Javier Mañas: grullas y cebada ecológica en Gallocanta

Javier Mañas lucha por la producción ecológica del cereal y la protección de la biodiversidad –recuperando charcas y arbustos, por ejemplo– en el entorno de la Laguna de Gallocanta.

La Laguna de Gallocanta (Zaragoza) es el paraíso de las grullas que cada noviembre migran desde el norte de Europa buscando lugares donde pasar el invierno con agua y alimento. En el entorno de la laguna, hay tierras de cultivo, y el agricultor Javier Mañas lucha por la producción ecológica del cereal. Nos cuenta cómo lo hace en esta serie mensual de buenas prácticas con personas que trabajan por dar vida a los pueblos.

“Es una finca pegada a la Laguna de Gallocanta, tiene 7 hectáreas, y cultivo 4 hectáreas de cebada en ecológico; la tengo sobre todo para los pajaricos, porque me gusta la ornitología”, nos cuenta Javier. La Finca El Pico, situada a 1.000 metros de altitud, se encuentra en la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta  , entre las comarcas de Campo Daroca y Jiloca, en la provincia de Zaragoza.

Hace casi 30 años, Javier volvió al pueblo donde su padre era agricultor de toda la vida y decidió abrir un alojamiento rural para ornitólogos y para la gente que viene a ver aves, Allucant. “En esta finca había una vieja paridera derruida; yo siempre quise reconstruirla e instalar unos puestos para tomar fotografías cerca de la laguna”, nos explica Javier.

En la finca en ecológico, gracias al apoyo del proyecto Secanos Vivos de SEO BirdLife, se ha recuperado una charca, se han instalado cajas nidos para aves, vegetación arbustiva para atraer insectos y se ha reconstruido la caseta para la observación.

No todo es fácil. Javier nos cuenta que lleva dos años desastrosos por la falta de lluvias. “Hay fincas que están totalmente secas y los que hemos sembrado más tarde, si llueve, igual no perdemos todo. Es un bajón tremendo ver cómo están los campos”, comenta.

El año pasado había sembrado cereal, alfalfa y esparceta, y no cosechó nada; este año no ha sembrado todo y ha dejado reposar la tierra; espera que el próximo año pueda sembrar cereal para hacer pan en una panificadora ecológica en Zaragoza. “Si la climatología es buena, sembraré cereal para el pan ecológico y también lentejas ecológicas”, nos explica Javier.

De las tierras que labraba su padre, Javier tiene otras 56 hectáreas que cultiva con abonos, herbicidas, nitratos, sulfatos y pesticidas, y comparando las dos fincas, ha comprobado que la biodiversidad es mucho mayor en la finca en ecológico. “Te gastas un montón de dinero en nitratos, sulfatos, herbicidas, vitaminas, es muy caro y, si no produces, como este año, pues muy mal. Este año me lo he ahorrado en la finca en ecológico y la fauna ha ganado”.

Para pasar todas sus tierras a ecológico tendrían que pasar tres años de reconversión para garantizar que ya no quedan químicos en las tierras; Javier apunta que la mayor dificultad es la comercialización. “Es complicado, porque, además de mí, aquí no hay nadie que las cultive en ecológico. La comercialización, cuando es convencional, la tengo solucionada, porque tenemos una cooperativa; lo llevamos a la cooperativa y ya; es lo que estaba haciendo ahora con la cebada. Yo sembraba cebada tardía en esa finca en ecológico, porque, además, como tenía los puestos para hacer fotos de las grullas, me venía bien sembrar cuando ya era finales de febrero, que las grullas se habían ido y luego la recogía y la echaba al montón, y no la comercializaba como ecológica, porque además no puedo comercializarla al tener en convencional también”, explica Javier.

Desde la finca de Javier se pueden observar no solamente las grullas, sino también andarríos, avutarda, avoceta, chorlito, carambolo, cigüeñuela, somormujo, tarro blanco  e incluso sisón.

Proyecto ‘Secanos Vivos’

La finca en ecológico de Javier forma parte del proyecto de SEO BirdLife Secanos Vivos. Es un entorno de elevado interés ecológico y botánico por sus hábitats y especies singulares adaptadas a la salinidad y a las fluctuaciones del nivel del agua.

Javier cultiva cereal, especialmente trigo y cebada en secano, alfalfa o girasol, y además cuenta con una diversidad florística con plantas como el ababol, azulejo o la amarilla.

El proyecto Secanos Vivos pretende desarrollar una nueva cadena de valor para los productos de cereal y vid de secano, basada en su contribución a la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático, mediante productos diferenciados en el mercado y el fortalecimiento del papel de los agricultores.

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