‘Retardistas’: la nueva variante de negacionistas de la crisis climática

Uno de los carteles que realizó WWF con motivo de la Cumbre del Clima de Glasgow.

Dentro del ciclo ‘Lecturas Verdes’ que organiza cada mes la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) , la última entrega ha reunido a Daniel Rodrigo Cano y Álex Fernández Muerza, expertos en investigación y comunicación ambiental, para hablar del libro colectivo en el que han participado ambos –el primero, como coordinador–: ‘La comunicación del cambio climático, una herramienta ante el gran desafío’  . Todo un reto cómo contar esta crisis de dimensiones planetarias. Sobre todo cuando está en auge una nueva variante de negacionistas: los ‘retardistas’.

Ambos coincidieron en el papel clave que desempeñan los medios de comunicación ante la crisis climática; así que no se debe dejar de enfocar este gran reto –pandemias y erupciones volcánicas aparte–, algo en lo que también insistía en una entrevista reciente en El Asombrario la periodista Josefina Maestre.

Una vez asumido lo principal, que es un tema al que se debe dar prioridad día a día (paso 1), el paso 2 es informar con rigor científico, dar los datos, exponer el panorama con asepsia científica, desmontando bulos, burlas y negacionismos. Rodrigo Cano: “Yo creo que la sociedad ya sabe que el cambio climático es real, que es grave y que los humanos somos responsables de ello; ahora tenemos que ser capaces de trasladar esa concienciación a la acción, motivar a la acción trasmitiendo que hay esperanza, no darlo todo por perdido”.

Y una vez dibujado el escenario, y llevado a primer plano, ¿cuáles son los siguientes pasos?, ¿cómo comunicarlo?

Fernández Muerza: “Esto no se soluciona de un día para otro, sino que es un trabajo de pico pala, pico pala, de día tras día, de insistir e insistir”. “Debemos enviar mensajes de esperanza, ya sabemos lo que está pasando, ya debemos superar el estadio de la concienciación, para pasar a movilizarnos, a la acción”.

Paso 3: Tanto Daniel Rodrigo Cano como Álex Fernández Muerza subrayaron la importancia de incidir en las buenas prácticas, aportar ejemplos positivos, vías de salida, de mitigación de la crisis, de esperanza, a fin de cuentas, y no quedarnos en darle vueltas al catastrofismo, que como tantas veces hemos repetido los periodistas ambientales puede acabar levantando un muro en el público que les impida atender, una capa que les impermeabiliza frente a tanta mala noticia.

Este punto resulta crucial para hacer frente a ese nuevo especimen en auge, como evolución del negacionista: el retardista, según análisis de Fernández Muerza. “Negacionistas hay cada vez menos, pero ahora ha surgido el retardista, el que reconoce el problema, reconoce que pasa algo, pero que se escuda en que o no es tan urgente o que nosotros no podemos hacer nada, con lo cual proponen seguir como hasta ahora”.

En este maremágnum ambos comunicadores destacaron los riesgos que entrañan las redes sociales en cuanto a lo fácil que resulta expandir auténticos bulos (y nunca mejor dicho). Frente a eso, rigor, rigor y rigor, datos y ciencia. Ah, y nunca caer en la equidistancia: no puedes poner a debatir de igual a igual a un retardista con un científico, es un falso balance (en mala traducción del inglés), o equilibrio.

Paso 4, en boca de Fernández Muerza: “Tenemos que saber colocar la crisis climática fuera de los lugares donde es habitual, en lugares donde no te la esperas”. “Si el cambio climático está en todas partes y afecta a todo, ¿por qué no hacer el esfuerzo comunicativo para que lo impregne todo?”. Es lo que los periodistas denominamos “la transversalidad del medioambiente”. Que es un planteamiento de comunicación, no sólo un sector muy acotado de noticias. De nada sirve cubrir más o menos bien la Cumbre de Glasgow y echarnos las manos a la cabeza con los papeles mojados que emanan de estas mega-reuniones por inacción de los políticos, si a renglón seguido los medios se sumergen en la avalancha para promocionar el consumismo del Black Friday. Por poner un ejemplo. Así se llega a un punto en el que nadie se cree nada. Como apuntó Rodrigo Cano, se trata de “salirse de los márgenes para llegar a más gente”. “Es la importancia de la continuidad, de ser sistemáticos”.

Fernández Muerza: “Es una cuestión de responsabilidad social”.

Paso 5, de la mano de Fernández Muerza: Acercarlo. O sea: “Presentar la crisis no como algo lejano que solo afecta a los osos polares, sino como algo que está aquí; hay que reflejar cómo afecta, cómo está afectando ya y cómo afectará en un futuro próximo, a nivel local, desde la costa a la naturaleza, la gastronomía, las ciudades….”.

Ambos periodistas destacaron también, como paso 6, la honestidad. Claro que hay lobbies muy poderosos de los combustibles fósiles, de la industria automovilística, de la industria cárnica…, para que se diluyan las vías para afrontar el cambio climático ya, y claro que existe el green washing, más cuando muchas de esas grandes firmas forman parte de la propiedad de algunos medios muy influyentes; pero hay que defender la honestidad del periodista para mitigar esas presiones. A los retardistas y lobbistas (menos lobos, caperucita) se une el cortoplacismo en el que se mueven los políticos, con elecciones cada cuatro años y la necesidad de emprender acciones que se vean de forma inmediata y llamativa, que les den votos, vamos.

Rodrigo Cano se preguntó: “¿Hacia dónde corremos? Ante una situación de emergencia, ¿hacia dónde corremos? Lo que se necesita también es más educación ambiental”. Es el paso 7: Comunicadores y educadores ambientales deberían trabajar con más relación, codo con codo, mano a mano. Y pusieron un ejemplo tan claro como esclarecedor de cómo a veces nos saltamos lo más elemental, un ejemplo que parece obvio pero del que mucha gente a menudo ni se percata (o no se quiere enterar): Deberíamos saber cosas tan básicas como que si se abre un gran centro comercial en las afueras de una ciudad, eso acarrea mayor contaminación y mayor impacto en el cambio climático por los desplazamientos, a la vez que estás destrozando el comercio local, de barrio, de proximidad, y la propia estructura –tan sana, biodiversa y agradable– de las ciudades mediterráneas.

Rodrigo Cano concluyó: “Debemos ser capaces de construir un imaginario de cómo es una ciudad, una sociedad, mejor, más agradable, cómoda, saludable”.

Y no que se presente a los periodistas ambientales como agoreros del apocalipsis. Que es todo lo contrario. En fin, el reto del reto.

Las dos anteriores Lecturas Verdes de APIA en ‘El Asombrario’: 

Antártida.

Turismo rural.

  COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.

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Comentarios

  • Enrique Delgado

    Por Enrique Delgado, el 08 diciembre 2021

    Sabiendo que la mayoría de los ciudadanos somos conocedores de la crisis climática a nivel planetario, creo que uno de los aspectos a tener en cuenta es hacer recomendaciones a todos los ciudadanos de a pie sobre que podemos hacer en nuestro día a día para minimizar todas las agresiones, que muchas veces sin conocimiento, estamos ocasionando a nuestro planeta, empezando por nuestro entorno, y no podemos dejar en mano de nuestros políticos esta tarea. Admiro vuestro trabajo desde APIA. Gracias

  • Carmen M

    Por Carmen M, el 10 diciembre 2021

    Hola Rafael,

    Interesante artículo y muy útil. Muchas gracias!

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