‘Vergüenza de Volar’: otra oportunidad para viajar por Europa en tren

Un tren en la estación central de Colonia. Foto: Pixabay.

2021 es el Año Europeo del Ferrocarril. Con este motivo, un informe de Europe on Rail, proyecto representado en España por ECODES y eco-unión, nos recuerda la importancia de elegir el tren frente al avión en muchos de nuestros desplazamientos. Además del gusto de recuperar el viaje más lento, compartiendo paisajes, la lucha frente al cambio climático resulta vital. Un ejemplo: Un viaje en avión Madrid – París emite 163,10 kg de CO2e por pasajero frente a 24,75 kg CO2e del mismo trayecto en tren de alta velocidad; o sea, menos de una sexta parte.

Hubo un tiempo en que era posible viajar soñando por Europa. Te acostabas en Madrid y te despertabas en París. Eran los viajes en trenes nocturnos. En coche litera o coche cama. Entre mágico y romántico. Viajar suponía dedicarle un tiempo. También se disfrutaba admirando el paisaje por la ventana durante la cena y el desayuno. Descubriendo y adentrándote poco a poco en otro país. No primaba la inmediatez ni llegar cuanto antes mejor. El viaje también era disfrute.

La línea nocturna Madrid-París se suspendió hace años. “Se trataba de un servicio deficitario para Renfe por la escasa demanda de viajeros”, nos dicen desde la compañía. La aparición de compañías aéreas de bajo coste supuso que los pasajeros optaran por el avión frente al tren. Sin embargo, la aparición del movimiento Vergüenza de Volar ha hecho resucitar el interés por los viajes en tren.

Un viaje en avión Madrid – París emite 163,10 kg de CO2e por pasajero frente a 24,75 kg CO2e del mismo trayecto en tren de alta velocidad, según datos de CeroCO2, de ECODES. 

El impacto de nuestra forma de movernos en el cambio climático está adquiriendo cada vez más peso a la hora de tomar una decisión sobre qué medio de transporte utilizar. Pasar un fin de semana en París o Roma también tiene una huella climática. El 72% de las emisiones del transporte en Europa son de los vehículos, el 13,9% de la aviación y sólo el 0,5% del ferrocarril, según la Comisión Europea.

“Ha habido una auge de las personas más sensibilizadas con el impacto de los desplazamientos en avión y buscan una alternativa, y eso pasa por el tren si realmente queremos que tenga menor impacto ambiental”, señala Mónica Vidal, directora de Políticas Públicas y Gobernanza Climática de ECODES. “Cuando ha empezado el movimiento de la vergüenza de volar nos hemos dado cuenta que ya no existía esa alternativa y esos trenes no existían, y para poder hacer ese mismo viaje del avión en tren, necesitan realizar tres o cuatro cambios de tren, y eso desincentiva realizar el viaje en tren”.

Europa conectada por el tren

2021 es el Año Europeo del Ferrocarril y sería el momento oportuno para recuperar las conexiones transfronterizas y poder viajar por Europa en tren, ya que ahora no hay conexiones entre España y las principales capitales europeas, como por ejemplo Madrid – Lisboa, Madrid – París o Madrid – Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el Trans-Europe Express (TEE) conectaba las principales capitales europeas con 31 rutas. De los 365 enlaces ferroviarios transfronterizos que existían antes en Europa, 149 ya no estaban operativos en 2018.

Para movernos, los europeos seguimos prefiriendo el coche, con el 81% de los viajes, frente al autobús con el 9,3% y el tren con el 7,6%, según datos de la Comisión Europea.

Alemania ha hecho una apuesta por recuperar los viajes nocturnos por Europa y cuenta con varias líneas transfronterizas en funcionamiento que unen Munich con Milán o Roma, Berlín y Zurich, Berlín y Viena, Berlín y Budapest, Berlín y Varsovia. Y con una línea desde Moscú – Berlín – París. Viaje de noche cómodamente a muchos destinos europeos (bahn.com)

«El ferrocarril es la respuesta a muchos problemas críticos en el ámbito de la movilidad, como la neutralidad climática, la eficiencia energética, la resiliencia en crisis y la seguridad», ha señalado el ministro de Transporte de Alemania, Andreas Scheuer. «El Año del Ferrocarril tiene como objetivo dar un impulso al sector y animar a más turistas, empresarios y fabricantes a elegir el tren».

El tren es el medio de transporte más sostenible y, en línea con el Pacto Verde Europeo, que tiene como objetivo la neutralidad climática en 2050, poder recorrer Alemania, Austria, Suiza, Italia, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Francia, Polonia, Bioelorrusia y Rusia, sería un modelo a copiar.

Mercancías, mejor en tren

Las vías no duermen de noche. Son infraestructuras que se podrían utilizar mucho más, según Mónica Vidal. “Las vías están infrautilizadas, porque el transporte de mercancías por ferrocarril tiene una tasa muy baja”, indica.

Con más de 217.000 kilómetros de vías férreas construidas en Europa, el transporte de mercancías tiene la oportunidad de aprovecharlas, siendo más seguro y menos contaminante que los camiones. Sin embargo, sólo el 17% de las mercancías se transportan por tren en Europa, frente al 76% que se mueven por carretera.

En España, en el año 2019, último año con datos representativos, porque el año pasado fue anormal debido a la pandemia, circularon en total 57.553 trenes de mercancías que transportaron 21.388.888 toneladas netas. Y en horario nocturno, de 22.00 a 6.00 horas, circularon 18.052 trenes que transportaron 7.864.880 de toneladas netas, según datos facilitados por Renfe. Estas cifras nos indican que durante la noche el transporte de mercancías existe, pero podría ser mayor, ya que apenas hay líneas de pasajeros nocturnas.

Europe on Rail, proyecto representado en España por ECODES y eco-uniónha presentado un informe en el que señalan que una de las medidas para promover el uso del tren entre países es contar con una plataforma única de compra de billetes, y no tener que buscar en las compañías de cada país. Además, proponen lanzar servicios internacionales directos en las infraestructuras existentes e invertir en corredores clave y nuevas conexiones fronterizas.

Otra de las propuestas del informe es poner en marcha una línea directa que conecte Amsterdam y Barcelona. Actualmente, hay trenes que hacen este viaje en tres segmentos: Amsterdam—Bruselas (2h 30’), Bruselas—Lyon (3h 45’) y Lyon—Barcelona (5h), lo que supone un total de 11 horas y 15 minutos y tres cambios de tren. Un tren directo podría conectar Amsterdam y Barcelona en 10h 15’, sin tener que bajarse. La ruta tendría un potencial significativo para cambiar el viaje del avión al tren, señalan. Por ejemplo, hay un promedio de 6.500 personas que vuelan de París a Barcelona cada día. En 2019, casi 8,5 millones de personas tomaron un vuelo en la ruta Ámsterdam – Barcelona o en tramos más pequeños de ella.

Otra propuesta: terminar la línea en los Pirineos Centrales, entre Pau (Nouvelle Aquitaine) y Zaragoza (Aragón), a través de la monumental estación internacional de Canfranc, acabando de construir los 30 kilómetros que faltan entre Bedous (Francia) y Canfranc (España). Esta obra final aumentaría la conectividad de las mercancías y los pasajeros, mejoraría la seguridad transfronteriza e impulsaría la economía de las regiones aisladas muy dependientes del turismo, la agricultura y la industria.

Todavía recuerdo los dos viajes que hice en el tren nocturno de Madrid a París; dos experiencias mágicas en las que disfruté de los paisajes, de ir descubriendo cómo son dos países vecinos e ir adentrándome en una cultura poco a poco, sin caer del cielo de repente. Ojalá lo pueda repetir pronto.

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