El viticultor manchego que sigue los ciclos de la Luna

Dionisio de Nova, ‘el viticultor de las estrellas’.

En nuestra serie mensual de gente del campo que aporta energía nueva e imaginativa a la maltratada vida rural, hoy charlamos con Dionisio de Nova, ‘el viticultor de las estrellas’, que en 1984 logró el primer vino ecológico de Castilla–La Mancha. Ahora quiere adaptar su manera de trabajar los viñedos en armonía no solo con la Tierra, sino también con el Cielo, con la Luna. Así trabaja. Y estas son sus razones. 

El labrador es no sólo el que trabaja la tierra, sino el que cuida de ella. Entendiendo cómo funciona la tierra y las plantas, sus ciclos, sus necesidades y su carácter, la agricultura consigue alimentos que no sólo nutren a quienes los comen, sino que cuidan de la biodiversidad que los produce.

En Valdepeñas, una familia de viticultores lleva cinco generaciones cuidando los suelos y las viñas para que sus vinos sepan a la tierra y conserven la naturaleza que les ve crecer. Dionisio de Nova se enamoró de la agricultura biológica cuando estudiaba Ingeniería Agrícola en Barcelona, gracias a las influencias francesas, y formó el primer grupo en España de este movimiento. Le apasiona tanto, que no entiende que haya otra forma de cultivar la viña.

En 1984 logró el primer vino ecológico de Castilla–La Mancha y desde 1996 toda la bodega produce en ecológico. La agricultura biológica supone el respeto a todos los seres vivos del viñedo; no utiliza ningún producto que contamine o limite la biodiversidad. Emplean fertilizantes naturales como compost elaborados con parte de los mismos residuos de elaboración del vino y estiércoles ovinos.

Acompasado con la Luna

Un paso más en la producción biológica ha sido incorporar el calendario lunar a los ciclos de la viña, y así adaptar los diferentes trabajos como la poda, la preparación del suelo o la vendimia al momento idóneo en función de los ciclos lunares. Este metabolismo sosegado, acompasado a la Luna, consigue plantas sanas y vigorosas. Y aquí y así nace la Bodega de las Estrellas, donde colores, aromas, sabores y texturas proceden solo y exclusivamente de las uvas.

La uva se vendimia a mano, de noche y de madrugada, para conseguir el mejor aroma y sabor; el vino es solo de uva, sin aditivos químicos y se fermenta en tinajas de barro.

“A una planta que vive en agricultura biológica con una fertilización natural, le damos los elementos para que su metabolismo sea natural y su capacidad de producción se mejore, porque tiene más medios de defensa, y ese metabolismo sosegado va a hacer que en la producción haya más aromas, más sabores y más equilibrio”, nos explica Dionisio.

Y al trabajar con el calendario lunar, sigue, “escogemos los mejores días para hacer los distintos trabajos en los cultivos, porque todos los procesos vitales de plantas, animales y personas están íntimamente vinculados al ciclo y ritmo del tiempo”.

Otoño en las viñas.

Los vinos de los Cuatro Elementos

El calendario lunar aplicado a la viña “da más rusticidad a la planta, más vigor, más defensas, y nos ayuda a tipificar los vinos”, apunta Dionisio. Y así, para ayudar a comprender las variedades de vino, Dionisio ha creado cuatro perfiles de vino, correspondientes a los cuatro elementos de la naturaleza: el Aire para vinos ligeros, el Agua para vinos amables, el Fuego para vinos potentes y afrutados, y la Tierra para los vinos con sabor a los suelos donde nacen.

Al tener estas referencias de los cuatro elementos, los iletrados en vinos podrán elegir mejor el vino que se ajusta a su paladar, añade Dionisio. “Es más intuitivo”.

Secanos Vivos y Cambio Climático

La bodega de Dionisio forma parte del proyecto Secanos Vivos impulsado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife) Secanos Vivos (seo.org) que incluye medidas que favorezcan la biodiversidad en viñedos y tierras de cereal de secano y que dará valor añadido a los alimentos producidos, como uvas y cereales que cuidan de la naturaleza. “Generar biodiversidad es favorecer todos los procesos agrícolas”, apunta Dionisio.

En los viñedos de Dionisio ya saben lo que es el cambio climático: “Cada vez lo estamos viviendo más. Cada vendimia se adelanta. Y se produce una dicotomía: por el excesivo calor de los meses de verano, la pulpa de la uva se hace más dulce por el calor, pero, como no han cubierto su ciclo, ni la pepita ni la piel, no están maduros, y tienes que adelantar la vendimia, y de esta forma aparecen sabores herbáceos, al no haber alcanzado la madurez completa”.

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Comentarios

  • El viticultor manchego que sigue los ciclos de la Luna — EL ASOMBRARIO & Co. – Amo el Campo

    Por El viticultor manchego que sigue los ciclos de la Luna — EL ASOMBRARIO & Co. – Amo el Campo, el 01 octubre 2023

    […] El viticultor manchego que sigue los ciclos de la Luna — EL ASOMBRARIO & Co. […]

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