Ovejero novela la historia de un país alimentado por las mentiras

El escritor José Ovejero. Foto: Galaxia Gutenberg.

Una joven pareja con una niña se instala en un pueblo del interior de España que languidece junto a un pantano entre los despojos de sus sueños: una central nuclear desmantelada, urbanizaciones sin acabar, anuncios descoloridos de una ciudad del ocio que nunca llegó a ser. José Ovejero (Madrid, 1958) teje una serie de relatos hasta conformar una novela de misterio, que condensa, en un solo lugar, la historia de un país. Vibración’ es una novela, un libro de cuentos, y además el vibrante diario de una España alimentada por la desmemoria y las mentiras. Con Ovejero, Sonia Fides abre una nueva puerta en su caudal de reseñas literarias. Junto a la serie semanal ‘Con firma de mujer’ ahora tendremos ‘Un hombre al mes’. Bienvenidos sean a ‘El Asombrario’.

Cada vez que leo alguna obra de José Ovejero me quedo desarmada como lectora y como escritora. La estética y el arrojo de su universo literario me noquean, la valentía de su narrativa, de los temas que expone y contrapone, y su ferviente cruzada a favor de la memoria son siempre una tela de araña que ni el tiempo, ni los más feroces depredadores serán capaces de aniquilar. Ovejero es un narrador honesto de despiadadas y, al mismo tiempo, bellísimas metáforas, un cautivador cazador de exactitudes emocionales. Da igual si debe hacer pedazos su biografía o la de un país entero para que sus libros sean magnas colmenas por las que se deslizan temas universales a través de pequeñas y concretas celdas en las que habitan abusadores y abusados, y que marcan la piel de quien lee con ese escozor inagotable y totalitario con el que una ortiga marca la potencia de un grito que acabará con el alborozo de una tarde de juegos.

Vibración, su nueva novela, refrenda con una maestría permanente todos estos asuntos y lo hace a través de un crisol de personajes perfectos tanto de  palabra como de obra. No hay un solo error emocional en este libro, ni un solo error histórico, ni un solo error vital. Vibración es una novela, un libro de cuentos, y además el vibrante diario de una España alimentada por mentiras. De una España obligada a engordar sus libros de Historia de esa forma atroz con que se obliga a una oca a engordar su hígado, para callar la gula de los snob.

Vibración es la concreción de un brutal espejismo que partió en dos a una nación y cuyo eco sigue gangrenando la piel que aún queda de ella. Ovejero no hace concesiones y escribe en este libro páginas que provocan escalofríos y sudores incontrolables en el organismo de quien las deja entrar en su mirada. No pierde la perfecta militancia visual del niño de barrio que fue; para él, interior y exterior son dos palabras idénticas que sostienen sobre su antagonismo la fuerza narrativa del escritor madrileño, que son su motor y su defensa contra ese destino que sin saber por qué nos incita a callar y a olvidar.

A creernos esa farsa llamada reconciliación y que no es más que una engañifa que nos pellizca la carne con esa saña con que una vieja tía pellizca la tersa e irritante mejilla de cualquier niño a su alcance. Ovejero habla de la heridas que laten en la España vaciada, heridas infligidas por aquellos que fueron llamados vencedores, pero también por aquellos demócratas de salón que engañaron a sus contemporáneos con la envenenada zanahoria de la prosperidad. Capítulos como Karaoke, Guijarros, rencor u origen son un prodigio, hablan de ello y llenan de silencios de palpable integridad los agujeros negros sobre los que han sido obligadas a deambular todas las generaciones de este país.

Ovejero mezcla y viste indómitos y subyugantes cuentos con el armazón de una fascinante novela que no duda en atravesar con latidos e hilos de una calidad literaria incuestionable.

Vibración es un monstruo de mil cabezas, de mil corazones, un monstruo con mil nombres construido sobre afanosas maniobras de supervivencia. Vibración habla de la Guerra Civil, de los pueblos sumergidos bajo pantanos, de las trampas mortales que forma la ignorancia, habla sobre la venganza, sobre el abandono, sobre la resonante mácula que deja el terror en los supervivientes.

Vibración habla de la vida de Germán, el gigante sin vida propia al que el latido de su sangre convierte en víctima y en bárbaro. Pero un bárbaro al que el lector aplaudirá porque la justicia late en este libro para salvaguardar el corazón de los débiles, aunque al final su latido acabe ahogado en la helada boca del fracaso.

Habla de Ale, esa niña que recuerda mucho a la pequeña Ana de El espíritu de la colmena. Una niña fascinante y enigmática que hace eterno el voluntarioso movimiento de esta novela “acuentizada” con que José Ovejero agita la viciada espalda de las mesas de novedades.

Vibración es un sublime alegato antinuclear. También el fausto ir y venir de las emociones más puras de un ser humano. Es un caleidoscopio que cambia su naturaleza lúdica y electrizante por una impactante responsabilidad moral. Ovejero modifica a quien lee y lo saca de su mundo para ofrecerle experiencias capaces de modificar el status quo de su propia memoria. Es un experto en acoger los distintos lenguajes de la naturaleza humana, no teme a aquello que marca, a aquello que señala, y lo reelabora de tal forma que hace al lector cómplice y partícipe de su compromiso. Se implica con la denuncia, integra e integral, de todos y cada uno de los capítulos de este libro que arde sin descanso, que quema sin descanso.

Vibración es una novela sin frases fallidas, todas son acertadas sendas hacia el conocimiento, activas declaraciones de intenciones y brutales antídotos contra el descreimiento y la falsa cultura:

“Mi aislamiento recuerda al del monje budista que se prende fuego ante una injusticia, no porque crea que así puede detenerla, sino porque es incapaz de soportarla”.

Ovejero es franco y limpio como lo es el rumor de ese río que nace donde nadie espera ya presenciar el milagro que formará su cuerpo. La cercanía de los outsiders en su literatura es siempre portentosa y lo es aún más en esta colección de vidas tan infinitas como perfectamente establecidas que es Vibración. Ovejero hace de la contradicción una obra de arte, un carismático señuelo que mantiene en jaque al lector:

“Yo seré un fantasma, una presencia que no acaba de concretarse. Esa es mi vocación”.

Su afán político y esa palpitante conciencia de clase con que arma la psique y el alma de sus protagonistas son sencillamente prodigiosos.

Vibración es un elaboradísimo texto como elaboradísimas son las conexiones entre los distintos personajes. La liviandad con que estrecha lazos se contrapone a la rotundidad de esas conexiones transformadoras en que acabarán sumidos.

Ovejero es impúdico y, al mismo tiempo, tan respetuoso con las necesidades de cada personaje que lleva al lector a lugares increíbles. Es extraordinario que Ovejero haya podido fusionar tantas vidas alrededor de un solo pueblo. Y extraordinario es sentir cómo vibra la colectividad, cómo vibran las dudas y las certezas de un elenco de personajes tan poderoso como frágil:

“En el mundo de Julia todo era indirecto”.

Habría que leer por las calles páginas enteras de este libro. Poner de manifiesto la historia oficial, desmentir a las editoriales y a los libros de texto. Imprimir octavillas con párrafos y capítulos de Vibración y derramarlas por las calles con esa ardiente velocidad  con que derrama el fuego la leche que hierve durante demasiado tiempo.

El valor testimonial que tienen todos los relatos  y el cuidado con que mece Ovejero la intrahistoria para llenarla de fuerza y de potencia hacen que el lector acabe vencido y desarmado.

Quisiera compartir con ustedes un sinfín de frases, de reflexiones, de agónicas verdades, pero Vibración es un libro al que hay enfrentarse a ciegas, un exorcismo alejado de patrias y religiones que les sacará los colores, pero también les mesará los cabellos. Es un libro cuyos obstáculos les harán más fuertes, más potentes como lectores y como seres humanos.

Vibración es un libro profundo, tangible, vigoroso y cáustico que llenará su cuerpo de estigmas y su memoria de hitos.

No dejen de leerlo, hay en él un acto de justicia que solo podía impartir un escritor de la talla y la honradez de José Ovejero.

‘Vibración’. José Ovejero. Galaxia Gutenberg. 361 páginas.

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