Viaje a la geografía de Tintín junto al maestro Martínez de Pisón

Emilio Martínez de Pisón con su libro

Emilio Martínez de Pisón con su libro ‘Geografías y paisajes de Tintín’. Fotografía de Rosa M. Tristán.

En ‘Geografías y paisajes de Tintín’, el geógrafo y escritor Eduardo Martínez de Pisón, hombre sabio donde los haya, nos adentra en los paisajes de los 24 álbumes del célebre personaje creado por Hergé hace 90 años. Del Ártico al Congo, de América al Tíbet o el país de los Soviets, hasta llegar a la Luna. Todo un viaje-regalo para un día mágico como hoy. 

Si hay un universo que une a millones de personas en el mundo es, sin lugar a dudas, el de Tintín, su perro Milú, el capitán Haddock, la cantante Bianca Castiafiori…. La creación del belga Georges Remi (conocido por su seudónimo, Hergé) sigue siendo actualidad después de haber vendido más de 200 millones de álbumes en el mundo desde que saliera el primero allá por 1929.

Nada mejor para celebrar el cumpleaños de este reportero intrépido, siempre joven, que el regalo que el geógrafo y escritor Eduardo Martínez de Pisón ofrece a los tintinófilos del mundo, una nueva obra en la que pueden sumergirse para viajar, de su sabia mano, en los escenarios por los que, durante décadas, el famoso adolescente rubio con tupé sobrevivió a mil y una aventuras.

Con el título de Geografías y paisajes de Tintín (editorial Fórcola) nos ofrece un ensayo que tiene mucho de la historia de un género, el del cómic, que no deja de ser arte, como explica el autor. Y es que el maestro Martínez de Pisón también tiene alma de dibujante de humor pues, como recuerda a El Asombrario, era muy joven cuando comenzó a publicar viñetas en Cuadernos para el Diálogo y el Noticiero Universal, no sin tener problemas con la censura franquista.

Explorador de los confines de la Geografía, allá donde se encuentra con el arte y la literatura, su relación con Tintín viene de antiguo. Quizás porque, como él, el catedrático también ha subido montañas en el Himalaya, visitado el Ártico y la Antártida y recorrido Asia. Si no ha viajado a la Luna, como Tintín, no ha sido por falta de curiosidad ni espíritu de aventura. Por ello, cuando en Fórcola le propusieron escribir sobre el personaje, no tardó ni 49 horas en rescatar de sus estanterías la colección que guardaba como un tesoro y se puso manos a la obra. “Los lectores se centran en sus historias, pero todas contienen una geografía maravillosa y muy documentada. En cuanto abres uno de los álbumes, sientes la luz de los dibujos de la línea clara, pero también está ahí la geografía en la que transcurren sus historietas, que es sintética pero verídica. Si Tintín va a Iberoamérica, se ven cosas diferentes cuando está a 20º Norte que a 20º Sur, y lo mismo pasa en el Oeste americano o en Brasil”, comenta.

Escenarios naturales, inmersos en la creatividad de Hergé, pero también paisajes

culturales, recuerda el geógrafo, como cuando Tintín llega al Chicago de los gánsters. Otras veces son lugares irreales, Syldabia, o imaginados, pero con cierta base científica, la Luna, cuyo retrato resulta muy acercado, con la única distorsión de cueva con estalactitas y estalagmitas, algo imposible en nuestro satélite.

¿Y si viviera en nuestro siglo? ¿Cómo encontraría el mundo? “Tintín es un personaje de un tiempo muy concreto. Un reportero con una cabeza llena de fantasías que se olvida de escribir. Y va evolucionando porque no es el mismo que mata elefantes en el Congo que el que vemos en El loto azul, mucho más humano y polifacético. Pero las circunstancias en las que se desarrollan sus aventuras son únicas del siglo XX: la II Guerra Mundial, la postguerra… A la vez, es atemporal, porque perfectamente puede leerse ahora, y de hecho se hace sin que pierda sentido, pero no sería trasladable a este siglo y, además, no puede hacerse por cuestiones de derechos de autor”, explica.

En Geografias y paisajes de Tintín comienza poniéndonos al día de los predecesores de personaje y su contexto, para meternos luego en un mundo que nos lleva a una expedición al Ártico, como las que se hacían entonces, al Congo o al país de los Soviets, para llegar hasta la Luna. Sin embargo, en el último episodio aparece de regreso a casa con sus amigos Haddock y Tornasol muy decepcionado. “En Tintín y los pícaros acude a Sudamérica a salvar a un amigo y se encuentran con que a un dictador sigue otro dictador, que es igual de malo que el anterior. Y vuelven cansados a Bruselas. Me recuerda al Candide de Voltaire. Pero a lo largo de sus aventuras siempre nos muestra islas con volcanes explosivos, desiertos, selvas… Es como una enciclopedia geográfica, y aunque los lectores no se fijan, al final esos escenarios se quedan grabados. Sin querer, aprendes geografía tintinera; si lees todos los álbumes has recorrido el mundo”, asegura Martínez de Pisón.

El geógrafo es consciente de que su obra va dirigida a quien ya conoce la vida de Tintín, al científico Tornasol y a los inseparables Hernández y Fernández –de hecho, en España existen asociaciones de tintineros- , pero confía en que llegue a otros públicos, como los docentes. “A un científico le leen 80 personas cualificadas, si sale en la televisión llega, efímeramente, a un millón, pero tintinófilos vivos hay millones. Y tiene una importancia educativa enorme porque se lee en una edad, la adolescencia, en la que la arcilla cerebral se moldea y no viene mal poner un poco de geografía. Quizás algún profesor de Enseñanza Media o Primaria descubra que algún día puede dar una clase a los alumnos utilizando la geografía de Tintín, porque hoy la geografía se explica mal en los colegios, con el mismo método que me enseñaron a mí la lista de los Reyes Godos, y yo creo que la memoria debe ser intelectiva, mezclada con la inteligencia”.

Aún con la tinta de Tintín caliente, el incansable Eduardo Martínez de Pisón ya está inmerso en otra nueva iniciativa, en este caso en el Museo del Prado, donde ofrecerá una conferencia sobre un cuadro de un paisajista español, del que ha logrado localizar el escenario en un punto de la geografía española.

Pero esa ya es otra historia, o historieta…

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Comentarios

  • Carlos Elizalde Zalba

    Por Carlos Elizalde Zalba, el 07 enero 2020

    Interesante para todos los tintinófilos que todavía andamos sueltos por ahí… Se agradece mucho!

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