Xoel López: “Con mi música trato de calentar el alma”

El músico Xoel López. Foto: Sergio Albert.

El nuevo disco que firma Xoel López, y que presenta dentro de unos días en Madrid, reincide en tratar de escaparse a las clasificaciones. ‘Caldo espírito’ saca el pecho a la libertad creativa de un gallego de A Coruña al que ya le lleva, desde hace tiempo, apretando cada vez más el traje del pop y sus limitadas convenciones.

Xoel López habla con ilusión del proceso de creación de este Caldo espírito, su nuevo disco; nombra mientras charlamos a colaboradores como Domenico Lancellotti, Lucas Piedra Cueva, Leo Aldrey, Adrián Seijas y Campi, entre otros, artífices de la creación de este álbum junto a él. Este trabajo se extendió meses y kilómetros, fueron diferentes localizaciones las que visitaron las canciones. Las voces de Meritxell Neddermann, Marina y Teresa de Repion suman textura, contribuyendo a crear un disco donde la voz es la que manda.

Asentado en Madrid, con más de 20 años de carrera musical y 16 discos editados, a Xoel le sigue gustando hacer las maletas para ir a mirar, para sentir y para trabajar; mantiene así en vigor ese nomadismo que tanto le enriquece e inspira. El enfoque en su peculiar forma de fusionar es la nota distintiva en este disco donde cada canción ofrece un universo distinto.

El disco ha sido grabado en diferentes estudios, distintas localizaciones, ¿es así?

Más bien se ha construido, tampoco es que haya referencias concretas en las canciones a esas localizaciones. Una casa rural en Ourense, otra por Guadalajara, mi casa de Madrid, donde también trabajé maquetas. Ahí es donde, digamos, hemos cocinado. Creo que este disco es al que más vueltas le he dado en este sentido, en el de dar forma a las canciones probando diferentes enfoques en sucesivas maquetas. Cuando llegué a esas casas, ya tenía el esqueleto de las canciones, quería darles forma. Podía haber grabado el disco con una guitarra y un piano, por poner un ejemplo, hace año y medio. Hubo un punto también Mago de Oz, en el que iba entrando gente, apareciendo personajes que daban más sentido a las canciones… Primero fue Guadalajara, tres días, con un músico y un técnico. Iba probando; por poner un ejemplo, alguna canción que parecía descaradamente single se ha quedado fuera.

O sea, que has compuesto en soledad y lo has expuesto posteriormente.

No tan así como señalas. Por ejemplo, en la aldea de Ourense donde estuvimos haciendo maquetas, llegué con una letra. Era un momento en el que estaba inspirado y tal, así que llegué y me puse a tocar, tenía alrededor a quienes habían venido a trabajar conmigo, y es raro, porque yo estas cosas las hago en la más absoluta intimidad, pero el caso es que me puse a cantar aquella letra mientras improvisaba la música. Nunca me había sucedido algo así, ¡con la de años que llevo en esto y siempre te sorprendes!

La voz tiene un protagonismo relevante en casi todas las canciones.

Es un disco de emociones, pero claro que hay un interés musical… Se mezclan propuestas y estilos. Fue un proceso divertido y friki. La voz fue lo último, la metí cuando había dado por concluida toda esa experimentación.

Viniendo del rock, desnudar las canciones de esa esencia puede resultar complicado.

Esa fue la clave, quitar. Esa búsqueda siempre me gustó, quizá es una búsqueda que no lleva a ningún destino, pero es algo que trabajo, quitar, dejar con los elementos justos la canción, pero que no pierda en interés… No sobreproducir para mí es clave; sin llegar, claro, a hacer una canción con voz y piano o guitarra, como antes hemos comentado; sin llegar a eso, busco la sencillez. El tiempo, la edad, me trasladan cada vez más a la convicción de que menos es más.

En cuanto al sentido de las letras, hay mucha relación humana, quizá alguna hasta de pérdida, ¿hay una temática común?

En realidad, escogimos las canciones por su belleza, no por la temática. Fue una selección dura. Hay varias que hablan de despedidas, pero también hablo de drogas, Faneca brava, hablan de como observo al mundo hoy día, Albatros. Hay una temática variada en mi opinión.

Poco a poco has ido avanzando por tu propio camino, en una forma personal de hacer canciones, con identidad propia.

Eso trato. Recuerdo, sobre todo al principio, ir a grabar a los estudios, proponer lo que quería hacer y explicarme que aquello era imposible, que iba a quedar mal o que no se podía hacer tal y como yo proponía. Digamos que casi siempre surgía una voz en el estudio de algún técnico que decía: eso no es correcto. Poco a poco he logrado llegar a un equipo de gente para trabajar que se pasan la corrección por ahí. Todos los que han creado este álbum conmigo podríamos decir que mantienen un perfil de polinstrumentista y paraproductor, que, en realidad, es una forma de perfil que a mí me encaja también; no había un bajista que solo toca ese instrumento o un percusionista que solo toca percusión, en absoluto. Ha sido muy colectivo, todo el mundo proponía, porque todos tenían el disco en la cabeza.

Me llama la atención esto que dices porque, normalmente, en artistas con marcada personalidad, como es tu caso, no se suelen admitir muchas opiniones externas… ya tú sabes.

Tuve esa etapa hace años, esa rigidez y propósito inamovible de mantener todo aquello que ya tenía claro en mi cabeza. Pero también creo que esa actitud provenía más de la desconfianza que tenía en cuanto al personal del estudio donde iba a grabar. Pensaba que, si no se hacía como yo lo tenía en la cabeza exactamente, no iba a quedar bien o no me iba a representar. Hoy en día no me pasa, y por eso en este disco mucha parte del personal graban discos y tienen hasta sus propios proyectos, son de mi generación más o menos, nos entendemos en esta forma de trabajar, mezcla de ideas y de gente dispar, mezcla de miras y propuestas, gente que viaja, que se mueve, que busca. Es un disco colectivo, ¿cómo no dejar hacer si estoy rodeado de talento? Aunque está claro que el golpe de timón es mío.

Está claro que eso prima en tu nuevo disco, es un viaje el disco y casi cada canción.

Mezclar me flipa, que una guitarra suene a The Smiths, pero que la base parezca hecha en Santo Domingo y que la letra recuerde a Aute, por poner un ejemplo, por decir algo, eso me flipa. Diferentes mundos, un cosmos.

Deluxe, habéis vuelto a tocar, ¿no?

Ha habido confusión, porque soy un poco desordenado. Iba a ser un concierto en Galicia en septiembre, pero luego fueron media docena. Pero ya, otra vez al baúl. Nos gustó y lo pasamos muy bien; de hecho, varios de mis músicos en este momento eran músicos en Deluxe.

Me gustaría preguntarte por el título y por el arte que envuelve este nuevo disco.

La portada es obra de Rebeca Losada, con la que trabajé en mi anterior disco. El título mío. Hay algo de equilibrio en el diseño de la portada, ¿no? También algo neoclásico. Hay satélites… sabe dios qué quiso hacer ella. Ese micro-mundo donde suceden cosas. Sobre todo, me transmite equilibrio. El título no hace alusión al caldo, con el que se hace la sopa, por cierto; es calor en italiano, es que me han preguntado alguna vez y quisiera aclararlo. Apunto al espíritu caliente en contraste a este mundo actual, un tanto frívolo. Con mi música, quiero tratar de poner calientes mi alma y la de quien la escuche. Sensaciones profundas, sensaciones reales, de eso se trata.

Xoel López presenta su nuevo disco, ‘Caldo espírito’, en Madrid, en el Wizink Center, el próximo 29 de noviembre.

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