Estimado Felipe González: sí se reciclan los paneles fotovoltaicos

El 80% de los componentes de los paneles fotovoltaicos retirados en España se destina al reciclaje.

En 2022 se recogieron algo más de 2.500 toneladas de paneles fotovoltaicos fuera de uso. Y la gran mayoría, al menos el 80%, como exigen las normativas estatal y europea, se destinó al reciclaje y reutilización de sus componentes. Incluidos los metales. A pesar de que el ex presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró en unas desafortunadas declaraciones recientes que no son reciclables. No obstante, hay que mejorar el proceso de reciclaje, sobre todo para elementos como el silicio y la plata, y de cara a la gran avalancha de decenas de miles de toneladas de paneles usados que se esperan en menos de 10 años.

Reciclajes Pozo Cañada es una de las pocas empresas que están oficialmente reconocidas y autorizadas en España para reciclar paneles fotovoltaicos. “Ahora mismo estamos entre el 90% y 95% de reciclaje de todos los elementos que componen un panel solar fotovoltaico”, asegura José Antonio Company, gerente de la planta recicladora. En la actualidad emplean a 80 personas, de las cuales nueve se dedican exclusivamente a la línea de tratamiento y preparación para el reciclaje y la reutilización de paneles en una planta situada en un pueblo de Albacete, Pozo Cañada, de 2.700 habitantes.

“¿Qué vamos a hacer con los residuos de las plantas fotovoltaicas?”, se preguntaba Felipe González en su diatriba contra las energías renovables en un acto en Sevilla de finales de enero sobre incendios forestales. En junio de 2020 ya adelantábamos algo aquí mismo. Ahora, recorriendo la primera fase de recepción y desmontaje de los paneles, con la separación del marco de aluminio y el vidrio, y la línea posterior de tratamiento mecánico de los encapsulados donde se encuentran las láminas de silicio en Reciclajes Pozo Cañada, se responde con hechos a lo planteado por el ex presidente del Gobierno.

Nuevos paneles con aluminio y vidrio de paneles usados

“De todos los componentes, los que más se usan para fabricar nuevos paneles son los metales, y muy especialmente el aluminio. El resto, como el vidrio o los plásticos, se destina a las cadenas de elaboración de otros productos”, señala José Antonio Company. Reciclar el marco de aluminio y el vidrio no es poca cosa, ya que en peso suman casi el 84% de cada panel. Además, reutilizar el aluminio evita las consecuencias ambientales de la producción de este metal, muy contaminante y altamente consumidora de energía y, por lo tanto, emisora de gases de efecto invernadero en todo su proceso, desde la extracción de la bauxita para obtener el aluminio.

Según un trabajo conjunto de European Aluminium y SolarPower Europe, se necesitan aproximadamente 21 toneladas de aluminio para producir 1 MW de capacidad solar. “Aumentar la capacidad solar fotovoltaica de los 136 GW actuales a 320 GW para 2025 y 600 GW para 2030, tal como propone la Unión Europea”, prosiguen, “requerirá entre 4 y 10 millones de toneladas adicionales de aluminio”. Por último, aportan datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que estima que los materiales reciclados como el aluminio podrían satisfacer el 21% de la demanda de paneles para 2040.

Planta de reciclaje de paneles fotovoltáicos. Foto: Javier Rico.

Planta de Reciclajes Pozo Cañada, en la provincia de Albacete.

Siguiente paso: reciclar y reutilizar el silicio

¿Qué ocurre con ese casi 17% restante que no es aluminio ni vidrio? Que la cuestión está más verde. De momento, el principal destino del plástico, que supone el 10% en peso, es su combustión, con valorización energética o no y con controles estrictos de los gases que genera este proceso. El resto, en pequeños porcentajes sobre el peso, se reparten entre sustancias adhesivas (1,14%), la caja de conexiones (1,31%), cobre (0,56%) y la célula solar propiamente dicha (3,43%), donde el silicio, con el 90%, es el elemento principal.

Todo este proceso está muy vigilado y regulado, ya que las instrucciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) obligan a que los paneles pasen obligatoriamente por tres fases: recepción de los aparatos y desmontaje previo, tratamiento térmico, químico o mecánico del encapsulado donde están las células fotovoltaicas y separación del resto de fracciones. Las plantas deben contar con sistemas de extracción de gases posteriormente tratados y de almacenamiento de productos químicos que garanticen la seguridad para el medio ambiente y las personas, además de cubetas de recogida de derrames. Todos los componentes retirados y las fracciones valorizables se tienen que depositar en contenedores separados para ser enviados a gestores autorizados para el tratamiento específico de cada uno de ellos.

“Hay proyectos de investigación para recuperar otros materiales, como la plata de la celda solar e incluso conseguir un silicio de grado solar para incorporarlo a nuevos paneles. Ahora, al no ser silicio puro, mandamos muestras a diferentes sectores para darle una aplicación viable, pero no para volver a introducirlo en paneles solares; no compensa invertir en procesos de reciclaje debido a que, de momento, la porción que se recupera es escasa”. Lo comenta el gerente de Reciclajes Pozo Cañada, que no obstante tiene casi terminada una nueva línea con tratamiento térmico que ampliará la capacidad de reciclaje de la planta de las 4.500 toneladas actuales a 9.000. Puede parecer desproporcionado si se piensa que en 2023 trataron 500 toneladas.

De 2.500 a 60.000 toneladas en seis años

La gran mayoría de lo que entra en estas y otras plantas autorizadas, como Solar Recycling en Valencia, La Hormiga Verde en Villafranca de los Barros (Badajoz) y FCC Ámbito en Cadrete (Zaragoza), procede de siniestros o de paneles que han sufrido algún desperfecto durante las operaciones de transporte e instalación. Los dos principales sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) que gestionan paneles fuera de uso en España, Recyclia y Ecolec, alcanzaron las 1.255 y 1.042 toneladas respectivamente en 2022.

“Se manda muy poco a reciclar porque la mayoría de las instalaciones son recientes”, afirma Héctor de Lama, director técnico de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Añade: “Ahora duran más. Hasta hace 15 años duraban entre 20 y 25 años, pero ahora mismo los nuevos pueden durar 30 años. Incluso en la última edición de Genera (Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente) se presentaron paneles con una durabilidad de 40 años”. Es decir, que hasta 2030, como pronto, no se espera que lleguen a las plantas cantidades que superen las 30.000 toneladas, acorde con la capacidad de tratamiento que ya tienen o para la que se están preparando.

En un artículo publicado en junio de 2023 en la revista Sustainable Energy & Fuels por un grupo de científicos encabezados por María Beatriz Nieto, investigadora pre-doctoral de la Unidad de Energía Solar Fotovoltaica del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), multiplican por dos esas 30.000 toneladas previstas. En concreto, estiman: “En 2030, España generará una masa acumulada de aproximadamente 66.000 toneladas de residuos fotovoltaicos, que se espera aumente a 1.300.000 toneladas en 2050”.

Mejorar con más responsabilidad y fomento del reciclaje

También es importante saber qué hace la industria en materia de reutilización de los paneles o de ecodiseño, no solo para conseguir paneles más duraderos, sino con componentes más fácilmente reciclables y con una reducción en el uso de los mismos. “No es nada común que se reutilicen una vez que concluyen su vida útil”, apunta De Lama. “Solo se está haciendo en casos muy aislados en África, donde no se exige un rendimiento muy grande, por ejemplo para sacar agua de un pozo. En general han aumentado su eficiencia, ocupan menos espacio, se ha reducido mucho el uso de materiales y la producción es menos electro-intensiva. Por ejemplo, ahora mismo va entre un tercio y una cuarta parte de la plata que contenían hace 15 años”.

No obstante, de cara a lo que se avecina en 2030 –el trabajo de María Beatriz Nieto del Ciemat pronostica 700.000 toneladas de residuos de paneles en la UE– hay que seguir mejorando todo el proceso, incluido el control de los paneles que se producen en España, los menos, y los que se importan, los más. “Seguimos insistiendo en que se cumpla la ley, que ningún fabricante, distribuidor o importador deje de asumir su responsabilidad ampliada de puesta en el mercado de paneles solares, incluido su reciclaje y la tasa que se paga como tal”, explica Héctor de Lama.

Desde European Aluminium abogan por que en la próxima revisión de la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, donde se incluyen los paneles fotovoltaicos, se les dé más peso específico y se contribuya a mejorar el rendimiento al final de su vida útil, fomentando la recuperación de los materiales más valiosos mediante incentivos. Todo ello sin dejar de apostar por la I+D que contribuya a mejorar y ampliar la reutilización de más componentes de paneles desechados, en especial el silicio, lo que aumentaría la sostenibilidad de la industria fotovoltaica.

 

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