Aire Libre Octubre: Bosques multicolores, algas y azafrán

El hayedo de Tejera Negra.

Los viajes que he realizado para escribir la ‘Guía de la España rural’ que acaba de editar GeoPlaneta (colección Nómadas) me han reafirmado en que el otoño es mucho más que la “paleta de colores” que forman las hojas de los árboles caducifolios. Voy a aprovechar este Aire Libre de octubre para resumir las propuestas de viaje para este mes que hago en la guía. Así, viajamos a la recogida del azafrán en La Manchuela (Albacete) y de algas en las playas de San Vicente de la Barquera (Cantabria). Y a bosques, claro; a los del norte de Guadalajara, pero también a su arquitectura negra y dorada.

Hay tres premisas esenciales que inspiran el libro: buscar los placeres del viaje corto, de cercanía; departir y compartir ese viaje con las gentes de cada lugar; y hacerlo en cualquier época del año. Yo no entiendo mis paseos por las cornisas y las playas del Atlántico y el Cantábrico sin las brumas del otoño y el invierno, con las olas batiendo con fuerza contra los acantilados y las aves marinas aguantando el temporal en vuelo o posadas. Así comienza este recorrido, entre las marejadas del Cantábrico que visitan las costas del Parque Natural de Oyambre, en Cantabria.

Las marejadas del otoño depositan en la orilla algo que, cuando observé por primera vez a distancia cómo lo recogían varios tractores, pensaba que era basura: “Ya está el maldito plástico y redes marinas abandonadas haciendo de las suyas”, pensé. Pero no; son algas que se aprovechan comercialmente, sobre todo en la industria alimentaria, para elaborar un espesante y conservante muy común llamado agar-agar. Hasta donde he podido indagar no hay ningún proyecto turístico que guíe e ilustre sobre esta interesante actividad de recogida, transporte y secado al lado del mar. Poniendo en práctica otra de las premisas del libro, recomiendo departir con las personas que se dedican a recoger las algas, siempre que no coincida con un momento de mucha actividad.

Bruma marina, modernismo y 1.400 manzanos

Si a la bruma y la marejada otoñal del Cantábrico y a la actividad en torno a la recogida de las algas sumamos que estamos cerca de localidades tan señeras como San Vicente de la Barquera o Comillas, y que a ambas localidades les separan escasos 10 kilómetros ya tenemos el enlace con la tercera premisa del libro: viajes cortos, de cercanía. Y entre medias hay humedales con aves invernantes, modernismo hasta en cementerios, un alojamiento rural rodeado de 1.400 manzanos e historias de las 13 noches que pasó en el convento de San Luis un joven Carlos I (con 17 años), tras su primer viaje desde Flandes a los territorios heredados de Castilla y Aragón.

Cuesta salir del Parque Natural de Oyambre, ¿verdad? Pues cambiamos radicalmente de rumbo, hacia donde La Mancha cambia el nombre por La Manchuela, en el camino del Júcar hacia el Mediterráneo. Nuestra base de operaciones viajeras la asentamos en Alcalá del Júcar (Albacete), elevados sobre un acusado meandro del río y sus alamedas, que ahora amarillean. Aquí es el azafrán el que centra la atención. Las primeras lluvias otoñales han hecho que brote la flor de los bulbos y comienza la recogida, extracción de los estigmas del azafrán (desbriznar se llama) y su tueste.

El hayedo de Tejera Negra y las arquitecturas dorada y negra

La covid-19 ha interrumpido la posibilidad de compartir de cerca estos quehaceres con las familias que aún las llevan a cabo, pero se puede aprender mucho sobre esta actividad en las cuevas de Masagó y del Duende. Dentro de ellas, además de restaurante, alojamiento y un pasadizo que conecta las dos laderas del meandro del Júcar, hay un museo etnográfico donde sobresalen los nombres de la familia Francisco Torres y la empresa Azafranes Manchegos, vitales para adentrarse en la cultura del azafrán. Antes de despedirnos de La Manchuela recomiendo buscar chozos, cubillos, cucos o bombos (construcciones en tierras agrícolas para guardar aperos de labranza) de camino a otro hito del paisaje: la laguna y los cortados de El Galayo, en Fuentealbilla.

No salimos de Castilla-La Mancha, en un extremo geográfico y paisajístico a la de La Manchuela, porque toca visitar, ahora sí, un enclave con bosques otoñales. Estamos en el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara, espacio que incluye el hayedo de Tejera Negra. Es el momento del fuerte contraste entre los ocres de las hayas y verde oscuro de los tejos. Importante: para visitar algunas zonas del hayedo hay que hacer una reserva previa. También es el momento de perderse entre el románico más rural de algunas iglesias (soy fan del mensario de la de Campisábalos), la archiconocida arquitectura negra de Umbralejo y Valverde de los Arroyos y la menos conocida arquitectura dorada de Villares de Jadraque y Bustares. Con la luz de un atardecer otoñal se explica mejor a qué se debe lo de dorada.

El Parc Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (Girona).

De la Garrotxa a Carabanchel

Estampas típicas otoñales con forestas de colores también se dan en el Parc Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (Girona), sin olvidar sus pueblos de origen medieval, como Santa Pau y Besalú. Y más volcanes (hasta 240) hay en el Campo de Calatrava, además de testimonios de reconquistas cristianas y películas de Pedro Almodóvar (he aprendido a hacer turismo cinematográfico gracias al libro). Hay más protagonistas en octubre en la guía: la vendimia en la Ruta del Vino Rioja Oriental, la vuelta a las alamedas encendidas de amarillo en la Reserva Natural Riberas Castronuño-Vega del Duero (Valladolid) y acabar en León en un lugar que lo dice todo: Valle del Silencio.

En el libro os propongo 93 viajes más de este tipo, aparte de los relatados. Os animo a acercaros a conocer más sobre estas rutas y a mi periplo para trasladarlas al papel en las presentaciones que haré a lo largo de este otoño en Madrid y otros lugares. En los barrios de mi distrito, Carabanchel, estaré en octubre: el viernes 1 en la librería/papelería Lápiz y Papel (18.30 h.); el sábado 9 en la churrería De Miguel (12.00), frente a la librería/papelería Oca; y el sábado 16 en la librería Trotajueves (20.00). Comercios de barrio, que es lo más parecido a lo rural que tenemos en la ciudad. Los días 6 y 7 de noviembre estaré en Presura, Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural (Soria), donde compartiré un diálogo con una de las muchas protagonistas del libro, Raquel Ramírez, de la asociación El Colletero de Nalda (La Rioja).

Parque Natural de Oyambre (Cantabria) y San Vicente de la Barquera.

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