ha robado sin aviso a sus hombres. Y la belleza no es solo cómo cuenta Le Huche, sino cómo ilustra su verdad. Alegría es lo que encontraréis en estas mujeres unidas en una búsqueda tan humana y tan original que querréis más. Y la buena noticia es que hay más. Hay más Magali Le Huche y también más alegría.

La reconciliación. Nos vamos a la novela latinoamericana y caemos de pleno en Kramp (Alianza Ed), la bomba de relojería magistralmente diseñada para recolocarnos las fibras de la mano de la chilena María José Ferrada. Un padre comercial y su hija en el Chile de la dictadura recorren pueblos y ciudades vendiendo productos de ferretería. El mundo paterno desde los ojos de esa criatura de pupilas inmensas cuya luz lleva tatuado el perdón de la narradora. Kramp son 116 páginas de una pureza y de una generosidad de tal calibre que de ellas se sale más sano, mejor lector/a y profundamente reconectado con lo vulnerable de cada uno/a. Páginas que reconcilian con lo que fuimos.

El reencuentro. Ha sido mi descubrimiento más reciente. Cómo ser una buena criatura, de Sy Montgomery, es, como apostilla la propia cubierta, “las memorias de una naturalista a través de trece animales”. Publica errata naturae en una edición con ilustraciones de Rebbeca Green. Conocer la obra de esta naturalista es la mejor puerta para el reencuentro de primera mano con la naturaleza después de tanto tiempo apartados de ella. La convivencia de la autora con sus gallinas, los canguros arborícolas, la maravillosa relación con la pulpo Octavia, el silencioso lenguaje con los emús del desierto australiano… Todo aquí es una peculiar música de Hammelin que hay que seguir para volver a la esencia de lo que perdimos.

La fe en la condición humana. Me sobrecoge todavía hoy que la gran historia de amor que he leído hasta la fecha haya sido precisamente en un formato que prácticamente desconozco: la novela gráfica. Sé que por mucho que escriba sobre ella siempre me faltarán páginas para poder contar. Enorme es poco. En Un océano de amor, de Lupano y Panaccione, publicada por Reservoir Books, no hay una sola palabra escrita. Más allá de sus 232 páginas de novela gráfica muda, no he leído jamás un amor como este, tan tierno, tan colosal y tan humano. Las ilustraciones se bastan para contarnos esta historia de búsqueda y reencuentro de un matrimonio tan común y tan precioso a lo largo y ancho del mundo entero. Un océano de amor es también una oda al mar, a las vidas que nos da y nos quita, y a la fe en la generosidad de lo humano. Siempre he dicho que si tuviera que quedarme con un solo libro de todos los que han pasado por mis manos sería sin duda este. No tiene igual.

El humor y la inteligencia en uno. El formato es el de la poesía visual y el título, Te amordido un perro, de Manuel Moranta, publicado por Trampa Ediciones. Redescubrir la risa desde los dibujos escritos de este mago de la palabra es la propuesta más refrescante y perfecta para volver a rediseñar el juego con el lenguaje. Este libro consigue lo más difícil todavía: descoloca tanto como rediseña nuestra relación con la escritura y su capacidad de provocar. Los dibujos apalabrados y palabras dibujadas no son jeroglíficos, sino cápsulas de humor que captan a los/as lectores/as de todas las edades (de los 10 a los 100). Un cofre lleno de sorpresas ideales para una fiesta en solitario o en familia, eso es Te amordido un perro. Debería haber un ejemplar de este libro en todas las mesitas de noche.

Y el sosiego. Dejo La hija del comunista, de Aroa Moreno (Caballo de Troya), para el cierre de esta primera serie de caminos de regreso a la lectura, porque el sosiego es la puerta que más va a costar abrir en esta vuelta a lo que éramos. La historia de Katia en el Berlín Oriental, el silencio que flota entre las líneas de esta historia tan potente y tan calma, la lectura encapsulada, la emoción tranquila, el paso firme, esa voz que narra con una seguridad que sólo tiene quien cuenta en la ficción como si la ficción no doliera… Aroa Moreno es, con esta novela, la voz que arrulla, que nos dice que aunque la vida duele no siempre mata. Reconcilia. Con casi todo. Creedme.

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