El nuevo libro de Guillermo Arriaga nos hace disfrutar como niños

El escritor y guionista Guillermo Arriaga. Foto: Casa de América.

‘Extrañas’, la última obra del famoso escritor, guionista, productor y director cinematográfico mexicano Guillermo Arriaga, autor de inolvidables películas como ‘Amores Perros’, ‘21 gramos’ y ‘Babel’, es una novela entretenidísima en la que el lector viaja a lugares remotos, habita episodios de encendida pasión y penetra en el vasto territorio de la medicina, en sus intrincados vericuetos, llenos de sombras. El lector convivirá con seres casi mitológicos, con hombres lobo que se escapan de su prisión marginal de la mano de nobles señoras casadas. Con hombres reptiles, con mujeres liliputienses. Con ecos de clásicos como Frankenstein, Tarzán o Miguel Strogoff. Con mercenarios y asesinos, pero también con hombres leales hasta la extenuación. No dejen de leer ‘Extrañas’, porque al hacerlo volverán a ser niños, pero también les servirá como espejo para construirse como seres humanos.

Narra Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) en su novela Extrañas como no narra nadie. Narra desde la hibridación más absoluta, desde la fijeza y el dramatismo que tienen las grandes novelas del siglo XX, narra en un homenaje íntegro e integral a autores como Verne, como Salgari. Extrañas es un libro invasivo e invasor como lo fueron en nuestros primeros años novelas como Miguel Strogoff o Sandokán. Novelas en las que los detalles eran templos cuyas puertas teníamos que traspasar una y otra vez para que la aventura fuese completa. Así es Extrañas, una novela monumental, un libro magistralmente escrito desde el punto de vista temporal y desde el punto de vista narrativo. El lector que lo escoja podrá traspasar la barrera del tiempo y vibrar en las entrañas de la Inglaterra del siglo XVIII como vibró una y otra vez Jonás en el estómago de la ballena.

Extrañas no es una novela complaciente, sino un pedazo de pan duro que el hambriento se meterá en la boca hasta deshacer, con la saliva de su boca mellada, el rigor mortis que le impide saciar su hambre. Una novela que extiende sobre la mirada del lector un tema delicado, médicos y monstruos, un tema abordado de manera casi siempre brutal en la literatura y que en este caso Arriaga lo va desgranando desde una cuidada sagacidad no exenta, por fortuna, de escenas complicadas, detalladas, descarnadas y perversas que, sin embargo, no frenan jamás el ansia de avanzar en la lectura.

En algunos pasajes, Extrañas entronca con Mary Shelley, con Robert Louis Stevenson o con el mismísimo Edgar Rice Burroughs. Los ecos de Frankenstein, del  Doctor Hyde o de Tarzán lamen con experta cordura las páginas de esta novela. Arriaga presenta en ella personajes de una ventaja narrativa excelsa, personajes bien construidos, plenos, con un arco dramático que se acopla a la perfección con el plano temporal de la historia. Sus personajes habitan en un duelo ininterrumpido,  son poderosas bestias éticas y estéticas que cortan la respiración del lector con sus actos y sus renuncias. Podría decirse que el lector se enfrenta mientras dura la lectura a un elenco de protagonistas perfectos, sin fisuras.

Extrañas narra la poderosa historia de William Burton, un caballero íntegro y abnegado al que le cuesta comulgar con la dejadez del mundo respecto al prójimo. Un caballero casi altruista que cambia el rumbo de su historia y de la historia de la medicina con su honestidad. Un noble que cambia el poder por conseguir la dignidad de otros. Un personaje que enamora desde la primera línea. Quizás, dirán sus detractores, peca en ocasiones de atildado y de sabelotodo, pero errarán en su juicio, porque William Burton es, a pesar de la grandilocuencia de sus actos y de su árbol genealógico, uno de los hombres más sencillos y menos caprichosos que se pueden encontrar en la historia de la Literatura. Extrañas narra también la historia del Doctor Black, un gigante bebedor, caprichoso y que, no obstante, resulta ser una eminencia cuando la absenta y el bocado brutal con que marca su existencia le dejan. Ambos conforman un tándem que impresiona. Impresionan sus diálogos, impresionan sus silencios, ese vaho resiliente que contamina  cada uno de sus cuerpos.

Extrañas es una novela entretenidísima en la que el lector viajará a lugares remotos, habitará episodios de encendida pasión, penetrará en el vasto territorio de la medicina, en sus intrincados vericuetos, palpará sus sombras y quedará cegado por los destellos de su transgresión. Convivirá con seres casi mitológicos, con hombres lobo que se escapan de su prisión marginal de la mano de nobles señoras casadas. Con hombres reptiles, con mujeres liliputienses. Con mercenarios, con asesinos, con hombres leales hasta la extenuación.

El lector que escoja esta novela será para siempre cautivo y devoto de ella. Se llenará de preguntas y sobrevivirá a esta prodigiosa aventura gracias al despliegue de respuestas que Guillermo Arriaga brinda en ella. El lector vivirá en una eterna duda, vivirá conflictos morales que dejarán heridas en su memoria, pero disfrutará de cada una de las palabras dichas por el extraordinario plantel de personajes que el escritor mexicano le ha regalado a la literatura. Personajes como Beth, como Sean, como Ailis, como Louise, acaban con los arquetipos mientras viven entre los dedos de Arriaga. Su humanidad dignifica el sentido primero y último de esta aventura literaria que puede ser tipificada de epopeya. Willian Burton es un Ulises desheredado e íntegro que desoye los cantos aristocráticos para no abandonar el viaje. En su caso, el madero al que se amarra para no darse por vencido está hecho de carne y hueso. Un cuerpo bicéfalo que hace de él un hombre libre cuyo objetivo es ir descerrajando las cerraduras de todas las prisiones en las que han caído casi todos los protagonistas creados con rigurosa exactitud por Arriaga.  William Burton es un personaje conmovedor, un hombre sin prejuicios, un buen hombre.

Extrañas es una novela que no hay que desvelar, una novela que debe ser un secreto hasta el instante en el que llegue a una casa y su dueño emprenda la lectura. Una novela que no debe ser mutilada por culpa de la egolatría de los críticos. En realidad todas las reseñas que hablen de ella deberían decir tan solo: “Lean Extrañas, lean la rutilante odisea de un hombre bueno”, pero lo que cuenta deja un poso demasiado profundo en quien la lee como para que sea capaz de guardar silencio.

Extrañas es un libro sorprendente, rudo y tierno a partes iguales. Un libro de entrañas apocalípticas. Una travesía por lugares indebidos, por reflexiones de una dureza flagrante, por escenarios llenos de heridas, de silencio. Una novela en la que los fantasmas construidos por la hipócrita moral, social y religiosa, respiran como jamás conseguirá respirar un ser humano.

No dejen de leer Extrañas, porque al hacerlo volverán a ser niños, pero también les servirá como espejo para construirse como seres humanos. Arriaga ha hecho al escribir Extrañas un ejercicio de empatía descomunal, esa ofrenda que aquel que se encuentra perdido no duda en hacerle a  Dios.

Imprescindible.

‘Extrañas’. Guillermo Arriaga. Alfaguara. 489 páginas.

 

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