Yllana cumple 25 años con personajes desagradables y adorables

Un momento del espectáculo 666 de Yllana.

Veinticinco años después de su estreno, ‘666’, una de las obras más exitosas de la compañía Yllana, vuelve a los escenarios tan joven como el primer día y sin el menor retoque ético ni estético. ¿Hay mejor manera de sellar un pacto con el diablo que llevar en el nombre de pila el Número de la Bestia? Fidel Fernández, Raúl Cano, Juanfran Dorado, Jony Elías y Juan Francisco Ramos, alternándose con otros actores, levantan un montaje que nació acertando con la creación de “cuatro personajes absolutamente desagradables, de los que el público se enamora sin remedio”. 

La anterior descripción corresponde a David Ottone, (Madrid, 1966), responsable de 666, miembro fundador y director artístico de Yllana, compañía inventada en 1987 por un grupo de estudiantes de cine, periodismo, teatro y otros oficios desenvueltos, dispuestos a hacer de la provocación inteligente tanto un arte como una forma de vida. Repasando su trayectoria, la balanza dice sí. 37 espectáculos han subido el telón en 16.000 momentos frente a casi seis millones de espectadores en 48 países del mundo. Vale que el teatro gestual te ahorra muchos inconvenientes si no eres políglota, pero no vayamos a quitarles méritos. Estar en Broadway y que escriban sobre Yllana en el New York Times no es algo que se consiga por arte de magia, y menos cuando frecuentan mensajes que no suelen dejar títere con cabeza. “Yllana sin dar caña no es Yllana”, asegura Ottone, esquivando un ataque de satisfacción. Le seguimos preguntando.

¿Qué hubo antes de Yllana?

Pues lo que suele haber a los 19 o 20 años, estás en la Universidad y te cruzas con gente aficionada al cine y al teatro, con ganas de hacer las mismas cosas que tú. Así nació nuestro primer montaje, La cantante calva (inspirado en Ionesco), que representamos en la Facultad de Ciencias de la Información. Yllana nace oficialmente en 1991, pero ya llevábamos un tiempo haciendo planes.

¿Es ‘666’ una especie de burla al diablo? 

666 es un trabajo fundamental en la trayectoria de la compañía. Esa semillita guasona de humor negro que nos unió, siendo algunos tan distintos incluso en ideas políticas. El humor nos hizo coincidir, más aún, en el humor negro. Y 666 es una pieza maestra de este género.

Observo uno de los carteles. Cuatro individuos vestidos para morir, pijama carcelario anaranjado, exhiben sin pudor unos penes generosos y lánguidos, contrarios a la famosa hipótesis de que todos los ahorcados mueren empalmados. Bien es verdad que los reos han mutado en diablos, y en su penal hay diferentes medios de transporte al más allá, como la silla eléctrica o la sangrienta guillotina.

Igualmente el cartelito se las trae. ¡Polémicas a Yllana!

El espectáculo está dedicado a la provocación de principio a fin, y somos absolutamente conscientes. Es una función localizada en el corredor de la muerte, con ejecuciones, violencia y esos penes que, ¡ojo!, solo salen al final. El póster tenía que estar a la altura y en aquellos momentos no había nada que perder.

¿Y ahora?

Tampoco (responde David Ottone un poco a la ligera, para puntualizar enseguida)… Bueno, todos nos hacemos mayores y con eso, un poquito más conservadores quizá.

¿Ustedes también? Últimamente son varios los artistas que reniegan de las travesuras, del espíritu libre y hasta de las ideologías izquierdistas tan presentes en la práctica de las bellas artes.

Bueno, no, no… Tampoco es eso. Simplemente reconocemos que ahora meditamos más antes de abordar ciertos temas. Un ejemplo sería el de nuestro buen amigo Leo Bassi y sus funciones sobre la religión, que se ha tenido que comer con patatas. Somos una empresa de entretenimiento con 60 personas en un equipo que no puede quedarse sin trabajo. Hay ciertas responsabilidades que van pesando a la hora de decir: ¿hacemos una locura? Porque sabemos que nos pueden vetar en muchos lugares.

¿Qué locura?

Una sátira de todas, pero todas, las religiones, que se titule Amén. Puede que no sea el momento, pero estamos seguros de que la haremos.

666 es un montaje en el que solo participan hombres. Parece casi obligado que les preguntemos dónde están esas mujeres que saben hacer reír. Lo han contado muchas veces. En su primer espectáculo, La cantante calva, también había actrices que por hache o por be no siguieron en la formación.

“¿Por qué a los Rolling Stones jamás les reclaman la falta de chicas en su banda?”, comenta Ottone. Let´s rock, let´s Yllana, como les gusta decir.

Yllana ama a las mujeres, ¿verdad?

¡Claro! Hay cómicas buenísimas y contamos con ellas en muchos de los trabajos que producimos con y para otras compañías. Yllana surgió entre amigos, no hay más que comentar. Admiramos profundamente a tantas mujeres geniales que se dedican a la comedia.

¿Hasta qué punto les inspira la actualidad?

666 surge de una noticia relacionada con el Corredor de la Muerte y el preso español Pablo Ibar, condenado en 1994. Brokers surgió coincidiendo con la crisis económica de 2008. Greenpiss es lo que nosotros definimos como un “desmadre eco-ilógico”… No queremos espectáculos blancos, que no digan nada. Opinamos sin adoctrinar. Nos interesa el ser humano y sus contradicciones, huyendo absolutamente de cualquier localismo. Yllana viaja: hemos actuado en 48 países de todo el mundo.

Esa es la ventaja del teatro gestual, que no necesitan saber idiomas…

Y que tratamos asuntos que puede entender cualquiera. Yo diría que somos chaplinianos, salvando las distancias, porque hacemos humor con las emociones.  Risas y retos. ¿Puede uno mofarse de una ejecución? ¿De que le orinen encima? ¿De que eyaculen sobre él? En una escena de 666 se reproduce una matanza terrible. Un psicópata empieza cargándose al juez, al repartidor de pizzas, a un guardia de la circulación que controla la seguridad de un grupo de niños cruzando la calle… y a los propios chavales. (David se lleva las manos a la cabeza) Y dices: ¿pero qué estás haciendo? ¡No puedes reírte de eso! (Pausa). Ante un chiste de ahorcados, si hay alguien que haya perdido a un ser querido suicidándose así, pues no le va a hacer la menor gracia. Normal. Pero nosotros queremos retar al espectador a reflexionar sobre sus propios límites.

Ustedes ya tienen una imagen del infierno. Pero ¿cómo sería el Paraíso para Yllana?

Este espectáculo nos lo ha dado todo. Hasta varios meses en Broadway, así que nuestro paraíso no está nada lejos de este infierno.

Y a usted, ¿cómo le gustaría morir?

Por la noche durmiendo. Después de haberme reído y haber hecho el amor.

Raúl Cano y Fidel Fernández, ausentes en la entrevista, responden, sin embargo, a esta última cuestión gracias a la mensajería instantánea.

Fidel prepara su deadplaylist para morir en la cama. Solo. Arrullado por una variada selección musical.

Raúl asegura que haciéndonos reír. Ojalá no sea precisamente representando 666.

666’ se representa en el Teatro Infanta Isabel de Madrid hasta el 29 de enero. 

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