Almagro, el festival capaz de representar a Lope de Vega en un coche

El actor Miguel Ángel Chaves y la actriz Aurea López en un momento de la representación de El perro del hortelano en un coche. Foto: M. Cuéllar.

El actor Miguel Ángel Chaves y la actriz Áurea López, en un momento de la representación de ‘El perro del hortelano’ en un coche. Foto: M. Cuéllar.

Un actor, una actriz, tres espectadores y, como escenario, un coche. En aproximadamente media hora asistimos a una deliciosa riña de enamorados en un recorrido por alguno de los rincones más emblemáticos del pequeño pueblo manchego de Almagro. Esto es una versión reducida de ‘El perro del hortelano’, de Lope de Vega; uno de los platos más apetitosos de la 42 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, uno de los más importantes del mundo en su especialidad, que se celebra hasta fin de mes.

Cuenta Ignacio García, director del festival e ideólogo de la sorprendente propuesta de teatro a cuatro ruedas, que la idea surgió hace cerca de 15 años, cuando asistió a una representación de Ana Karenina dentro de una furgoneta en el Festival de Edimburgo. Hace un par de años, cuando vivió la experiencia del Sleep No More de la compañía Punchdrunk en Nueva York –probablemente uno de los espectáculos de teatro inmersivo más impresionantes que se hayan visto en la última década- se le instaló en la cabeza que sería una fantástica idea meter literalmente a los espectadores dentro de La Vida es sueño de Calderón. Si los ingleses lo siguen haciendo con ese increíble Macbeth en el McKittrick Hotel al oeste de la calle 27 de Nueva York, por qué no iba a poderse en el convento de la Encarnación en un pueblo que se vuelca literalmente con el Teatro Clásico desde hace más de 40 veranos. Por el momento, ese espectáculo no es más que eso, una idea en la cabeza de Ignacio García, pero ¿qué sería de un festival sin ambición y metas del todo apetecibles para público y creadores?

Precisamente son aspiraciones, afanes y retos tres de los ingredientes básicos de este certamen que expresa, en su declaración de intenciones, una moderna vocación de ser un evento americanista, feminista, accesible e inclusivo. Este año cuenta con las figuras de Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón como columnas vertebrales y con México como país invitado de honor. Con toda la intención se ha elegido la frase de Sor Juana «El mundo iluminado y yo despierta», como lema de esta edición. Dos versos que son un alegato del pensamiento moderno y militante de una mujer que se adelantó a su tiempo en la reivindicación del papel femenino en la cultura en una época en la que el saber estaba prácticamente reservado a los hombres. Y como obras son amores y no buenas razones, esta edición del festival contará con 49 estrenos, 25 de ellos absolutos. Además, 26 mujeres dirigirán, y se representarán textos de 25 dramaturgas contemporáneas y 13 autoras del Siglo de Oro.

El pasado jueves echó a andar este 42º Festival de Almagro con una ceremonia de indudable protagonismo femenino. La actriz Adriana Ozores recibía el premio Corral de Comedias de manos de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, tras escuchar una maravillosa laudatio leída por su amiga la escritora Elvira Lindo. Por delante queda casi un mes –hasta el 28 de julio- de teatro, música, danza, jornadas, talleres, exposiciones, conferencias, cine, gastronomía y astronomía.

“Todo el mundo es teatro, y todos los hombres y mujeres no son sino actores. Tienen sus entradas y salidas de escena, y cada uno de ellos interpreta diversos papeles en la vida”. Esta frase atribuida a William Shakespeare podría trasladarse, sin problema, al espíritu que mueve durante el mes de julio al municipio de Almagro. Tanto teatro se respira en el ambiente que el visitante sería capaz de imaginar que cada uno de sus 8.922 habitantes cumpliera fielmente con su papel en una gran comedia que tiene algo de enredo y mucho de regocijo. Como Áurea López y Miguel Ángel Chaves, una de las cuatro parejas que dan vida a Diana y Teodoro, los protagonistas de ese Perro del hortelano motorizado que recorre en cuatro funciones los viernes y seis los sábados las calles almagreñas. Todos son miembros de la compañía local de aficionados El Taular y han logrado convertirse en uno de los platos fuertes en justa competición con grupos y nombres de reconocidísima trayectoria.

‘El desdén con el desdén’, de Agustín Moreto, por La Joven Compañía de Teatro Clásico.

El espectáculo ‘Hijas del aire. Sueño de Balladyna’, por la compañía polaca Teatro Jan Kochanowski.

Entre los imprescindibles de este año citar, por supuesto, a la Compañía Nacional de Teatro Clásico (El castigo sin venganza y La hija del aire) y su hermana pequeña, La Joven Compañía. Esta última trae la divertidísima versión de Carolina África de El desdén con el desdén, de Agustín Moreto, con dirección de Iñaki Rikarte. Carmen Cortés y Carme Portaceli presentan el espectáculo Juana Inés y estarán presentes, entre otros, artistas como Silvia Marsó, Rafael Álvarez El Brujo y Blanca Li. Los entregados profesionales de Radio Nacional de España llevarán el teatro a las ondas desde el Corral de Comedias con sus Ficciones Sonoras. Habrá compañías de Costa de Marfil, Polonia, Estonia, Irlanda, Argentina, Chile, Colombia, Uruguay y la India.

Pero uno de los grandes protagonistas de este festival es, sobre todo, Almagro. Este municipio de la comarca del Campo de Calatrava cuenta con algunos de los espacios más bellos que se puedan imaginar para asistir a una función de teatro. No solo el magnífico Corral de Comedias; también otros escenarios como el Patio de Fúcares, el Palacio de los Oviedo o el antiguo Hospital de San Juan -rebautizado este año con el nombre de Teatro Adolfo Marsillach- invitan literalmente a las estrellas a sumarse como parte de una impagable escenografía al permitir el desarrollo de las funciones a cielo abierto. Este periodista tuvo la fortuna de asistir a un ensayo general de la obra Juana Inés de la Compañía de Danza Flamenca de Carmen Cortés dirigida por Carme Portaceli en el Palacio de los Oviedo. Las conversaciones de los perros que ladraban en la distancia se mezclaban con martinetes, soleares y seguirillas bajo el cielo caliente y estrellado de La Mancha conformando, probablemente sin querer, una de las evocaciones lorquianas más potentes.

Si deciden visitar este festival, no deben perderse el Museo Nacional del Teatro en los Palacios de los Maestres de Calatrava, que propone un recorrido cronológico por la historia del Teatro Español desde sus orígenes greco-romanos hasta las vanguardias del siglo XX. Un museo que entre sus magníficos fondos contiene una joya para los amantes de ese arte dramatúrgico supremo que es la ópera. Allí, frente a una maqueta de un monumento para el tenor Julián Gayarre del escultor Mariano Benlliure, se encuentra el corazón disecado del tenor siciliano Giuseppe Anselmi, uno de los más famosos de Europa durante el primer cuarto del siglo XX. Tras cosechar triunfos estratosféricos en el Teatro Real de Madrid entre los años 1907 y 1918, dejó escrita como una de sus últimas voluntades que su órgano vital fuese depositado en el Museo del Teatro de España a su muerte.

En las paredes del museo se pueden leer frases relativas al teatro, como esta de Francisco de Rojas: “Recibí, señor, tanta alteración de placer, que cualquiera que me viera me lo conociera en el rostro”. La misma deliciosa y gozosa sensación que se experimenta cuando a escasos 50 centímetros de tu cara observas a un actor entrar en personaje, sentado al volante de un coche, mientras le susurra a su amada sonetos como este:

«Querer por ver querer, envidia fuera,

si quien lo vio, sin ver amar no amara,

porque si antes de amar no amar pensara,

después no amara puesto que amar viera.

Amor, que lo que agrada considera

en ajeno poder, su amor declara;

que como la color sale a la cara,

sale a la lengua lo que al alma altera.

No digo más, porque lo más ofendo

desde lo menos, si es que desmerezco

porque del ser dichoso me defiendo.

Esto que entiendo solamente ofrezco;

que lo que no merezco no lo entiendo,

por no dar a entender que lo merezco».

Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Hasta el 28 de julio. Puedes consultar su programación aquí. 

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