Necesitamos más olivares reconciliados con la vida

Medición de la biodiversidad en el entorno de un olivar. Fotografía: SEO BirdLife.

Zumbidos de abejas y cantos de aves, olor a tomillo y manzanilla, ovejas pastando… No es un paisaje de una reserva natural. Estamos en un olivar, pero uno muy especial. Un olivar que conserva biodiversidad. Frente a los monocultivos de olivos con suelos yermos, hay otro modelo de olivar que hace compatible la conservación de la naturaleza y la rentabilidad del cultivo para el agricultor. Es el ‘Proyecto LIFE Olivares vivos’, impulsado por SEO BirdLife y en el que participan la Diputación Provincial de Jaén, la Universidad de Jaén, el CSIC y la Junta de Andalucía. Por la salud del campo, la salud de la economía de los agricultores y la salud de los consumidores.

“Nuestros campos se estaban quedando en silencio”, señaló la directora ejecutiva de SEO BirdLife, Asunción Ruiz, en la reciente presentación en Madrid de los resultados del proyecto. “No hay rentabilidad de los agricultores sin biodiversidad en los campos, y en este proyecto trabajamos por revivir la naturaleza, dar rentabilidad a los olivareros y salud a los consumidores”, añadió.

El proyecto Olivares Vivos nació en 2015 con una investigación en 40 fincas en Andalucía que demostró que, tres años después de las primeras mediciones de biodiversidad y con una gestión para recuperar la flora y fauna de las fincas agrícolas, una revegetación de espacios improductivos, instalación de elementos de apoyo a la fauna salvaje y una gestión sostenible de la cubierta herbácea, había un aumento de entre el 7% y el 12% del número de especies y un 40% en la abundancia de especies. Había más riqueza de biodiversidad y más cantidad.

Después de implementar medidas para recuperar la biodiversidad en las fincas del proyecto, en 2023 comenzó la certificación de los aceites de oliva virgen extra producidos en estas fincas y se empezaron a comercializar con un sello avalado por AENOR. Ya hay 37 marcas de aceite certificado con el sello Olivares Vivos, procedentes de fincas en las que se trabaja por recuperar la biodiversidad.

Un olivar en Extremadura.

Olivar en Extremadura con buena cobertura vegetal. Foto: SEO BirdLife.

Ampliación a Europa

En 2021 la Comisión Europea aprobó continuar el proyecto con ‘Olivares Vivos+’ hasta 2026. El modelo desarrollado en España se ha estudiado ahora en Italia, Grecia y Portugal, y los resultados indican que en las fincas de climas más áridos, los niveles de diversidad de flora y fauna son más altos. “Esto nos hace ser optimistas de cara a manejar la biodiversidad en los paisajes de olivar ante una creciente aridez derivada del cambio climático, puesto que el esquema agroambiental del modelo Olivares Vivos, que ya funciona recuperando biodiversidad en condiciones relativamente suaves, lo haga también en condiciones semiáridas”, afirma Francisco Valera, científico del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas, en Almería. 

En el estudio de la Universidad de Jaén y la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC se ha realizado un muestreo en los cuatro países de más de 330.000 registros, detectando más de 1.600 taxones que abarcan 990 géneros y 279 familias/subfamilias de todos los grupos analizados: aves, polinizadores, murciélagos, hormigas, arañas y plantas. A pesar del serio deterioro que ha sufrido tras décadas de intensificación agrícola y por la simplificación del paisaje, sigue habiendo un importante número y diversidad de especies en los olivares.

Impactos en la biodiversidad

El proyecto realizado en España confirmó que la intensificación agrícola impacta seriamente en la biodiversidad mediante la homogeneización del paisaje agrícola y la pérdida de hábitat natural, así como mediante prácticas agrícolas intensivas como la eliminación persistente de cubiertas y el uso de plaguicidas.

Jaime Lillo, director ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional (COI), destacó que las fincas integradas en el proyecto Olivares Vivos “son espacios llenos de vida y además son rentables, por lo que es una auténtica oportunidad para la biodiversidad”.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, señaló en su intervención a través de un vídeo que “es necesario hacer compatible la rentabilidad del olivar con la biodiversidad”, y que “una inversión en biodiversidad hace más rentable el presente y el futuro del olivar”.

“Se puede producir aceituna y aceite reduciendo de manera sustancial los pesticidas y herbicidas, recuperando fauna y flora y almacenando CO2”, aseguró el director de Biodiversidad y Capital Natural en la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Humberto Delgado.

Por su parte, Isabel Uceda, diputada de Medio Ambiente de la Diputación Provincial de Jaén, afirmó: “El manejo actual del olivar no es sostenible”. Y en esta línea, el rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz, abogó por “un cambio de modelo en el cultivo del olivar”. El 44% de las provincia de Jaén está ocupada por olivares.

Un bodegón de aceites producidos por Olivares vivos.

Bodegón de aceites con certificación y etiquetado ‘Olivares Vivos’.

Lo tradicional frente al modelo intensivo-industrial

El olivar es un cultivo de secano tradicional, con siglos de vida en la Península Ibérica. Pero la intensificación agrícola, con un modelo de monocultivo que arranca todas las hierbas y deja los suelos pelados, ha provocado una pérdida de biodiversidad y una disminución de la rentabilidad de los olivares tradicionales.

Con el cambio a un modelo que aumenta la biodiversidad, los suelos con cubierta vegetal son más fértiles al retener más agua, sufrir menos erosión y, además, se genera un control natural de las plagas con insectos y aves. No son necesarios fertilizantes ni pesticidas.

Los agricultores que deseen obtener la certificación Olivares Vivos y vender su producto con un valor añadido tienen que realizar un análisis preliminar para conocer el estado de la finca y la biodiversidad que alberga. Una vez que se conozcan los datos, los técnicos del proyecto elaboran un plan de actuaciones para la recuperación de la biodiversidad y se ponen en marcha las medidas. Después de un tiempo, se evalúa la biodiversidad y, si se han alcanzado los objetivos, el aceite de oliva virgen extra podrá llevar el sello que lo certifique.

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