Siete píldoras de ciencia y conciencia para vivir ‘NaturalMente’
El periodista ambiental y bloguero César-Javier Palacios lleva publicadas cientos de columnas verdes bajo el epígrafe ‘La crónica verde’. Nada menos que desde 2007. Ahora ha recopilado 66 de esas “píldoras de ciencia y conciencia”, de asombro por el mundo natural y urbano que nos rodea, para disfrutar de la naturaleza sin dañarla, en el libro ‘NaturalMente’ (Plaza y Valdés editores). Le hemos pedido que nos elija siete de las que más han dado que hablar.
La columna que más ‘feedback’, más comentarios, te ha traído: ‘Hombres: los reyes del escaqueo’.
Siempre nos dijeron que el león era el rey de la selva y el hombre el rey de la casa. La naturaleza, y especialmente la sociedad moderna, nos demuestran que tales mitos son falsos, más allá de la discutible virtud masculina de escurrir el bulto cada vez que hay un problema doméstico. “Para sorpresa y vergüenza de los de mi sexo, la mujer también es la más implicada en el reciclaje. Ellas lo hacen en el 78% de los casos frente al 18% en que se ocupan sus parejas. Pero eso sí, las latas de cerveza y las cajas de pizza futbolera las ponemos nosotros. La corresponsabilidad en los hogares españoles está muy lejos de ser una realidad. Así lo ratifica el estudio Somos equipo del Club de Malasmadres, donde el 48% de las mujeres declara ser la principal responsable de las tareas domésticas, frente a solo un 10% de ocasiones en que lo son sus parejas”.
La más leída: ‘¿Está la vida rural abocada al fracaso?’.
La reseña del pregón de fiestas que el periodista Rafa Ruiz pronunció en Villarcayo (Burgos) provocó un auténtico tsunami de orgullo rural en las redes sociales. Un sí se puede, claro que sí, vivir en el campo. Y con mejor calidad de vida que en la ciudad. “Internet nos ha conectado con el mundo. Si cuentas con buena conexión ADSL, electricidad y agua corriente sin cortes, coche propio y buena salud, no hay demasiada diferencia entre vivir en la casa de piedra de tus abuelos o en un adosado de Guadalajara. Bueno, sí que la hay. En el pueblo siempre hay y habrá mucha mayor calidad de vida”.
La más criticada: ‘España es un país de cerdos’.
El titular fue más allá de un engañoso clickbait. Nuestro censo de gorrinos es el más alto de toda Europa. Y sigue en aumento a costa de zonas rurales degradadas, acuíferos contaminados, sueldos miserables, cambio climático. Todo por comer jamón «del bueno» a precio de mortadela. “Ente 1999 y 2013, desaparecieron en España 128.000 pequeñas granjas, con la consecuente pérdida de empleo para el sector, mientras unas pocas granjas industriales acapararon la mayor parte de este negocio. En ese tiempo la media de animales por explotación aumentó de 122 a 467. El 87,3% de los cerdos están encerrados en interior de naves sobre suelos total o parcialmente enrejados y nunca verán la luz del día. Sus cacas son también un gigantesco problema ambiental. Los cerdos censados en España en 2015 produjeron casi 61 millones de metros cúbico de purín. Cantidad que llenaría 23 veces el estadio del F. C. Barcelona. La gestión de estos purines genera innumerables problemas ambientales y sociales por todo el territorio.142 de los 947 municipios catalanes tienen problemas de acceso al agua potable por contaminación por nitratos”.
César-Javier Palacios, nacido en Burgos, pero residente en Fuerteventura desde hace dos décadas, no es un periodista al uso. Atesora la sabiduría de los abuelos de campo, de pueblo. Se fija en los detalles. Defiende la charleta, el paseo, las tertulias largas después de comer. Las no prisas. La sostenibilidad no solo de la economía y la sociedad, sino de la vida de uno mismo. De la amistad. Y todo eso lo traslada a sus piezas periodísticas siempre con un punto de optimismo y buen humor.
Tu preferida: ‘Benditos veraneantes’.
La historia de la abuela Emilia siempre me hace llorar. Fue la última en abandonar su pueblo burgalés, Huidobro. Y toda la vida siguió soñando con él. Pueblos muertos que en verano vuelven a resucitar, a recuperar las risas perdidas. “El milagro es obra y gracia de estos veraneantes, de estas entusiastas familias que han decidido restaurar preciosas casas en pueblos moribundos y darles una segunda oportunidad. A ellos se unen otros que definitivamente se han instalado aprovechando las ventajas del teletrabajo, la tranquilidad de los pueblos y sus bajos alquileres. Las viejas casonas familiares vuelven a estar habitadas en verano. Eso es lo más importante. Cuidadas y restauradas con mimo como nunca antes lo estuvieron. Son días de pueblo y de veraneantes, benditos veraneantes. Sed bienvenidos”.
La que podría ser la preferida de tus padres: ‘Síndrome del nido vacío’.
Ahora que soy padre, y que mis hijos han abandonado el nido familiar y empezado sus primeros vuelos libres, siento lo mismo que sintieron mis padres conmigo: una hermosa nostalgia. “Es el síndrome del nido vacío. El pollito empezó a volar solo. A vivir solo. A decidir solo. Y los padres nos quedamos vacíos, echando de menos caricias y hasta broncas. Cómete la verdura, deja el móvil, no te sientes así, ¿qué horas de llegar son estas? Fin de etapa. Los hijos, como las crías de las águilas, llevaban ya mucho tiempo aleteando fuera del nido, ejercitando las alas, mirando con envidia ese horizonte infinito más allá del bosque, preparándose para dar el gran salto”.
La que podría ser la preferida de las nuevas generaciones, tus hijos: ‘El pájaro es la libertad’.
El mito de Dédalo e Ícaro es injusto. Siempre es preferible volar, arriesgarse, luchar, que quedarse atrapado en el laberinto de la vida. Nos lo enseñaron los griegos, que lo aprendieron de los pájaros. “¿Cómo verán nuestro mundo desde el aire cuando pasan estos días por ciudades tan inmensas como Madrid? En su instinto animal no sabrán lo que es la libertad, pero seguramente sospecharán que ahí abajo, en este hormiguero nuestro de edificios, calles y autopistas repletas de automóviles humeantes, la libertad es mas un sueño que una realidad tangible”.
En NaturalMente, editado por Plaza y Valdés y con ilustraciones de Eva BF, César-Javier Palacios habla de la necesidad del eco-feminismo para cambiar la sociedad y apostar por un futuro mejor para todos, y de la necesidad de comer mucha menos carne en Occidente; critica el abandono de basura en la naturaleza y el abandono de los pueblos de la España interior; defiende el orgullo gay y la libertad que nos traspasan las aves; arremete contra el turismo y el consumo masivos y sin conciencia. Pide silencio y tranquilidad, y que todos seamos cuidadores del otro y del entorno. Entrañable y didáctico, pieza tras pieza nos va desgranando los grandes retos que, en el plano ambiental, tenemos enfrente. O encima. Desde la emergencia climática a la gravísima pérdida de biodiversidad.
Por último, la columna más urgente; la que aborda el tema para ti más urgente: ‘La vida es un frenesí [consumista]’.
Somos muchos en este planeta, cada día más. Empeñados en un modelo insaciable e insostenible. Tenemos capacidad para evitar el desastre, pero deberíamos levantar el pie del acelerador cuanto antes o el sueño puede transformarse en pesadilla. “Ya lo dice mi padre, el problema es que somos muchos, cada vez más. Actualmente habitamos la Tierra unos 7.600 millones de personas, en 2030 seremos 8.600 millones, 9.800 en 2050 y 11.200 en 2100, según las estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Más de la mitad de la población mundial actual reside en áreas urbanas y se prevé que para 2050 llegue al 70%, donde medio centenar de mega urbes tendrán más de diez millones de habitantes. Y en las ciudades los ciudadanos consumimos muchos más recursos que en los pueblos, pues allí las necesidades de comprar, moverse y relacionarse no son tan intensas como en las grandes poblaciones”.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
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