‘Vulgar Lengua’, un nuevo libro de Pasolini contra la mercantilización
‘Vulgar Lengua’ es el nuevo libro que recoge la última conferencia-coloquio de Pier Paolo Pasolini, unas semanas antes de morir asesinado en la playa italiana de Ostia. Pasolini ama un mundo que está desmoronándose. Una vida que se está tambaleando, que se está agrietando como consecuencia de la fuerza imparable de un proceso de “aculturación neocapitalista”. Abrimos con este artículo una serie de entregas en ‘El Asombrario’ a lo largo del mes de junio, que servirán para reivindicar todos los planos de la diversidad LGTBIQ, coincidiendo con la celebración de Madrid como capital mundial del Orgullo.
“El éxito es la otra cara de la persecución. Puede exaltar en un primer momento, dar cierta satisfacción, cierta vanidad. Pero apenas lo has obtenido, se entiende que es algo horrible para un hombre”.
Fue siempre Pasolini un intelectual provocador, desafiante, un apasionado de la cultura, un incómodo escritor, poeta, cineasta que se vio marginado, despreciado por la maquinaria de picar carne del poder, no sólo por sus interlocutores afines de la izquierda sino también por todo ese arco que formaban la derecha democristiana, la extrema derecha y la Iglesia Católica. Se opuso con dureza a todo el falso bienestar que traía el poder neocapitalista, el consumismo, la unificación del pensamiento o de la lengua en detrimento de toda la riqueza dialectal que, en su opinión, hacían de Italia un espacio de convivencia más plural, alegre y diverso.
El monstruo es el poder. Y el poder es el crimen, que decía Shakespeare. Lo sabe bien quien ha rondado alguna vez por sus entrañas. Quien se ha asomado al precipicio de su estómago y ha visto toda esa inmensa oscuridad, toda ciénaga violenta donde se pica en silencio la carne. Donde se tritura voluntades e ideas.
Al monstruo, al poder, dile siempre la verdad. Dile a la cara la verdad. Eso fue lo que hizo toda su vida, con sus aciertos y errores, el escritor, poeta y director de cine, Pier Paolo Pasolini (Quartiere Santo Stefano, Bolonia, 1922 – Ostia, Roma, 1975). Un hombre incómodo, provocador, insubordinado irredento, crítico, reaccionario contra el neocapitalismo, contra la antropofagia de la tecnología y el consumismo que estaba, allá por los 60, deshumanizando Italia, vampirizando, a su juicio, el mundo feliz de los arrabales de Roma, del mundo rural donde la gente era pobre pero alegre y aún sonreía, y todo ello con la televisión como principal instrumento de adocenamiento, dominación, mercantilización y homogeneización social.
Pasolini ama un mundo que está desmoronándose. Una vida que se está tambaleando, que se está agrietando como consecuencia de la fuerza imparable de ese proceso de “aculturación neocapitalista”, que también ha golpeado de lleno a los distintos dialectos que conferían a Italia una bella diversidad, porque, para el cineasta, representaban “la aproximación más carnal a los hombres de la tierra”. Los dialectos, por entonces, aún sobrevivían, pero ven cómo van siendo arrastrados y sustituidos por la lengua italiana, cómo toda esa pureza, toda esa riqueza sagrada y dialectal, lingüística y mística de los pueblos italianos, está siendo profanada y extinguida por un poder feroz, centralista, globalizador, que unifica, que olvida las periferias y la cultura plural.
Un nuevo libro, titulado Vulgar lengua (Ediciones El Salmón), recupera ahora la última conferencia-coloquio de Pasolini, un encuentro con profesores y alumnos del Instituto Giuseppe Palmieri de Lecce y que se celebró el 21 de octubre de 1975, dos semanas antes del asesinato del escritor italiano, que se produjo el 2 de noviembre de ese mismo año, y que se enmarcaba en el desarrollo de unas jornadas denominadas Dialecto y escuelas. Esta obra, que abren dos textos del escritor y traductor Salvador Cobo y el moderador de aquel debate, Antonio Piromalli, que sirven para contextualizar la figura, la trayectoria y la esencia del pensamiento de Pasolini, recoge al detalle el intenso coloquio que el autor de Saló o los 120 días de Sodoma mantuvo con un auditorio incisivo, punzante, osado y nada condescendiente con el cineasta, al que rebate sus ideas y le plantea cuestiones e inquietudes sobre la escuela, las perspectivas de la educación, sobre la cultura popular o la vuelta a la época anterior a la implosión del neocapitalismo…, aspectos que el poeta responde fiel a su estilo provocador y con milimétrica claridad. “Todas las conclusiones a las que llegáis sobre que querría volver atrás son unos disparates, porque, decidme, ¿dónde he escrito yo que hace falta volver atrás? ¿Dónde? Id punto por punto, y yo punto por punto os diré: no, me habéis entendido mal, os habéis equivocado, yo no quiero en absoluto volver atrás, precisamente porque los problemas que me planteo son muy actuales, yo intuyo los problemas del momento”, asegura.
En este coloquio también hay espacio para el cine y Pasolini hace referencia a la intencionalidad final de tres de sus películas más importantes en su filmografía: la Trilogía de la vida, formada por El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y Las mil y una noches. En ellas, según el poeta, hay una oposición firme a la contaminación que supone el consumismo, además de una clara defensa de la libertad de expresión y la libertad sexual, todos esos derechos individuales que hay que proteger, que hay que cuidar frente a los abusos que no cesan, los abusos de ese monstruo que siempre tenemos soplando detrás de las orejas.
Comentarios
Por Eva1314, el 04 junio 2017
Bufff, fichado!, este libro no se me escapa! :))))
Tiene una mirada nostálgica y soñadora.