El Pacto Verde y la Europa Sana y Sostenible, amenazados este domingo

Por ROSA M. TRISTÁN / RAFA RUIZ

Entre los debates organizados en los últimos días en torno a las elecciones Europeas de este domingo, ‘El Asombrario’ se ha detenido en dos que giraron en torno al Pacto Verde y la PAC (Política Agraria Común), con todo lo que implica de defensa, recorte o rechazo de las principales coordenadas de la salud y la sostenibilidad. La conclusión flota en el aire: ‘Nos jugamos una Europa de derechos o de derechas’.

En el debate sobre políticas europeas organizado por la Fundación Conama en Madrid, los temas sobre la mesa fueron del Pacto Verde Europeo y la transición energética a la reindustrialización de la Unión Europea. En el encuentro, estuvieron presentes los representantes de cinco partidos nacionales –ninguno de la agrupación de ultraderecha VOX–, para debatir de unos temas fundamentales para el futuro de la población europea, especialmente de los países del Sur, como España, entre los más afectados por los impactos de la crisis climática.

Si algo quedó claro durante el debate es la discrepancia entre las posturas de unos y otros a la hora de cuestiones como el Pacto Verde. Ninguno de los que estaban se posicionó en contra de ese pacto, pero quedó claro que lo que para unos es urgente, para otros es mejor ralentizar las medidas que incluye; también hay quien considera que ese acuerdo, con numerosas medidas ambientales, se queda corto, dada las crisis climática y de biodiversidad que afronta el continente, y que van a más.

“No podemos hablar de competitividad si no hay una economía sostenible”. Así de claro fue el candidato del PSOE, el eurodiputado César Luena, que confía en que la vicepresidenta Teresa Ribera sea la próxima comisaria de Medio Ambiente en la UE, cargo al que señaló que se postulará. Luena propuso crear un “Eramus verde” para fomentar la educación ambiental, pero las tres grandes apuestas socialistas para la próxima legislatura, según declaró a El Asombrario,  son “consolidar el Pacto Verde con una financiación permanente; aprobar una ley de adaptación al cambio climático y dotar de más recursos el fondo social del clima y el de una transición justa”.

Por su parte, Florent Marcellesi, de Sumar, recalcó la importancia de no dar pasos atrás en el Pacto Verde, como ha ocurrido por las presiones de las tractoradas y lobbies del sector agrario. “Lo primero es defender con uñas y dientes ese Pacto y poner un cordón sanitario al negacionismo climático; lo segundo, poner un impuesto a las grandes energéticas de un 15%, y promover todas las ayudas posibles a las clases populares y medias para hacer una transición justa, y lo tercero es una reforma agroecológica de la Política Agraria Común (PAC) porque el 30% del presupuesto va para ella y, si queremos cambiar el futuro del continente y de España, debemos dar el dinero a quien cuida la tierra, la salud humana y los animales”.

Adrián García, de Podemos-Alianza Verde, fue más allá del pacto actual. No solo reprochó que se gaste dinero en armamento para Ucrania, en lugar de dedicarlo a solucionar las crisis ambientales internas y paliar sus impactos, sino que destacó la necesidad de contar con una Europa “tolerante socialmente”. Entre sus propuestas, mencionó “un plan europeo de clima y empleo que movilice hasta un 5,1% del PIB, unos 850.000 millones de euros, para hacer frente a la crisis climática y restaurar ecosistemas; una fiscalidad verde en la que pague quien más tiene y quien más contamina; y usar esos recursos para renaturalizar las ciudades, proteger los ecosistemas y lograr que nadie se quede atrás. Y eso es mucho más ambicioso que el Pacto Verde Europeo que tenemos”.

La representante del PP, Pilar del Castillo, ex ministra de Educación, coincidió con el candidato socialista en que hay que consolidar lo que se ha aprobado, pero a paso tranquilo y escuchando a los sectores implicados. Como medida a destacar, Del Castillo señaló la apuesta de su partido por “un pacto europeo para el agua que permita aliviar los problemas de sequía y establecer mecanismos conjuntos”. Al pedirla una precisión sobre qué mecanismos serían, comentó “reformas en la irrigación en el campo, ayudas…” y remitió a documentos del PP: “La sequía ha ido a más y por eso es esencial que no tenga repercusión en las zonas más afectadas con instrumentos que el PP tiene, aunque lo importante es que se plantea este pacto por primera vez, luego se verá cómo”. Otra aspiración popular es “la simplificación y estabilidad regulatoria y eliminar la burocracia para agricultores y empresas”. “Hay consecuencias no queridas por el Pacto, con procedimientos que dañan sectores económicos”, argumentó.

La quinta del debate fue la candidata de Ciudadanos Mariana Boadella, que también apostó por ir implantando una economía verde “a la velocidad que la sociedad y las empresas puedan asumir”. “Habría que evaluar todas las ayudas que se están dando y hacerlas más eficientes, y también debemos escuchar más a sectores, además del agrario,  como por ejemplo la hostelería, que necesita un plan renove para cambiar su maquinaria como lo hay para los vehículos”, explicó a este medio cuando se le requirió acciones concretas del programa de Cs. “Además, habría que adecuar las ayudas de la PAC a los pequeños agricultores y empresas que no llegan a fondos comunitarios”.

Por Otra PAC: ‘El campo se labra en Bruselas’

En el debate El campo se labra en Bruselas, organizado por la Plataforma Por Otra PAC a finales de mayo en La Casa Encendida, Madrid, los representantes de PSOE, PP, Sumar y Ciudadanos dedicaron buena parte del tiempo, en un tono muy electoralista, a criticar en términos ideológicos a los contrincantes. Así, Florent Marcellesi, de Sumar, quiso visibilizar la tibieza del PSOE (por ejemplo, a la hora de votar que se pueda seguir usando glifosato, herbicida tan empleado como en entredicho por sus supuestos efectos cancerígenos, según algunos estudios científicos) y al PP no como el defensor de agricultores y ganaderos –que es de lo que va, aliado a menudo con la ultraderecha–, sino del “agrobussiness”, de los grandes empresarios del campo. No olvidemos que, de igual manera que se extienden en avalancha por los negocios inmobiliarios de las grandes ciudades, los impersonales y sin escrúpulos fondos de inversión también han entrado en la industrialización a por todas de agricultura y ganadería, lo que incluye todo el horror de las macrogranjas.

Marcellesi subrayó: “Las tractoradas, un buen ejemplo de manipulación, han venido a debilitar lo que ya de por sí era frágil [entre otras cosas, han ocasionado que el Reglamento de Uso Sostenible de Plaguicidas haya quedado aparcado y se haya suprimido buena parte de la condicionalidad ambiental de la PAC, como mantenimiento de barbechos y cubiertas vegetales]. Lo que hay que hacer es reforzar el Pacto Verde, no descafeinarlo ni retrasarlo”.

Tractoradas que, por ignorancia y manipulación, apuntaron mal las causas de la precariedad de la gente del sector primario. Un dato: entre el precio pagado a productores y el precio en tienda puede haber un encarecimiento de hasta un 875% en algunos alimentos. Digamos que en ese desfase poco tiene que ver la regulación de los plaguicidas o el Pacto Verde, sino más bien los sustanciosos beneficios que aplican intermediarios y grandes productoras

Ana María Romero, del PSOE, trató de mostrar en todo momento a su partido como el principal garante del equilibrio, ya que hay “muchos intereses cruzados”, “posturas enfrentadas”, “es muy complejo”; y vino a señalar que no se puede avanzar con recetas simplistas que caen en la demagogia.

La representante del PP, Esther Herranz, recurrió permanentemente a señalar que “la calle nos ha puesto verde”. “No podemos obviar las protestas; aquí lo que está pasando es que en la UE hay dos grupos de intereses muy claros y enfrentados, los países del Norte, que son, sobre todo, distribuidores y productores, y los del Sur, que somos los productores; y tenemos que defendernos”.

En lo que sí más o menos coincidieron todos, con sus matices, es en que no se puede asaetear a los agricultores y ganaderos europeos con normativas muy estrictas en cuanto a salud y sostenibilidad, y dejar entrar alimentos de países de fuera de la UE que no cumplen ni de lejos con esas exigencias. También en la necesidad de aligerar las trabas burocráticas, de papeleos, a los pequeños agricultores y ganaderos, a los que no se les puede poner en el mismo nivel que a las grandes empresas agroalimentarias, pues no disponen ni de tiempo, ni de formación, ni de recursos para pasarse el día rellenando formularios. En este sentido, en este debate de Por Otra PAC, fueron muy bien acogidas las intervenciones de agricultor@s-ganader@s que representaron la auténtica voz del campo frente al a menudo excesivo blablablá de los políticos: El viticultor manchego Dionisio de Nova, la ganadera de cabras Laura Martínez y la olivarera de Jaén Marifé Bruque (todos ellos han sido entrevistados por El Asombrario en los últimos meses) supieron poner con claridad sobre la mesa sus auténticos problemas del día a día y sus necesidades.

La coalición Por Otra PAC agrupa a más de 50 entidades de ganaderos y ganaderas en extensivo, representantes de la producción ecológica, ONGs ambientales, de desarrollo rural y de bienestar animal, así como de expertos en nutrición y consumo, entre otros. Forman parte de ella entidades como WWF, Ecologistas en Acción, SEO BirdLife, Ecologistas en Acción, Fundación Global Nature, Fundación Oso Pardo, Fundación Nueva Cultura del Agua, GREFA, GOB Menorca, Justicia Alimentaria, Brinzal, Asociación Vida Sana, ANDA, Ecodes… Entre sus aseveraciones, una que han estado repitiendo en las últimas semanas, de cara a los comicios de este domingo: “Frente a la crisis agraria, la solución no es tumbar normas ambientales”

Marcellesi, el más efusivo de todos, terminó así el debate: “Hay que cambiar el sistema de ayudas; dejar de pensar tanto en hectáreas y pasar a pensar en empleo y servicios ecosistémicos, ambientales; porque lo que no puede ser es lo de ahora, que el 80% de las ayudas vaya al 20% de los productores”. “Nos jugamos la vida en esto. Es apoyar o no la salud. Es nuestra salud”.

Porque hay una única salud: ambiental, animal y humana.

  COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.

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